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Argentina enloquece con el mundial de Qatar: 'figuritas', televisiones y viajes

Messi se convierte en el objeto del deseo inalcazable de la colección de cromos de Panini que, completa, puede llegar a costar 1.100 euros

Venta de cromos del Mundial en un puesto callejero de Buenos Aires.

Venta de cromos del Mundial en un puesto callejero de Buenos Aires. / Abel Gilbert

Abel Gilbert

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El reciente 'cyber monday' que ha organizado la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), con la participación de más de 1.000 empresas, ha arrojado ventas online de unos 183 millones de euros en 48 horas, un 47% más que un año atrás. Los productos más vendidos, con descuentos de hasta un 50%, fueron teléfonos móviles, televisores y, también, aunque a precios que no aceptaban rebajas, los cromos del Mundial de Qatar.

Después dos meses de su lanzamiento en el mercado, la locura por las llamadas "figuritas" está lejos de disiparse. Hubo semanas que esos objetos del deseo popular con las imágenes de los jugadores de la selección argentina escasearon en sus lugares de compra naturales, los kioscos y supermercados. Se impuso el mercado negro, con su lógica implacable, y hasta se llegó a pedir una casa a cambio de la supuestamente inhallable iconografía de Leo Messi, algo así como la llave del tesoro de la felicidad. Los precios se han reducido, si se comparan con esos días de pulsión posesiva. Pero todavía siguen siendo exagerados: a una semana de que comience el torneo, la colección de cromos puede costar 1100 euros.

El reproche de la esposa

El estado de movilización permanente alrededor de las imágenes de los jugadores ha sido retratado con mordacidad pero, a la vez con precisión, por Rubén Tuesta, un actor peruano instalado en Buenos Aires que ha grabado con Bizarrap, uno de los productores más importantes de América Latina de reggaetón El álbum de figuritas. La letra podría hablar por muchísimos argentinos: Ya es lunes temprano no quiero ir al colegio, mi mami le pregunta por el salario a mi viejo, lo gastamos en figuritas, lo gastamos en todas partes, abrimos un montón y Messi no le toca a nadie.

Unas 34 millones de personas se han desternillado de risa en Youtube cuando Tuesta dice: Hasta vendimos el auto para comprar al diez, por fin lo conseguimos, salió el del PSG, pero era Mbappe, quería a Messi y me salió Mbappe . No es solo el hijo el que ha fracasado en el intento. Su padre también quería lo mismo. La esposa le reprocha: "gastaste el ahorro, no hay para la renta, bloquearon la Visa". Y lo abandona. "Ahora te quedas sin auto, ni esposa ni Leo, si te dicen cornudo no es problema mío".

La imagen de Messi sigue siendo la más buscada, acaso por una creencia colectiva de que es portadora de la suerte. Panini, la multinacional que fabrica las cromos, aseguró que, en rigor, no existen "figus" difíciles de conseguir. Pero el impulso natural es ir a la caza de la del exjugador del Barcelona.

Un Mundial, dos Argentinas

En un país con casi 40% de pobres y una inflación anual cercana al 100%, la cercanía del Mundial parece poner entre paréntesis todos los conflictos. Se estima que unos 45.000 argentinos estarán en Qatar, una buena parte de ellos residentes en Europa y Estados Unidos. Unas 15.000 partirán desde este país. Han tenido que adquirir dólares un 10% más caros de lo que se vende en el mercado negro. El Gobierno impuso el "dólar Qatar" para desestimular a los viajeros y, de esta manera, cuidar las exiguas reservas del Banco Central. Ni caso. "Alentar al seleccionado" vale para la clase media y alta más que una misa.

 El fútbol es un componente vital de la identidad. Pero, también, y especialmente en los Mundiales, una máquina de crear símbolos y sentidos de pertenencia. Las publicidades exaltan el modo de "sentir" los partidos, la importancia de haber ganado dos torneos, uno de ellos con Diego Maradona, y la última posibilidad de repetir la hazaña con un Messi de 35 años.

El Mundial se experimenta las 24 horas. Tarjetas de crédito, cervezas, petroleras, todas coinciden en sus mensajes que, ante todo, en estas horas de paroxismo, se pone en escena una representación festiva de la 'argentinidad'. El balón condensa una idea de la "patria". De ahí que las grandes empresas "hinchan" por la selección, desde Adidas y la exchange de criptomonedas Binance a Coca Cola, las principales marcas de cerveza y las grandes casas de apuestas online. La fabricante de televisores Noblex lanzó su campaña "Paga Dios", por la cual, si se adquiere un aparato para ver mejor los partidos y Argentina se consagra campeona, se devuelve al comprador el dinero abonado.

Pero toda esta fiebre consumista se empequeñece frente a lo que ha sucedido con las cromos. El valor del álbum, con 670 imágenes, de las cuales 50 son brillantes y 80 especiales, se ha incrementado un 1200%en comparación con Rusia 2018, mientras el de cada paquete subió un 900%. Hay que pagar 0,5 euros por uno de ellos, siempre que se considere solo el precio fijado en el circuito de la economía formal y que no sea Messi el objeto en cuestión.

Para completar el álbum se requiere, como mínimo, y si no se repite ningún cromo, 127 sobres, lo que equivale a 66 euros, un tercio del salario mínimo. Pero como dice la canción de Tuesta, la sed compradora ha conducido al despropósito a más de uno.

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