Xavi, o la "tranquila" gestión del 'fenómeno Lamine Yamal'

Pocos años después de que Messi fuera Messi, aunque lo fue desde el primer día que deslumbró en el Gamper (agosto 2005), se sentaba a hablar con este diario. "Frank me ha llevado de poco a poco y todo ha ido bien", confesaba entonces un agradecido Leo elogiando el trabajo sereno, tranquilo, prudente y valiente, a la vez, de Frank Rijkaard, el técnico que lo acunó en sus asombrosos inicios cuando su fútbol desmentía a su edad. Primero Giuly; luego, Messi. Así anda ahora Xavi, manejando con tacto y, al mismo tiempo con enorme atrevimiento, la joya que tiene entre manos.

No es Messi, pero ha debutado antes que Leo, quien lo hizo con 16 años en un amistoso en Oporto cuando el técnico neerlandés se lo llevó de excursión. A esa edad, Lamine ya se había estrenado en Primera estableciendo récords de precocidad. Debutó él la pasada temporada con 15 años, 9 meses y 16 días cuando Xavi le abrió ante el Betis la puerta del Camp Nou que ya no existe.

Una llamada a Frank

Quien sabe si el técnico de Barça debería descolgar el teléfono y llamar a Rijkaard, que fue su entrenador (2003-2008), para pedirle consejo. Anda Frank jubilado y aislado de todo en sus Países Bajos. A veces se le ve en su modernísimo gimnasio, que ha montado junto a Marco Van Basten, a las afueras de Ámsterdam.

Un maravilloso Gamper (del 2005 cuando Capello, técnico de la Juventus, le pidió a su amigo Rijkaard que le dejara “ese pequeño diablo” al 2023 de Lamine Yamal) resultó ser el prólogo de una irrupción tan precoz como brutal. El Gamper y tres jornadas de Liga (14 minutos esperanzadores en Getafe, decisión y personalidad en su estreno como titular con el Cádiz y traje de jefe y estrella contra el Villarreal) han asentado las bases de ese prodigio.

Hasta la España del criticado Luis de la Fuente, cómplice del discurso de Rubiales, se ha apresurado a sentarse con este niño para que no tenga la tentación de irse con Marruecos, el país de su padre. El viernes, coincidiendo con la convocatoria del seleccionador, se podrá saber la camiseta nacional que ha elegido el joven.

"Las expectativas son muy grandes y más porque es lo que se ve. Pero yo no veo problemas porque Lamine es un chico listo, muy humilde. Muy humilde"

Xavi

— Técnico del Barça

Todo va igual de deprisa que su vertiginoso fútbol. Vertiginoso y, a la vez, paciente porque como recuerda siempre Xavi si en algo es bueno, y lo es en muchas cosas, "es en la toma de decisiones”. Ese factor en el que muchos futbolistas se aturrullan. Él, no. “Elige la mejor y casi siempre la correcta y eso lo hace ¡con 16 años!”, añadió el técnico. El matiz es muy importante. No es solo lo mejor sino la correcta porque no destila egóismo en su fútbol, algo propio de un extremo –es zurdo y arranca feliz desde la banda derecha-, ni tampoco un aire propagandista.

Juega lo que le pide el partido. Y lo que requiere el partido. Habita en la casa que debía ser de Dembélé y no siente presión alguna. Listo como es, ha aprovechado la torpeza de Raphinha, que se autoexpulsó en Getafe, para recordar quien es. Y, sobre todo, quien puede ser. "Las expectativas son muy grandes, sí, sí… Y más porque es lo que se ve", apuntó Xavi, asombrado como todos por la exhibición de Lamine Yamal en Vila-Real.

La Cerámica le despidió con una ovación

"No va de titular por capricho del entrenador. Va de titular porque le vemos capaz de marcar diferencias", precisó el técnico. Y las marca. Basta ver su partido en La Cerámica, que se puso en pie para despedir a un niño de 16 años, 1 mes y 2 semanas.

Elegante y respetuosa, la afición del ‘submarino amarillo’ siempre podrá decir que fue la primera en reconocer con grandeza el talento de ese menor de edad. "Es un jugador diferencial, es listo, es extraordinario, puede marcar una época", soltó Xavi, consciente de que ese tesoro le pertenece. Así lo mima. Así lo acuna, tal si fuera Rijkaard hace casi dos décadas. 

"Hay que llevarlo con tranquilidad. ¿Cómo lo veo? De la manera que es él creo que no tendrá problemas en gestionar esto. Y con la personalidad que tiene tampoco. No lo veo con problemas de gestión. Está encantado, feliz, es un chico extraordinario, muy humilde, trabaja, le gusta el fútbol. No le veo problema, no…. Lo veo muy preparado para jugar en el equipo", argumentó Xavi, cuya valentía en ponerlo ha encontrado una recompensa inmediata.

"Claro que me sorprende. Me sorprende por la edad. No soy una excepción. Es como todos. ¡16 años recién cumplidos!”, confesó el técnico que no tuvo miedo alguno en darle el carril derecho. Miedo tampoco demostró Lamine para ser el delantero más desequilibrante de un Barça que tiene a Lewandowski.

Solo Sheila, su madre, tiene "miedo cuando, a veces, me ve de titular”, según confesó el propio jugador. Pues debería irse acostumbrando a convivir con ese miedo porque Lamine, su hijo, asusta a todos. Tras deslumbrar en Vila-real, se marchó feliz a dormir a La Masia, como si nada del otro mundo hubiera hecho.

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