CONTRACRÓNICA

La noche de los mensajes de Xavi

El Barça gana de penalti y en el tiempo añadido y esquiva el derrumbe

Joao Félix, en la celebración del gol de Gundogan.

Joao Félix, en la celebración del gol de Gundogan.

Albert Guasch

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Empezó el partido de Xavi en Las Palmas con la alineación, con mensaje a Joao Félix. Después de la reprimenda interna, del parón de Navidad y el tiempo para pensar, la primera decisión visible del entrenador fue sentar en el banquillo al portugués. Nadie podrá decir que fue una injusticia. Cuando salió en la segunda parte fue importante en consumar la remontada. Los toques de atención son a menudo útiles. También recibió uno Lewandowski. No se vieron malas caras. Las victorias calman las fieras.  

TERCERA SUPLENCIA. Joao Félix empezó desde el banquillo ante el Osasuna (aunque acababa de llegar al Barça y no cuenta) y ante el Rayo. En realidad, solo una vez, hasta ayer. Buen balance de minutos pese a ser un jugador que Xavi no quería. Pero es de dominio público que el delantero apareció como parte de esos cambalaches e intercambios de favores misteriosos que Laporta se trae con Jorge Mendes. El futbolista que al presidente le recuerda a Cruyff (una manera, no de vender ilusión, sino humo) fue reservado para priorizar a Ferran, más educado para la presión. Y con más gol. Salió en la segunda parte. Y estuvo participativo. Su potente remate provocó el penalti decisivo en el descuento sobre Gundogan. Buena reacción del luso.

LOS NERVIOS DE XAVI. Si a Xavi, tras la primera parte en Montjuïc ante el Almería, le salieron los demonios, debió volver a convulsionar internamente al contemplar la puesta en escena de ayer. De nuevo la nadería de ideas, la simpleza en la propuesta, el bloqueo mental... Ni un disparo en 45 minutos a puerta. Xavi abroncó a Raphinha; luego a Araujo. Recibió una cartulina amarilla por protestar. Nervios, frustración, impotencia. Eso era lo que transmitía el entrenador. Un reflejo del juego de su equipo.

Gundogan, en el Las Palmas - Barcelona

Gundogan, en el Las Palmas - Barcelona / efe

OSADO GARCÍA PIMIENTA. Pudo dirigir el Barça cuando Bartomeu buscaba sustituto al destituido Valverde y también cuando el elegido, Quique Setién, fue reemplazado por Koeman. Estuvo en ambas quinielas. Ahora dirige con osadía a un Las Palmas que practica una línea defensiva muy alta. Los delanteros, los centrocampistas y los laterales azulgranas intentaron ganar la espalda una y otra vez, tentados por los espacios, pero sin acierto, cayendo en el fuera de juego con frustrante reiteración. Hubo una mejoría en la segunda parte en esta faceta, coincidiendo con el desplome físico del cuadro canario.

CAMBIO DE LEWANDOWSKI. Fue la noche de los mensajes de Xavi. Si Joao Félix lo recibió antes del partido, a Lewandowski le llegó en el minuto 72. Con el empate a uno y la necesidad del gol, el técnico quitó al polaco del campo. No pasa casi nunca. Tampoco nadie clamará injusticia. Actuación de hombre invisible la de Lewandowski en Canarias. Otra más.

Vitor Roque, en el banquillo.

Vitor Roque, en el banquillo. / EFE

DEBUT DEL ‘TIGRINHO’. Apenas un par de entrenamientos y Xavi puso a Vitor Roque, de 18 años, para tratar de sacar las castañas del fuego. Sustituyó a Ferran en el minuto 78 y mostró piernas potentes, un chaval de galopada feroz. En poco rato tuvo un par de ocasiones, muy clara una de ellas. Le suministró una asistencia Joao Félix y el chico envió el balón fuera. Soñará con esa jugada. Habría sido el 1-3. Luego quiso resarcirse con una acción en línea recta que lanzó desviado. Ambicioso.

"RESPETO PARA EL CAMPEÓN". El último mensaje de Xavi se escuchó en la rueda de prensa tras el partido. Pidió respeto para el Barça, "somos el vigente campeón", dijo reivindicativo el entrenador cuando se le preguntó si su equipo está aún en disposición de aspirar al título de Liga. "¿Que no véis los partidos? A todos los equipos les cuesta ganar. Mirad al Girona, que ganó en el último minuto, o el Madrid, en un córner al final. Estamos vivos", proclamó.