De Ronaldinho-2005 a Lamine Yamal-2024: el Bernabéu a sus pies

No es lo mismo, pero fue igual. No es lo mismo porque Ronaldinho lucía en noviembre de 2005 la zamarra azulgrana del Barça de Rijkaard que se paseó en el Bernabéu (0-3) provocando que el madridismo se levantara en pie para despedirlo con una ovación que todavía hoy se recuerda.

No es lo mismo porque Lamine Yamal llevaba en marzo de 2024 la elástica roja de la selección española cuando el templo blanco se puso en pie para despedirlo después de firmar una exhibición ante Brasil siendo lo que es. Un niño de 16 años. No es lo mismo, pero fue igual, tejido y cosido el tiempo casi 20 años más tarde, dejando ambos el Bernabéu a sus pies.

Lamine Yamal no necesitó ni marcar dos goles como sí hizo Ronaldinho ante Casillas. Pero su actuación tuvo tal impacto que generó una ola de admiración, consciente el Bernabéu, quisquilloso como fue con Morata ("es una vergüenza que le hayan pitado, me duelen en el alma esos pitos", denunció el seleccionador Luis de la Fuente), de que estaba asistiendo a algo único.

En un estadio repleto de madridistas, que ovacionaron a Vinicius y Rodrygo como si fueran españoles, emergió la figura de ese adolescente que provocó la unanimidad del Bernabéu.

Cuando en el tiempo añadido, De la Fuente ordenó el cambio (entró Navas por el extremo azulgrana) miles de personas se pusieron de acuerdo porque el juego de España se había inclinado descaradamente hacia la banda derecha. Hacia la casa de Lamine.

La irrevencia de un adolescente

No era una sustitución táctica la del seleccionador. Ni mucho menos. Era un cambio de reconocimiento de Luis de la Fuente, orgulloso de lo que había hecho el niño de La Masia. "Lamine ha tenido una actuación brillantísima, pero hay que ser prudente. Es el mejor consejo que le podemos dar a estos chicos tan jóvenes y tan buenos", admitió el seleccionador.

"Solo le pedimos a Lamine que ponga su talento al servicio del equipo. Y él lo hace"

Luis de la Fuente, seleccionador español

Es prudente el delantero del Barça fuera del campo. Pero dentro es irreverente, atrevido, descarado y más valiente de que lo desprende su estilizado cuerpo, todavía por formar como es lógico por su temprana edad. Y, como recordó el seleccionador, "es inteligentísimo".

Pidió el balón desde el minuto uno cuando recibió una patada de João Gomes y lo pidió con más valentía todavía si cabe cuando el Brasil más barriobajero y matón emergió en los minutos finales del partido.

"Solo le pedimos a Lamine que ponga su talento al servicio del equipo. Y él lo hace", contó De la Fuente, asombrado como todos por lo que acababa de protagonizar el jugador del Barça, quien sometió a una tortura futbolística a Wendell, el experto defensa brasileño del Oporto.

El 'garoto' del Bernabéu

"Hizo un primer tiempo ruin, sufriendo mucho con los ataques de Lamine Yamal", escribió el diario brasileño ‘O Globo’ en su análisis individual suspendiendo al lateral zurdo, colocándole una pobre nota de 4,5. “Endrick va a tener mucha importancia en esta selección, así como los dos garotos españoles tuvieron mucho protagonismo”, decía Dorival Jr, el seleccionador brasileño, en alusión a Lamine Yamal y Nico Williams.

Aunque fue tal la actuación del ‘garoto’ del Barça que eclipsó a Vinicius y llevó a España a ser un equipo de derechas. Fue Lamine, con seis regates buenos de nueve intentos, quien más y mejor dribló en un España-Brasil. Fue Lamine quien recibió más faltas que nadie (cuatro). Fue Lamine quien más duelos ganó (11) en el partido.

Intervino en los tres goles de España

Y fue Lamine el único que intervino en los tres goles de la selección: provocó el penalti del 1-0, asistió a Dani Olmo en el 2-0 y dio el pase, mágico pase, con el exterior de su delicado pie izquierdo a Carvajal en la acción que provocó el penalti del 3-2.

Y sin marcar ni un solo gol (Ronaldinho hizo dos al Madrid de Luxemburgo y de los galácticos, como Zidane, Ronaldo y Beckham), Lamine Yamal se estrenó, y con la camiseta de España (aún no lo ha pisado como azulgrana), en el Bernabéu firmando una actuación memorable.