PSG – Newcastle (1-1)

Mbappé evita en el último suspiro un susto mayúsculo para el PSG

El goleador francés empata el duelo en París gracias a un polémico penalti en el minuto 95

Mbappé celebra el gol del empate.

Mbappé celebra el gol del empate. / PSG

Enric Bonet

Enric Bonet

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El París Saint-Germain se salvó este martes de un tropiezo europeo que lo habría dejado al borde de su eliminación en la Liga de Campeones. Tras ir perdiendo durante más de 70 minutos en el Parque de los Príncipes ante el Newcastle, Kylian Mbappé logró empatar de penalti en el tiempo añadido (1-1). Fue una polémica pena máxima señalada por el árbitro Marciniak después de consultar en el VAR unas dudosas manos. El conjunto parisino dominó el encuentro, pero estuvo a punto de perderlo debido a la falta de eficacia de su imponente tridente ofensivo, compuesto por el mismo Mbappé, Ousmane Dembélé y Kolo Muani.

Con su empate in extremis, el equipo de Luis Enrique (7 puntos) se mantiene como segundo y depende de sí mismo para sobrevivir al grupo de la muerte de esta Champions. Se jugará la clasificación el 13 de diciembre ante el Borussia Dortmund. El conjunto alemán (10 puntos) ha dado la sorpresa y se ha clasificado con su victoria (1-3) contra el AC Milan (5 puntos), al que deja como último aunque todavía con opciones para pasar el cruce. El Newcastle (5 puntos) también aspira a llegar a octavos.

Inicio eléctrico del PSG

Consciente de lo que se jugaba, el PSG empezó marcando el terreno desde los primeros instantes. Tras su brillante partido contra el Mónaco —con su estreno como goleador con la camiseta de los parisinos—, Dembélé propició (en el 3’) la primera ocasión con un centro envenenado que el surcoreano Kang-In Lee no logró aprovechar. Pocos minutos después, otra internada por la derecha, esta vez del lateral Hakimi, terminó con una clarísima ocasión de Mbappé. Pero el goleador de Bondy se adornó en exceso y mandó su chut de tacón a las piernas del arquero. 

Pese al inicio eléctrico del conjunto propiedad de Catar, el Newcastle no se encerró atrás. Respondió al toma y daca propuesto por los de Luis Enrique con contras incisivas y aprovechando los errores en la salida del balón del rival. Un mal pase con los pies del portero Donnarumma desembocó en el primer susto para el PSG: un peligroso remate dentro del área que Alexander Isak mandó por encima del travesaño. Pero a la segunda los ingleses no perdonaron. El mismo delantero sueco aprovechó un rechace del portero del PSG tras un buen disparo del paraguayo Almirón. Los visitantes abrían el marcador y enfriaban el Parque de los Príncipes en una noche en que se registraron en París temperaturas cercanas a 0ºC.

Aunque no cuenta con grandes estrellas —resulta una excepción el brasileño Bruno Guimaraes, actualmente uno de los mejores pivotes defensivos del mundo—, el Newcastle es un equipo sólido. Parece lo opuesto del PSG, con todo un plantillón pero con dificultades para imponerse en las grandes noches de la Champions. Y eso que a ambos equipos los han construido a base de petrodólares (cataríes para los franceses y saudíes para los ingleses). Los ‘Urracas’ demostraron este buen savoir-faire colectivo llegando con ventaja al descanso. Amenazaban al conjunto del técnico asturiano con un fiasco europeo.

Penalti por manos

Disputándose el pase en el grupo de la muerte, los parisinos sabían que no podían permitirse una derrota. Un escenario que los habría abocado a una última jornada de infarto. Por ese motivo, salieron presionando a su rival y encerrando al Newcastle en su área. Sin embargo, las ganas y el talento de los de Luis Enrique se veían contrarrestadas por su nerviosismo, además de la suerte del equipo del norte de Inglaterra. 

Mbappé desaprovechó en el 56’ una oportunidad clara con un fallido remate acrobático. El joven Barcola entró pocos minutos después por Kolo Muani y con su talento y velocidad puso en aprietos al Newcastle. Pero no logró materializar dos ocasiones. El claro dominio del balón del PSG llevó el encuentro a ese escenario que tanto conocen los aficionados del Barça: parecía más un partido de balonmano que de fútbol, con ataques horizontales de los locales, mientras los visitantes intentaban perder tiempo. 

Al final la insistencia del conjunto francés tuvo premio. La justicia futbolística se impuso con un penalti por unas manos dentro del área de Tino Livramento, lateral izquierdo del Newcastle, cuando ya habían pasado cinco minutos del tiempo de descuento. El goleador de Bondy no falló. Y así evitó un susto mayúsculo para el proyecto de Luis Enrique en París.