MUNDIAL DE EUGENE

Mundial de atletismo | Yulimar Rojas logra su tercer oro mundial con un triple salto de 15,47

La atleta del FC Barcelona consigue la medalla con la quinta mejor marca de la historia pese a saltar algo lesionada

Yulimar Rojas.

Yulimar Rojas.

Gerardo Prieto

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Yulimar Rojas no empezó bien del todo su tercera final mundialista al aire libre. Público en Hayward Field y telespectadores somnolientos al otro lado del Atlántico, daban por descontado el oro para Rojas, así que se esperaba contemplar un récord del mundo en triple salto, un intento al menos. 

La doble campeona del mundo, desde ayer triple medallista de oro, realizó un primer salto de 14,60 metros. Un saltito para la venezolana si lo comparamos con su su récord planetario, 15,74 en el Mundial bajo techo del pasado invierno en Budapest, y 15,67 al aire libre, más de un metro de diferencia entre su primer salto y su tope. Incluso la jamaicana Shanieka Riketts se había puesto por delante provisionalmente. Insólito, algo no iba bien y la atleta se fue a la grada para consultar a su técnico Iván Pedroso.

Pedroso ha sido un grande en salto de longitud y ahora lo es como entrenador y gurú en las pista de Fuente de la Niña de Guadalajara, un imán y un refugio para el exilio atlético latinoamericano. 

Sin miedo

El cubano le quitó el miedo de la venezolana, tocada en el psoas, porque en el segundo salto Rojas pisó la tabla sin contemplaciones y alcanzó los 15.47 sobre la arena, ayudada por el viento a favor y al límite de lo establecido como válido. Una marca inalcanzable para el resto de competidoras. 

Su tercer título mundialista ya estaba en el bolsillo y las molestias en el psoas ilíaco aconsejaban no volver a forzar. El viento cambiaba continuamente de dirección. "No ha sido con la marca que quería por algunos factores. Lo primero que no competí mucho este año y el viento no ayudó con la carrera", señaló Rojas antes de confirmar que no intervendrá en el salto de longitud, en el que estaba inscrita.

Campeona olímpica, tres oros en mundiales al aire libre y tres bajo techo, Yulimar Rojas tiene como objetivo ser la primer atleta en superar los 16 metros. Con la final ganada, sus molestias no se lo permitieron. Le queda un buen trecho todavía. Y ya pasa de los 30, aunque la capacidad de lucha y supervivencia de la poderosa atleta venezolana parece no tener límites.

Contacto con Pedroso

Con 25 años empezó jugando al voleibol antes de probar con el atletismo. La pubertad de Yulimar recuerda a uno de esos lugares del realismo mágico en el que nunca deja de llover. La joven venezolana vivía entonces en un ranchito cerca de Puerto La Cruz, no lejos de la capital venezolana. Llovía tanto y las goteras eran tan grandes que se refugiaba en el polideportivo a secarse y a jugar a lo que saliera. Le gustaba el volei, tenía ventaja con su 1,92 de estatura, pero por la cancha solo pasaba el míster que sabía de atletismo y éste resolvió probarla en los saltaderos.

La jeva venezolana ya destacaba entonces entre las saltadores más jóvenes cuando contactó a través de una red social con Pedroso. El técnico cubano ya se había fijado en la patilarga de Caracas, y dos meses después, la atleta que empezó jugando al voleibol, luego saltando altura y más tarde longitud, encontró por fin su lugar en la pista roja botando tres veces. 

En 2015 se mudó a Guadalajara para entrenar con su nuevo técnico. En 2016 sacó la plata en los Juegos de Río y en 2019 el primer récord en pista cubierta, 15,43 metros. "El atletismo puede que sea un deporte individual, pero detrás de cada atleta hay un equipo ayudando a conseguir el éxito. Mi entrenador es mi inspiración", repite a menudo la pupila más destacada del ex saltador, campeón olímpico en Sídney-2000.