PICHICHI DE LA LIGA, CON 14 GOLES

Dovbyk, el 'nueve' del Girona que eclipsa incluso a Bellingham

¿Cómo encontró el Girona a Dovbyk?

Míchel: "El próximo reto histórico es llegar a las semifinales de la Copa"

El Girona juega como los ángeles para seguir líder en la Liga (5-1)

Dovbyk celebra uno de sus tres goles al Sevilla en Montilivi.

Dovbyk celebra uno de sus tres goles al Sevilla en Montilivi. / Afp

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ni Jude Bellingham, la estrella del Madrid, puede competir con él. Tipo anónimo, venido de ligas menores (moldava, danesa y ucraniana, su país), que se ha erigido en la gran sensación del fútbol español. Y europeo porque ha asomado Artem Dovbyk, un goleador ucraniano, de 26 años, del que apenas se tenían referencias, al que el club califica como 'Terminator'. O sea, el exterminador.

Un goleador que seguía desde hace tiempo Quique Cárcel, el director deportivo del Girona, erigido ya en el Pichichi de la Liga (14 goles) tras marcar tres al Sevilla manteniéndose en la cima de la Liga. Dispuesto a seguir esa racha en la Copa donde el Girona pelea este miércoles en Mallorca por cruzar la frontera que jamás pasó: llegar a unas semifinales.

Pero no podía fichar a Dovbyk (nacido en Cherkasy, Ucrania) porque su equipo estaba entonces en Segunda. Mientras, el ejecutivo que ha construido la obra más asombrosa en Montilivi seguía mirando hacia Ucrania no dejaba de temer que un día alguien se lo llevara. Nadie, sin embargo, creyó en este poderoso ‘nueve’, que suma tantos goles como Bellingham (14) y, además, ha repartido seis asistencias.

Por eso, el ucraniano se llevó el balón a su casa. Vino para sustituir al argentino 'Taty' Castellanos (35 jornadas, 13 goles), que se fue al Lazio, y lo ha desbordado con un rendimiento excepcional: 20 jornadas de Liga, 14 tantos.

Dovbyk se lleva el balón con el que marcó tres goles al Sevilla en Montilivi a su casa.

Dovbyk se lleva el balón con el que marcó tres goles al Sevilla en Montilivi a su casa. / Efe

Solo Cárcel creía en Dovbyk, pero necesitó tuvo la complicidad y silencioso trabajo diplomático de Pere Guardiola, presidente del consejo de administración del Girona, para traerlo el pasado verano asumiendo el riesgo económico que implicaba.

De fichaje más caro del club a ganga

Pagó el club 7,7 millones de euros por el 70% del pase del delantero (el 30% restante pertenece al Dnipro ucraniano y Midtjylland danés), convertido Dovbyk en el fichaje más caro de la institución.

Seis meses después, es una ganga. Una verdadera ganga por un goleador frío y sigiloso, que pisa Montilivi como un bisonte, aunque luego se mueve con tal discreción que su poderosa carcasa (es grande, mide 1.89 m y posee un cuerpo de decatleta) le sirve de engaño.

Hay algo de irreal y hasta mágico en esa figura fría y de gesto adusto. Ríe poco. Y cuando ríe no parece ser el tipo más feliz del mundo, a pesar de que sus goles no paran de provocar felicidad en Montilivi. Su fútbol es digno de un ‘Terminator’. Casi una máquina perfecta.

10 goles de 14 al primer toque

Parece una máquina que no expresa sus emociones, aunque luego en el interior del vestuario de La Vinya, la ciudad deportiva del Girona, sí que aparece un joven cercano y afable, a quien la barrera del idioma –solo habla inglés- no le permite comunicarse con sus compañeros. No se despega de Tsygankov, su amigo y compatriota, que le abrió la puerta de Montivili.

Es alto, pero cuando salta se hace interminable. Cinco de sus 14 (35%) llegan tras certeros cabezazos apareciendo a la espalda de los centrales. Es la ‘zona Dovbyk’.

Parece mentira que pase desapercibido del radar de los defensas. Pero lo consigue. De pronto, se transforma en un fantasma indetectable, que se burla de sus enemigos porque es tan letal (10 de sus 14 goles han venido al primer toque) como preciso.

Dovbyk celebra uno de sus tres goles al Sevilla en Montilivi.

Dovbyk celebra uno de sus tres goles al Sevilla en Montilivi. / Efe

Mira que es grande. Muy grande. Pero nadie lo descubre porque se ha esfumado en el área. Araujo (Barça), Le Normand (Real Sociedad), Sergio Ramos (Sevilla), César Montes (Almería), David García (Osasuna), Rafa Marín (Alavés)…

La lista de burlados aumenta a cada partido. Pierden de vista a Dovbyk y cuando se giran ya lo ven celebrando el cabezazo desde su rincón preferido, atacando ese lugar que los defensas, que no tienen ojos en la nuca, han ignorado.

Tres tantos en 6 minutos y 33 segundos

Es frío e impasible hasta cuando celebra los goles. Y fueron tres los que le marcó al Sevilla en una noche que levantó a Montilivi de sus asientos. Tres que definen a la perfección el catálogo del ucraniano. En el 1-1, su conexión con Savinho es sublime.

Corre y centra el brasileño desde la izquierda, cabecea Dovbyk a la espalda de unos centrales sorprendidos dentro del área pequeña. Y eso que Quique Sánchez Flores ordenó jugar con una línea de cinco defensas. Minuto 12.16. En el segundo tanto (2-1) rasga a la defensa andaluza tras asistencia final de Portu que premia otra carrera de Savinho (m. 14.22), al borde del área pequeña. Ambos, claro, al primer toque.

Dovbyk aloja el balón en la portería del Sevilla ante la impotencia de Dmitrovic, Pedrosa y Jordán.

Dovbyk aloja el balón en la portería del Sevilla ante la impotencia de Dmitrovic, Pedrosa y Jordán. / David Borrat / Efe

Aún faltaba el tercero (m. 18.49), una obra nueva en el manual de Dovbyk. El primero que marca desde fuera del área y el que más toques necesitó. Hasta seis para esquivar a un rendido y desquiciado Sergio Ramos.

O sea, firmó un ‘hat trick en seis minutos y 33 segundos, aunque, tal vez, se le viera más feliz cuando Tsygankov, su compinche, anotara el 4-1, previo al 5-1 de Stuani cuando él ya había recibido el reconocimiento de Montilivi, puesto en pie, para despedir al delantero estrella de la Liga.

En agosto y sin que nadie se fijara en él. Ahora, con contrato hasta 2028, está siendo perseguido por media Europa.