NI SUPERCOPA, NI COPA

Xavi intuye que se le acaba el tiempo tras los dos títulos perdidos

El Barça también se hunde en San Mamés y se despide de la Copa (4-2)

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Xavi, tras ser eliminado de la Copa: "Es el inicio de una generación importante esté yo de entrenador o no"

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Xavi y Valverde, al fondo, tras el 3-2 del Athletic al Barça en San Mamés.

Xavi y Valverde, al fondo, tras el 3-2 del Athletic al Barça en San Mamés. / Ap

Marcos López

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Prisionero de grandilocuentes mensajes, llenos de propaganda, que se alejaban de la verdadera realidad del club, y del equipo, Xavi, tras su enero trágico, dejó escapar una frase que le delató. Hasta ahora hablaba en abstracto de los entrenadores y del peligro que corren cuando no cumplen sus objetivos.

En Bilbao, tras 10 devastadores días en los que ha perdido la Supercopa (4-1 del Madrid) y la Copa (4-2 del Athletic), el técnico, que hoy cumple 44 años, abandonó el diplomático plural usado hasta entonces y se puso en el centro del debate, intuyendo que el tiempo se le acaba. Y el enfado de Joan Laporta, el presidente azulgrana, va en aumento.

"Es el inicio de algo importante, de una generación importante, esté de entrenador yo o no lo esté"

Xavi

— Técnico del Barça

Prisionero de su obsesión por los títulos, que ha deformado y condicionado el crecimiento del Barça, Xavi asume estar "señalado" porque ni gana ahora trofeos ni tampoco el equipo evoluciona. "Es el inicio de algo importante, de una generación importante, esté de entrenador yo o no lo esté", reveló sin necesidad de que nadie le preguntara por su futuro.

Se siente orgulloso de haber promocionado a una esperanzadora pandilla de jóvenes (Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Héctor Fort, Marc Guiu...) lastrados por el mal rendimiento de unas 'vacas sagradas', resumidas en la melancólica figura de un apagado Lewandoski, a quien sustituye con frecuencia, que no ayudan como deberían a esos niños.

Listón inalcanzable

No hacía falta que le cuestionaran a Xavi sobre la viabilidad de su proyecto. Él, siguiendo el discurso triunfalista del Laporta, se puso el listón tan alto que resulta inalcanzable para un club arruinado, que no tiene ni casa propia mientras se construye el nuevo Camp Nou, queda ahora atrapado por unas irreales expectativas. Y en manos de un equipo que ha perdido competitividad, a pesar de que se han invertido casi 300 millones de euros en estos dos años y dos meses.

Iba Xavi, que firmó su renovación hasta 2025 en septiembre pasado, aferrado a la exigencia de la conquista de los 4 títulos, a pesar de tener una plantilla corta y descompensada, castigada, además, por una plaga de lesiones a la que no se atisba solución. En este enero, que aún no ha acabado, ha ido descontando trofeos, erosionando así su credibilidad porque hoy el Barça, excepto en la Champions (le espera el cruce de octavos con el Nápoles), está peor que hace un año.

Del Barça que logró Liga y Supercopa han desaparecido por lesión Ter Stegen -el pilar que sostenía la defensa- y Gavi - el corazón del equipo-, además de Lewandowski, cuyos goles añora Xavi más que nadie, pero su caída en el rendimiento es más que evidente.

Iñaki Williams remata ante Iñaki Peña en el Athletic-Barça de Copa en San Mamés.

Iñaki Williams remata ante Iñaki Peña en el Athletic-Barça de Copa en San Mamés. / Efe

El Madrid en Riad fue el principio de todo y el Athletic en San Mamés han aprovechado los mismos errores azulgranas. Equipo débil, que no aprende de sus errores, persistente como es en sus defectos. Vinicius anotó dos goles en los 10 primeros minutos. Guruzeta lo hizo cuando apenas se llevaban 36 segundos en una caída que certifica todas esas disfunciones. 1-0 sin salir casi del vestuario; 2-2 nada más empezar la segunda mitad desperdiciando la renta adquirida con los tantos de Lewandowski y Lamine Yamal. 3-2 en el tiempo añadido de la primera mitad de la prórroga tras pérdida de Sergi Roberto, recién salido al césped.

Marc Guiu por delante de Vitor Roque

"Tenemos que ser más inteligentes", denunció Araujo, que ejerció de capitán en Bilbao, en referencia a ese error que provocó el gol de Iñaki Williams y condicionó el partido. Y 4-2 ya en el tiempo añadido de la segunda parte de la prórroga. Entre tanto, los niños llenaban de orgullo al culé pensando en un mañana mejor, pero sin ocultar un hoy más que preocupante.

Marc Guiu, abatido, tras el gol de Iñaki Williams, que era el 3-2 del Athletic al Barça en San Mamés.

Marc Guiu, abatido, tras el gol de Iñaki Williams, que era el 3-2 del Athletic al Barça en San Mamés. / Ap

El eléctrico regate y la mágica zurda de Lamine (16 años) fusionado con la serenidad de Pau Cubarsí (17), un central que no se angustia, unido a la poderosa personalidad de Héctor Fort (17), un lateral derecho que brilló en la izquierda por la lesión de Balde, sin olvidar a Marc Guiu (18), el nueve escogido por Xavi para remediar lo irremediable con un gesto de valentía ya que no usó ni un solo minuto a Vitor Roque, el fichaje más caro de esta temporada.

