XAVI: "NOS HA VUELTO A SALVAR"

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Iñaki Peña firma una prodigiosa parada para desviar la falta lanzada por Memphis en el Barça-Atlético de Montjuïc.

Iñaki Peña firma una prodigiosa parada para desviar la falta lanzada por Memphis en el Barça-Atlético de Montjuïc. / FCBARCELONA

Marcos López

Marcos López

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Los pies no le tiemblan. Las manos no se le agarrotan. Y la mente de Iñaki Peña es poderosa para no quedar sepultado por el peso de tres palos que han devorado a metas más ilustres y, por supuesto, más caros que él. De su serenidad con los pies nació el 1-0 al Atlético y de sus manos, hermoso el vuelo a la venenosa falta de Memphis que le quedará como, de momento, la foto de su vida, y durísima la mano izquierda que repelió el violento tiro que escupió Correa.

Tras meses y meses en el banquilo (había jugado cinco partidos y solo tres completos en el último año y medio) corría el riesgo de quedarse oxidado. Pero, justamente, ocurrió todo lo contrario. La espalda no deja vivir tranquilo a Ter Stegen. Lleva tres semanas de baja con ese dolor que le ha enviado la grada. Y el alicantino, que llegó a La Masia con 12 años, procedente de la cantera del Villarreal, se ha consagrado con dos partidos descomunales: Oporto y Atlético. "Nos ha vuelto a salvar otra vez", confesó Xavi, su entrenador.

Tenía toda la razón del mundo. Lo salvó con las manos ante los portugueses (cinco paradas, incluido un despeje con los puños) al tiempo que demostraba su personalidad cuando la pelota llegaba a sus botas fabricando 33 pases buenos de 40 intentos. O sea, un 83% de acierto. Pero eso solo era el prólogo.

Intervino en el gol de João Félix

El domingo, en el desértico Montjuïc, con menos gente que nunca, Iñaki Peña firmó la actuación de su vida. Clave en el 1-0 de João Félix porque participó en su elaboración. ¿Cómo? Todo nació de un saque de banda, ya en campo del Atlético. Koundé, ante la presión cholista, sacó hacia atrás para Gündogan. Y este le pasó el balón a Araujo, mientras los soldados de Simeone empujaban al Barça a su propio campo. El uruguayo tocó a su izquierda para Christensen, quien arrinconado por Marcos Llorente cedió hasta Iñaki.

Habían pasado 13 segundos desde que Koundé sacara de banda. Entonces, el portero amansó el cuero con la planta de su bota derecha. Ni se inmutó porque se le asomara Griezmann. Detectó el hombre libre en Pedri esquivando con un delicado pase a cuatro jugadores del Atlético.

Luego, el canario hizo de mago. Control y pase, atrayendo al imprudente Giménez, burlado a casi 80 metros de Oblak. ¿Dónde fue el central uruguayo? ¿Y para qué? El balón de Pedri dejó solo a Koundé, transformado en interior derecho, mientras seis futbolistas del ‘Cholo’ corrían desordenamente hacia atrás.

Joao Féli felicitado  tras su gol  ante el Atlético de Madrid.

Joao Féli felicitado tras su gol ante el Atlético de Madrid. / JORDI COTRINA

El lateral francés rasgó aún más al Atlético con su pase a Raphinha acelerando la jugada hacia João Félix, quien aprovechó la debilidad defensiva de Nahuel Molina antes de abrir el catálogo de su magia con un delicado toque con la izquierda para sortear al gigantón Oblak. Cuando la tenía Raphinha, Simeone ya hizo un gesto temiéndose lo peor. Y lo peor llegó. Lo peor llegó con el gol de João Félix.

30 segundos y 7 jugadores azulgranas

En apenas 30 segundos, la pelota viajó con inteligencia de área a área de Montjuïc pasando por los sabios pies de Iñaki Peña para entender el origen de todo. Medio minuto de toque astuto y siete azulgranas (Koundé, Gündogan, Araujo, Christensen, Iñaki, Raphinha y João Félix) para idear el gol decisivo.

Aunque lo mejor del guardameta aún estaba por venir. Apretaba el Atlético en la segunda mitad, peleando contra la cuenta atrás del cronométro cuando hay una falta en la frontal del área. Hay una barrera azulgrana formada por cuatro jugadores. Eran los más altos.

Iñaki Peña evita el gol de Memphis con una soberbia parada en Montjuic.

Iñaki Peña evita el gol de Memphis con una soberbia parada en Montjuic. / Efe

Lewandowski tapando el palo derecho, Christensen, a su izquierda, Araujo, a la izquierda del danés, y Frenkie de Jong. Un metro de ellos quedaba Pedri, desparramado sobre la hierba, tal si fuera otra barrera humana. Memphis y Griezmann debaten sobre quien será el tirador, mientras Azpilicueta se interpone en el ángulo visual del meta azulgrana. Al final, es el neerlandés. Soberbio derechazo el suyo que sobrevuela a los cuatro azulgranas.

La pelota está en el aire dos segundos, justo antes de que la mano derecha de Iñaki firme la parada perfecta. Los cinco de la barrera (los cuatro grandes y Pedri, desde la hierba) miran asombrados el vuelo de su compañero hacia la escuadra derecha. Era el minuto 80. Tocó con su mano derecha para que el larguero ayudara a evitar el tanto, mientras Ter Stegen, sentado en la grada de Montjuïc, aplaudía a su suplente.

Iñaki Peña observa una jugada desde el césped durante el Barça-Atlético en Montjuïc.

Iñaki Peña observa una jugada desde el césped durante el Barça-Atlético en Montjuïc. / Efe

“Hizo el portero una parada maravillosa en el tiro libre de Memphis”, indicó luego Simeone sin citar siquiera el nombre de Iñaki, un meta que nunca olvidará. Agonizaba ya el encuentro en el tiempo añadido –era el minuto 93,13- cuando Correa se plantó solo en la frontal del área pequeña del Barça. Su violento derechazo topó con el furioso brazo derecho de Iñaki. No se dobló el portero. Aguantó de pie el latigazo del delantero del Atlético y ascó una parada ‘ter stegeniana’. 

"Es un ejemplo. Se entrena como se juega. Cuando se entrena tan bien tiene este rendimiento, no hay otro secreto. No hay más secretos. Ha hecho dos paradas extraordinarias"

Xavi

— Técnico del Barça

Aún tuvo tiempo (m. 94.03) de espantar luego la pelota con sus dos puños. “Es un ejemplo. Se entrena como se juega”, argumentó después Xavi. “Cuando se entrena tan bien tiene este rendimiento, no hay otro secreto. No hay más secretos. Ha hecho dos paradas extraordinarias. Es bestial”, certificó el técnico.

Bestial con las manos. Y bestial estuvo con los pies, preciso y sereno en el juego de construcción del Barça como acreditó en el gol de João Félix. 17 pases buenos de 19 realizados. O sea, un prodigioso 89% de acierto. Los dos que erró fueron pases largos. No cometió ni un solo falló cuando el corazón se le debía poner a mil ante la presión del Atlético. Ni se inmutó Iñaki.