UNA TRADICIÓN DESDE 2016

La contracrónica del Barça-Shakhtar: La pitada a la UEFA continuará

Fermín construye el triunfo que brinda el pleno de los nueve puntos y la clasificación casi virtual a los octavos de final

Fermín López dispara al travesaño y el rechace fue aprovechado por Ferran Torres para marcar el 1-0 en Montjuïc al Shakthar.

Fermín López dispara al travesaño y el rechace fue aprovechado por Ferran Torres para marcar el 1-0 en Montjuïc al Shakthar. / Jordi Cotrina

Joan Domènech

Joan Domènech

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También se ha trasladado a Montjuïc la pitada al himno de la Champions. Forma parte de la moderna banda sonora del Barça, apropiada para cargar con la mochila hacia la montaña. Por muchos turistas que pueblen las gradas, siempre habrá miles de culés que no pierden la tradición de silbar al organismo que, para recordar, nació por la denuncia de una inspectora ¡ucraniana! ante la masiva presencia de banderas estelades en la final de Berlín -¡qué tiempos aquellos!- y que luego se repitió en el Camp Nou más profusamente cuando se supo del expediente disciplinario y de la primera multa de 150.000 euros.

Lo importante no es que el aficionado barcelonista conserve los usos y costumbres, sino que la pitada se alargará esta temporada. No acabará con el tercer partido, entre empates y derrotas que echan al Barça de Europa como en los dos últimos años. Con la osadía de pronosticar algo que no está garantizado matemáticamente, en febrero continuará la pitada en el partido de los octavos de final. El pleno de victorias y la progresión del equipo invitan a augurarlo.

El protagonista

Fermín estuvo en todas. En todas las buenas acciones de la noche. Es una joya como todas las demás, aunque carezca de la fascinación de ser un juvenil (sólo tiene 20 años) ni su trayectoria haya sido idílica: tuvo que pasar una reválida en Linares, lo que podría haber sido una suerte de destierro.

Pero el golazo del clásico de Estados Unidos despertó la atención hacia ese desconocido futbolista andaluz, que era teóricamente era un delantero y es un estupendo interior porque reúne el instinto goleador para definir y el físico para correr mucho.

Fermín López, con Oriol Romeu de fondo, agradecen el apoyo del público al final del encuentro.

Fermín López, con Oriol Romeu de fondo, agradecen el apoyo del público al final del encuentro. / Jordi Cotrina

Pocos o nadie tienen el remate y la llegada de Fermín, participante en todas las acciones de peligro. Suyo fue el 2-0, el primer remate que desvió el meta del Shakhtar, dos tiros al poste (el primero derivó en el gol de Ferran) y un golazo de cabeza anulado por fuera de juego.

La táctica

Con un ojo en la clasificación (podía sellarse el pase a octavos, cuando menos virtualmente, con la victoria) y otro en el clásico meditó la alineación Xavi, que tampoco tenía mucho margen de maniobra. Sólo reservó a dos titulares que tenían recambio. Sentó a Christensen y Balde en beneficio de Araujo y Marcos.

Araujo despeja un balón.

Araujo despeja un balón. / Jordi Cotrina

No está en duda que Araujo sea titular ante el Madrid. Queda la interesante duda de comprobar si ejercerá de lateral para enfrentarse a Vinicius, y en ese caso qué pasará con Cancelo, o se mantendrá Cancelo en la banda tras aprobar el duelo frente a Nico Williams, y Araujo permanecerá en el centro.

Puso en liza Xavi a los 11 del primer equipo, dando por incluidos entre ellos a Fermín y Lamine Yamal. Si el equipo imponía su teórica superioridad y encarrilaba el triunfo ante el desmejorado Shakhtar, ya entraría la chavalería.

Marcaje a...

Cambió piezas de sitio Xavi al retocar el sistema y asemejarlo más al 4-3-3 tradicional. Oriol Romeu no tuvo un acompañante en el eje del campo, sino dos interiores, e interpretó claramente cuál era su función. Destacó más en la faceta destructiva. Tres balones recuperados en los primeros diez minutos -uno en los aledaños del área rival- agigantaron a Romeu, criticado en los últimos encuentros. Fue el mayor recuperador del equipo.

Oriol Romeu controla un balón durante el partido ante el Shakhtar.

Oriol Romeu controla un balón durante el partido ante el Shakhtar. / Jordi Cotrina

Sudakov se echó sobre él al principio, convencido el Shakhtar que era el iniciador del juego, y rectificó el cuadro ucraniano cuando ya perdía. Su mayor lunar fue desatender el desmarque de Sudakov en su progresión para marcar el 2-1. No pudo competir con la velocidad del mediapunta.