Los veteranos no rinden

Esa pandilla nacida en La Masia quedó, sin embargo, desamparada en el campo. Quienes debían sostenerlos y proporcionarles un ecosistema adecuado (Koundé, De Jong, Gündogan, Lewandowski, Christensen, Pedri, joven como ellos, pero con más experiencia, João Félix o el capitán Sergi Roberto) dimitieron de sus roles futbolísticos.

Dejaron a la intemperie a esos ‘niños’, que asumieron una responsabilidad y protagonismo que no les corresponde. Nunca había ocurrido que coincidieran tres menores de edad (Lamine, Pau y Héctor) en un once del Barça, transformando su juvenil energía en inesperados motores de un equipo atascado. 

Lamine Yamal celebra el gol que va marcar ahir a la nit.  | VALENTÍ ENRICH

Lamine Yamal celebra el gol que va marcar ahir a la nit. | VALENTÍ ENRICH / JOAN doMÈNECH

Solo Xavi enarboló, y con razón, esa bandera de que el futuro será productivo. El pasado es deprimente en los últimos años porque ha desaparecido de la elite europea y ni siquiera la Liga de la pasada temporada ha dado el impulso esperado. En San Mamés se detectó, y con enorme crudeza, ese abismo entre los jóvenes que se proyectan y los veteranos, junto a la clase media, que se apagan.

Acabada la primera parte, y con 1-2, el Barça solo tuvo las ocasiones de Lamine Yamal en la segunda (m. 65 y m.86), ambas clarísimas, creadas prácticamente por él mismo. Ni rastro de Ferran (0 tiros). Ni de Lewandowski, que debió ser sustituido. Ni luego de João Félix, plano e irrelevante durante más de 40 minutos. Solo Marc Guiu volvió a disparar a puerta (m. 112). Solo los ‘niños’ generaban peligro ante la deserción de los veteranos. Pero son tan y tan jóvenes (Xavi, por ejemplo, debutó con 18 años; los mismos que Iniesta) que están en un lugar que ni les toca. 

El Xavi más valiente

De ahí, el elogio sin fin, y más que merecido, de Xavi hacia ellos. Del Xavi más valiente que se ha visto desde que llegó en noviembre de 2021, despojado del respeto a las jerarquías del vestuario. Del Xavi que quita a Lewandowski (Las Palmas, Betis y Athletic) y pone sin temor alguno a Guiu por delante de Vitor Roque, asumiendo que esa decisión puede sorprender en la cúpula del club que ha invertido una verdadera fortuna que no tenía en este jugador.

Lamine Yamal y Robert Lewandowski, los autores de los dos goles del Barça en el primer tiempo.

Lamine Yamal y Robert Lewandowski, los autores de los dos goles del Barça en el primer tiempo. / Luis Tejido / Efe

Del Xavi más atrevido que prefiere mirar primero a La Masia antes que a Brasil. Del Xavi cuyo discurso a favor de los jóvenes no tiene, sin embargo, el acompañamiento público del presidente Joan Laporta o del director deportivo Deco, tal si trazaran ambas partes estrategias distintas.

"Siento orgullo porque estos jugadores, en especial los jóvenes", precisó el técnico, "lo están haciendo muy bien”, poniendo el foco en Lamine Yamal ("un chaval de 16 años que juega de maravilla, hizo un partidazo"), Héctor Fort ("estuvo muy bien") y Pau Cubarsí, quien demostró “una gran personalidad”.

"Si no estamos al nivel de competitividad a final de temporada pues lo normal es que me tenga que marchar, pero como todos los entrenadores"

Xavi

— Técnico del Barça

Jóvenes que son la semilla, según Xavi, del "futuro del Barça". ¿Con él, en el banquillo? No lo sabe, hipotecado como anda por los dos títulos que se ha dejado en este enero, con la Liga difícil porque Girona (a ocho puntos y un partido más) y Madrid (a siete puntos) quedan lejos y la Champions complicada.

"Si no estamos al nivel de competitividad a final de temporada pues lo normal es que me tenga que marchar, pero como todos los entrenadores", argumentó el técnico, empleando, ahora sí, el plural, recordando a los periodistas que “estáis haciendo encuestas de si me tengo que marchar o no”.

"Cuando no ganas, el entrenador queda señalado"

Sí sabe Xavi donde está. “Es el Barça, un club grande”, confesó. Un club donde perder, como diría Laporta, siempre provoca consecuencias. "Me van a exigir títulos o, por lo menos, competirlos. Cuando no ganas, el entrenador queda señalado. Pero no descubro nada, no descubro nada”, confesó.

Xavi, pensativo, durante el duelo de Copa ante el Athletic en San Mamés.

Xavi, pensativo, durante el duelo de Copa ante el Athletic en San Mamés. / Afp

Lo que descubrió Xavi es que "hay un proyecto muy bueno", asumiendo, al mismo tiempo, de que es no garantía de nada. "Hay un proyecto muy bueno no en cuanto a mí de entrenador sino un proyecto de generación en el club. Así lo siento, por eso damos esta oportunidad a estos chicos. Pau, Lamine, Héctor, Marc, Fermín… Y muchos más que hay y van a entrar", subrayando.

Existe, según Xavi, "un potencial muy bueno para que el Barcelona pueda competir en los próximos años, esté yo o no de entrenador", añadió sin querer incluirse en ese plan de futuro. "Es el inicio de algo que puede ser importante, pero hay que ganar. ¡El Barça es ganar!".