Opinión | Apunte

Sergi Mas

Sergi Mas

Periodista

¿O ascenso, o muerte?, el artículo de Sergi Mas sobre el Espanyol

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Chen Yansheng, en un partido en Cornellà.

Chen Yansheng, en un partido en Cornellà. / Alejandro García

Pasan los años y seguimos endeudados. Ahora mismo la cantidad asciende a 67 millones de euros. Esa es la deuda actual del club, del Espanyol, claro; con todos los respetos, pero no escribo habitualmente sobre el día a día del Hércules.

Quienes tenemos tan sólo mínimas nociones de economía cercana, es decir, aquellos que sabemos la evolución del precio de lo que cuesta un kilo de tomate maduro, tomate de pera, tomate Cherry o el tomate raf… pero nos coge un ictus cuando nos hablan del euríbor o del banco malo (siempre he preferido que me digan cuáles son los buenos…)

Como ven, se me hace muy difícil entender que la deuda perica asciende a 67 millones de euros, la misma que en 2016, cuando Chen compró el club, pero que siendo la misma, la actual no es tan mala porque el mismo dinero corresponde a créditos a largo plazo. Miren. Me retiro. No puede ser. Todo es mentira.

El circo turco

Este circo, este gran negocio del fútbol me está invitando progresivamente a desconectarme, porque cada vez existen más actores que van pillando de este gran saco. Al final, explotará. Esto no se aguanta. Créanme. No da para tanto. 

Si el Espanyol tiene la misma deuda que la de hace siete años... ¡qué nos hubiera pasado sin la inyección de Chen!... Además, parece que por esa deuda y por derechos de televisión nos conviene ascender de categoría para evitar un posible desgarro económico. Es tremendo. Qué debemos pensar cuando desde hace tan sólo dos años, en la misma patronal, se crea el término 'palanca' (que ha aparecido de la nada y ahora es de uso tan común como el tomate Cherry) que les permite fichar, construir, deconstruir, siguen endeudados hasta las cejas, y aquí no pasa nada... 

Por tanto... según comentan los que saben: o ascenso, o muerte. Claro. Eso tan sólo vale para el Espanyol, porque todo es mentira. Mientras tanto, el espectáculo debe continuar mientras disfrutamos del circo turco de los hermanos con las orejas verdes y los elefantes con dos pies que juegan a fútbol...

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