Fútbol

Aitana Bonmatí es arropada por su gente: "Ojalá consigamos un futbol más justo"

La jugadora azulgrana recibe el reconocimiento de Sant Pere de Ribes en un baño de masa digno de una campeona del mundo

Aitana Bonmatí homenajeada en Sant Pere de Ribes

Jordi Otix

Laia Bonals

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Decenas de niñas miraban el balcón del Ayuntamiento de Ribes con ilusión. Eran poco más de las cinco de la tarde y la música sonaba a todo trapo en la Plaça de la Vila. Muchas camisetas del Barça, casi todas estampadas con el nombre de Aitana Bonmatí. La ciudadana estrella del municipio catalán está gobernando el mundo del fútbol y en su pequeño pueblo de poco más de 30.000 habitantes se han vestido de gala para homenajearla tras un año excepcional. Sant Pere de Ribes es su casa. Y Aitana, que está brillando por todo el mundo, fue arropada por su gente, su familia y amigos.

"¡Campeona, campeona!", gritaban los más pequeños (y no tan pequeños) viéndola salir al pequeño balón del consistorio. Las pequeñas saltaban de emoción, aplaudiendo y gritando para que su ídolo las mirase. Aitana ha tenido tiempo para todos. Una sonrisa, un saludo o un abrazo. La estrella azulgrana volvió a su casa para celebrar, y su pueblo la recibió como lo que es: una campeona dentro y fuera del césped.

"Espero ser un gran referente para todos vosotros, niños y niñas, hombre y mujeres", confesó desde el balcón entre cánticos. "Compartir esto con vosotros es muy especial. Me hacéis sentir siempre muy bien. Son muchos éxitos los de este año, y también los de los últimos años. Ha sido un camino largo el que he recorrido, pero aún me queda mucho por recorrer", confesó la jugadora del Barça ante el micro. "Siempre quise estar en casa, por eso sigo viviendo aquí. Cuando salgo me encuentro con toda la gente que me quiere. Soy una privilegiada", confesó con un brillo especial.

El centenar de personas que ha llenado la plaza del ayuntamiento se ha multiplicado en las gradas del estadio del pueblo. Estrena nombre, por cierto. Una placa ya con la inscripción “Camp de Futbol Aitana Bonmatí” preside la entrada del campo que la vio crecer. Junto a éste, un mural enorme con su cara.

Aitana lo mira como la miran a ella las más pequeñas. Representa un sueño hecho realidad, una ilusión que antes ni tan solo algunas podían imaginar. Alma, Jan o Carla estaban entre las filas de jugadoras del plantel, todos uniformados con los colores blanco, violeta y azul. No sabían que estaban a punto de vivir un momento que nunca olvidarían: completar unos pases con su campeona del mundo. Entre aplausos y vítores, ellos han cumplido el sueño y ella volvió a ser una niña.

Empecé cuando este campo era de arena, de barro. Y ahora vuelvo como campeona del mundo. Quién me hubiera dicho que estaría aquí celebrando mis éxitos, y con todos vosotros. Me hace ilusión ver a tantas niñas porque cuando yo estaba aquí no había casi ninguna. Me alegro de contribuir. Ojalá consigamos un futbol más justo”, explicó la centrocampista desde su lugar favorito sobre el césped. "¡Espero que cuidéis mucho mi campo!".