Michel, el príncipe de Girona: "Me voy a venir arriba: acabaremos en puestos de Champions"

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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“¡Jo!, me encanta este técnico, de verdad. Contrariamente a cuando escuchas las conferencias de prensa de algunos entrenadores que te hacen pensar si tú has visto otro partido o has estado en otro estadio, al decir cosas increíbles y soltar excusas incomprensibles, Michel, no solo es un señor, un caballero, sino que da gusto oírle hablar. Es una auténtica gozada escucharle explicar los partidos, cómo no pone excusas a las derrotas ¡y eso que solo ha perdido tres encuentros! y, sobre todo, como confía ciegamente en los suyos y así les va, así les va. ‘Chepeau’ para este señor”.

El comentarista de Radio Popular (Herri Irratia), de Bilbao, no pudo reprimir su elogio hacia el ‘mister’ del Girona, que, de nuevo, estuvo prodigioso a la hora de explicar el orgullo que sentía por el partido que acababa de jugar su equipo, nada que ver con la goleada encajada, pocos días atrás, en el gigantesco y renovado Santiago Bernabéu. Y es que solo hay que comparar el precioso y majestuoso nuevo San Mamés con el coqueto y antiguo Montilivi para darse cuenta de la enorme, tremenda y prodigiosa temporada que está haciendo el equipo de Michel.

Els jugadors del Girona celebrant el primer gol en San Mamés

Los jugadores del Girona celebrando el primer gol en San Mamés / ANDER GILLENEA / AFP

El Girona, que pudo empatar, que mereció empatar, el partido en el minuto 95 cuando Unai Simon se jugó, sino la vida sí la cara, ante Savinho para salvar el 3-3 y, décimas de segundo después, era Vivian quien sacaba sobre la misma línea de gol el empate a remate de Solis, volvió a demostrar, como elogió después Ernesto Valverde en la sala de prensa, que “si es segundo de LaLiga 25 jornadas después no es por casualidad, no, pues es todo un equipazo, que no se rinde nunca, que te empujan todo el tiempo y que te hace sudar como pocos para ganar el partido. Solo diré que no han sido tres puntos, no, han sido tres ‘puntazos’ ante un señor equipo”.

Un técnico sincero

Eso es el Girona, un señor equipo, edificado sobre un club modesto pero espectacular en todas las facetas del fútbol de élite, en todas. Es posible que más de un bobo piense que el Girona se puede caer en este último tercio de campeonato. Pues que lo piensen, pero ahí está, cómo no, su prodigioso entrenador, Miguel Ángel Sánchez ‘Michel’, para dar la cara, anoche, en la sala de prensa del precioso San Mamés, y decir, no solo lo que piensa sino lo que está convencido que logrará su equipo.

Cuando le preguntaron si teme que su equipo se venga abajo tras perder dos partidos seguidos (¡pero si solo ha perdido tres! ¡si es el equipo más goleador de LaLiga, con 54 goles! ¡si es segundo y le saca 7 puntos al Athletic!), Michel soltó: “Pues, mira, me voy a venir arriba, aunque después igual me caen muchos palos: este equipo va a terminar en puestos de Champions, sí. Si ganábamos hoy, estaba clarísimo, pero viendo la manera que hemos perdido, aún lo pienso más: sí, vamos a pelear hasta el final por acabar entre los cuatro primeros”.

"Quitando al Real Madrid, todos los demás vamos a tener que pelear duro para conseguir meternos en Europa"

Miguel Ángel Sánchez 'Michel'

— Técnico del Girona

Michel, que lo dijo con la modestia y sinceridad que le caracteriza, aseguró que confía en jugar la Champions el año que viene y lo afirmó con la misma sencillez y determinación que describe lo que ha ocurrido sobre el campo tras cada partido. Es decir, sin excusas y con nitidez. “Quedan 13 partidos, nos persiguen muchos equipos buenos, buenos, como Barça, Atlético, Athletic, Real Sociedad o Betis, pero confió ciegamente en mis jugadores. Yo creo que, quitando el Real Madrid, todos vamos a tener que pelear por conseguir nuestros objetivos. Y, sí, el nuestro quiero que sea una de las tres plazas de la Champions que restan”.

Da gusto ver jugar al Girona. Da gusto su puesta de escena. Da gusto ver como un equipo, con jugadores que ni son ni se creen galácticos, juegan como una máquina perfecta. Da gusto cómo se comporta el club en general y, por supuesto, da gusto oír a Michel en la sala de prensa de cualquier estadio, tras cualquier resultado y frente a cualquier rival. Y da gusto no oírle, ¡jamás!, hablar del árbitro.

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