Opinión

Di que sí, Rubiales, por tus cojones

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Voy a escribir solo dos detalles antes de ponerme a decir barbaridades sobre el altivo, empoderado y altanero Luis Rubiales y así me añado a las cientos, miles y millones de voces, de textos, de gritos que piden su dimisión, que, curiosamente, debería haber presentado el mismo domingo de autos, aunque, entonces (incluso ahora), ni siquiera sabe qué le ocurrió.

Bueno, eso sí lo sabe: se cree con poder y autoridad para hacer lo que le dé la gana. En el fondo, como muy bien demostró, también en el palco del estadio de Sídney, Rubiales lo hace todo, todo, incluso todas las cosas que se conocen de él y que debieron de propiciar, hace ya muchos meses, su dimisión y/o destitución, porque le sale de los cojones.

Rubiales durante la recepción en Moncloa

Rubiales durante la recepción en Moncloa / EFE/Juan Carlos Hidalgo

Insisto, para mí (siento no coincidir con millones de críticos) fue más grave, impropio, impresentable e inadecuado tocarse los huevos para expresar y decir que estas chicas son campeonas del mundo por sus o por mis cojones, que el morreo.

Pues eso. Con perdón, sigo. Hay dos detalles que no me gustaron, repito. Uno, hubo muchos/as, bueno, bastantes, periodistas y articulistas que escribieron y publicaron antes (ya saben, en tiempos de redes, publicar es un plis plas y escribir, también, también) su comentario y crítica contra el gesto (el de llevar las manos a su paquete se descubrió más tarde) el artículo contra Rubiales que el artículo elogiando la enorme, tremenda y, tal vez, irrepetible gesta del fútbol (y del deporte) femenino español. Eso, la verdad, no me gustó. Primero, lo primero.

Y, dos, tal vez como consecuencia de eso, se acabó produciendo un efecto dominó en el que el morreo de un ser que estaba fuera de sí, es decir, ausente, relleno de prepotencia y machismo, se convirtió en la noticia más valorada por encima del logro de las chicas.

El daño que se les ha hecho a las campeonas a nivel mediático no sé si les compensará como mujeres, pues hasta Jeni Hermoso le restó trascendencia al ‘pico’. Pero llegó tarde, las yemas de los dedos ya volaban sobre las teclas.

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