Clásico del domingo

Una nueva primera vez para Ona Batlle, la futbolista que nunca se fue del todo del Barça

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Ona Batlle controla el balón durante el partido contra el Benfica

Ona Batlle controla el balón durante el partido contra el Benfica / JORDI COTRINA

Laia Bonals

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Cuando Ona Batlle se quitó por última vez la camiseta del Barça en 2017 tenía claro que era para volvérsela a poner. No sabía cuando, ni en qué circunstancia. Cumplió muchas primeras veces lejos del club de su vida: debuts, goles, récords... Pasó por el Madrid CFF y luego por el Levante para acabar recalando en el United, donde se forjó como la mejor lateral del mundo.

Acabó contrato con las red devils y tenía claro que era el momento de coger el camino de vuelta. Volvió a enfundarse la zamarra azulgrana con el 22 a la espalda y, desde que ocupa una taquilla en el Johan Cruyff, los partidos se cuentan por sonrisas. Debut en Liga como culé, igual que lo hizo en Champions con el Benfica. "Ella no le da muchas vueltas, es más bien seria", cuentan desde su entorno. Ahora, es imposible que al nombrarle el clásico no se le escape una sonrisa.

El "escenario ideal"

El partido de este domingo es especial para Ona, aunque la procesión vaya por dentro. "Es único, es la primera vez. Lo disfrutaré y tengo muchas ganas de que empiece el partido", confiesa horas antes del encuentro que llevará por primera vez al equipo femenino azulgrana al Estadi Lluis Companys. Además de ser su debut en un partido contra el Real Madrid como futbolista culé, también vivirá su primer gran partido en el estadio noble del Barça.

Las noches mágicas en el Camp Nou las vio por la tele. Como a todos, se le puso la piel de gallina cuando los 91.553 aficionados llenaron las gradas del ya antiguo estadio culé e inundaron de luces la eliminatoria contra el equipo blanco en cuartos de final de la Champions. En todas las ocasiones le puso ojitos a la tele. Ella quería estar allí, luciendo sus colores. "El escenario ideal, el que me viene a la cabeza, ese cuando llenaron el Camp Nou. Ojalá este domingo pueda ser como eso", reza. Ahora podrá vivirlo desde el césped, aunque sea en la montaña de Montjuic.

Ona Batlle en los pasillos del Johan Cruyff

Ona Batlle en los pasillos del Johan Cruyff / FC Barcelona

Ona llegó a Sant Joan Despí con la determinación de quien viene a trabajar. "Sabe convivir con el foco. Es muy seria, muy profesional. No es extrovertida, ni alguien a quien le guste estar en los medios. Si es algo por parte del club, tipo cosas benéficas, le engancha, pero con los medios de comunicación... Es una persona más distante con los medios", relatan aquellos que la conocen bien. Carácter, tenacidad, esfuerzo y foco. Ona es una jugadora comprometida que, lejos de las excentricidades, siempre mantiene la calma. "Se toma su trabajo con mucha dedicación. Le gusta mucho, y se lo pasa bien, pero es su trabajo e intenta ser metódica y profesional. Focalizada siempre".

Familia en los partidos

Además de volver a vestir los colores del club de su vida, del que se marchó siendo todavía una niña, hay otro factor que también es un plus para la lateral de Vilassar de Mar. "Lo que más me gusta es volver a casa, se encuentra cómoda aquí", relatan desde su entorno. Desde que aterrizó en Catalunya de nuevo, Ona vive cerca de la Ciudad Deportiva, pese a que tiene en mente mudarse en un corto espacio de tiempo.

La adaptación está siendo excepcional, "como si no se hubiera ido nunca". "Le encanta tener la familia cerca. Sobre todo a ellos les encanta, porque la ven más. Su familia va a todos los partidos, y se siente muy cómoda porque tiene a sus amigos de toda la vida y su familia cercana. Le da mucha tranquilidad".

Sesiones más técnicas

Ahora, aterrizar en el Barça no es moco de pavo. Pese a conocer a la mayoría de sus compañeras muy bien por la Selección Española, llegaba a un nuevo vestuario con su propia idiosincrasia. En los pocos meses que lleva aquí, Ona ya es una más, "como si llevara toda la vida aquí y no se hubiera ido". Aunque su adaptación ha ido como la seda, en un inicio había cosas que le chocaban. "No está habituada al ritmo de entrenamientos. La intensidad de los entrenos una de las cosas a las que más le costó adaptarse. Todas van a todo, intensidad a tope. Ve que, cuando llega al Barça, las sesiones son más técnicas que en Manchester", relatan desde su entorno.

Este domingo se prepara para un nuevo hito del que tenía muchas ganas. Aquí no valen las medias tintas y Ona está encantada por ello. Con esas ganas, esa sonrisa discreta y esa determinación espera con ansias saltar al campo del Lluís Companys, en una nueva primera vez para la futbolista que nunca dejo de llevar el escudo culé en el pecho.