FÚTBOL AMERICANO

Los Kansas City Chiefs repiten triunfo en la Super Bowl en un thriller épico contra los San Francisco 49ers

Mahomes, declarado MVP de un partido decidido en la prórroga, lidera a su equipo a su tercer título en cinco años

Brock Purdy o la importancia de 'Don Irrelevante'

La jugada decisiva de la Super Bowl.

La jugada decisiva de la Super Bowl.

Albert Guasch

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Los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes no se cansan de ganar. El quarterback más importante de la NFL lideró la conquista del tercer título de los últimos cinco años de la franquicia que tan bien le paga. Frustraron los Chiefs a los San Francisco 49ers, que rozaron el triunfo que se les escurre desde hace 30 años. Por segunda vez en la historia la Super Bowl se resolvió en la prórroga. Y para hacer más memorable el thriller, un pase de Mahomes en los últimos segundos consumó la victoria en Las Vegas. Luces de neón para Kansas City y su súper estrella (25-22).

El poderío defensivo de los 49ers y de los Chiefs marcó el desarrollo del encuentro. La puntuación fue baja y la mayoría de puntos se obtuvieron a través de patadas y no de touchdowns'. Hubo récords de distancia en los puntapiés. Pero al final el desenlace corrió a cargo del quarterback que ingresa unos 45 millones por temporada. Bien merecidos. En los instantes decisivos entró en el trance competitivo que le caracteriza y arrastró a los suyos a la zona en que se dan abrazos y festejos.

"Es el inicio de una dinastía", admitió el jugador, declarado el MVP de la larga velada. Más de cuatro horas duró el partido. "Pero no hemos acabado. Vamos a celebrarlo a lo grande hoy y lo celebraremos en Kansas City el miércoles, pero no vamos a parar. Tenemos un equipo joven y queremos continuar con esto", dijo. ”¡Queremos la tercera Super Bowl consecutiva!", proclamó más desmelenado Travis Kelce, el mejor socio de Mahomes.

Famosos por doquier

Un montón de famosos se reunieron en Las Vegas, ciudad de apuestas y fiestas y en los últimos años de acontecimientos deportivos. Las cámaras apuntaron a Beyoncé, a Jay Z, Leonardo DiCaprio, Joe Montana, Jeff Goldblum, Justin Bieber, Lebron James y por supuesto Taylor Swift, que efectivamente llegó a tiempo desde Tokio, donde cerró una serie de cuatro conciertos. También a Usher y Alicia Keys, protagonistas del luminoso show del descanso. La NFL es el pasatiempo favorito de América y allí estaban todos esos nombres rutilantes para constatarlo.

Travis Kelce, el novio de la cantante más influyente del mundo, tardó en comparecer en el encuentro. Se ofreció en el último cuarto y la prórroga con algunas recepciones, pero antes se convirtió en tendencia en el artefacto que todo el mundo conoce aún como Twitter por encararse con su entrenador, Andy Reid, con el rostro enrojecido de la rabia. Estaba muy ofendido por no haber participado en una jugada que terminó mal para los Chiefs. Exteriorizó al mundo una imagen de matón bastante fea. Luego, al acabar, se hizo el líder de la fiesta, con su novia sonriendo cerca. Se supone que el éxito hará olvidar el roce.

La sensación de pena y oportunidad perdida de los 49ers durará un tiempo en la Bahía de San Francisco. Los 49ers fueron por delante en el marcador casi todo el partido, pero no lograron poner la bota en el cuello de los campeones cuando pudieron. Brock Purdy, el quarterback apodado como 'Mr. Irrelevant', mantuvo el tipo y desde luego va a deshacerse del mote. Seguirá grabado en su historial que fue elegido como el último del draft de hace dos años y que hasta enero del 2025 tendrá el salario mínimo de la liga, pero el chico demostró aplomo y no le pudo la presión. Si acaso, como Mahomes, sufrió las defensas graníticas, que se hicieron valer.

En la prórroga, casi insólita en la final del fútbol americano, los 49ers tomaron ventaja de tres puntos con una patada precisa del rookie Jake Moody, protagonista del partido. En el 'drive' de respuesta, Mahomes se creció. Empezó a encontrar compañeros a los que pasar el ovalado. A base de zarpazos se fue acercando a la zona de touchdown.

Por el camino salvó un par de situaciones comprometidas. Y cuando se olía una segunda prórroga, encontró a Hartman en la área de la gloria, que finiquitó la partida. Los confetis volvieron a llover sobre su cabeza rizada. Una cabeza privilegiada.