Balance del año

Yulimar Rojas, la pantera insaciable del triple salto

La atleta venezolana sumó dos oros más en los Mundiales de Eugene y de Belgrado en pista cubierta, este con récord del mundo, y domina su prueba desde 2017 con aplastante autoridad

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José Carlos Sorribes

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Yulimar Andrea Rojas Rodríguez (Puerto La Cruz, Venezuela, 21 de octubre de 1995) es de aquellas deportistas que marcan una época a partir de un aura de imbatibilidad. Algo que rodeó en su día por ejemplo a Serguei Bubka, pese a su batacazo en Barcelona-92, o en la actualidad al sueco Mondo Duplantis, también especialista de salto con pértiga como el ilustre ucraniano. La longilínea venezolana es la reina indiscutible del triple salto. Lleva cinco años en la cúspide acumulando una medalla de oro tras otra (este año dos más) y sumando récords con la mirada puesta en irse más allá de los 16 metros con solo tres zancadas. Cuando ganar es un hábito perseguir retos casi inalcanzables acostumbra a ser la mayor motivación.

Con 1,92 de estatura y 72 kilos sería hoy, sin ninguna duda, una gran jugadora de voleibol si hubiera seguido practicando el primer deporte que captó su atención cuando era una adolescente. Pero empezó a saltar, antes hacia arriba que de forma horizontal, y también a correr. Tenía madera de atleta y el salto de altura, los 100 metros vallas y posteriormente la longitud se convirtieron en las especialidades donde dio sus primeros pasos atléticos. Llegó incluso a superar los 1,87 metros, una marca que fue récord sudamericano juvenil de salto de altura.

La venezolana se trasladó en 2015 a Guadalajara para entrenar con Iván Pedroso y su carrera cogió entonces un impulso brutal

Iba camino del éxito, pero lo aceleró en 2015 cuando con 19 años se puso en contacto a través de Facebook con el legendario exatleta y entrenador cubano Iván Pedroso, el gurú de los saltos horizontales. Le pedía, de forma modesta, que le hiciera un hueco en su grupo de entrenamiento en Guadalajara. Pedroso aceptó rápidamente: sabía que iba a tener un enorme diamante que pulir, y con resultados inmediatos. Yulimar Rojas heredó pronto el trono de Caterine Ibargüen, la otra gran estrella sudamericana de la prueba. En los JJOO de Río-2016 la colombiana todavía se colgó la medalla de oro a sus 32 años (15,17 m.), con la venezolana por detrás (14,98) con solo 20.

Un monólogo constante

A partir de esa cita olímpica, el triple salto femenino ha sido un monólogo constante de Yulimar Rojas. Campeona mundial en 2017, 2019 y 2022, y bajo techo en 2018 y 2022 (ya lo había sido en 2016), y campeona olímpica en Tokio-2020. En la capital japonesa logró el ansiado récord mundial con 15,67 metros, una distancia que este año ha superado en siete centímetros en el Mundial de pista cubierta en Belgrado con 15,74.

Esa ristra de títulos y marcas ha llegado desde que se puso bajo la tutela del sabio Pedroso, que entrena también en Guadalajara a la triplista gallega Ana Peleteiro. El preparador cubano le ha sacado todo el partido a una atleta explosiva que se mueve por el callejón de saltos como una pantera por su velocidad y elasticidad. Que tiene además una larguísimas piernas que la pueden impulsar donde sus rivales casi ni sueñan llegar.

La IAFF la acaba de designar segunda mejor atleta del año por detrás de la vallista estadounidense Sydney McLaughlin, un reconocimiento que la venezolana ya logró en 2020. El próximo verano, en el Mundial de Budapest, volverá a captar todos los focos. No solo buscará otro oro para su colección, también superar la frontera de los 16 metros. 

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