Un error increíble del portero evita el primer triunfo del Espanyol en casa

No hay manera. Cuando más cerca parecía la primera victoria del Espanyol en casa, otra acción desgraciada hundió a los pericos (2-2). El equipo blanquiazul había hecho lo más difícil al remontar el gol del Valencia gracias al talento de Joselu y Darder, que dejaron muy cerca un éxito que no acabó de consumarse. En un final alocado, con una expulsión por bando, un balón bombeado de Cömert sin ningún peligro se acabó colando en la portería de Álvaro ante la desesperación de los 20.000 pericos que acudieron al RCDE Stadium. 

La imagen final del meta blanquiazul pidiendo disculpas a los hinchas lo resume todo. Ya había fallado en San Sebastián en la derrota contra la Real, pero la cantada de este domingo fue durísima. En el último suspiro se vino abajo todo el trabajo de un encuentro que aglutinó las señas de identidad que acompañan al sentimiento perico. Corazón, coraje, sufrimiento y desgracia se mezclaron para terminar con unas tablas que saben a muy poco. 

Choque de ida y vuelta

Apostó de inicio Diego Martínez por Calero en el lateral derecho, el puesto más problemático por las bajas de Óscar Gil y Rubén Sánchez. Conocedor de esa carencia, Gattuso cargó el juego de su equipo en la izquierda. Con el tándem formado por Gayà y Samuel Lino, el Valencia destrozó ese carril. Suerte tuvo el Espanyol de salvar el arreón del cuadro visitante, que pudo avanzarse al menos en tres ocasiones en el primer cuarto de hora: Cavani no llegó por poco a un centro del lateral zurdo internacional (m. 9), Álvaro salvó el tanto de Lino (m. 10) y el uruguayo remató alto tras otra buena acción del extremo brasileño (m. 13). 

Con 2-1 y uno más, la victoria estaba más alcance que nunca, pero el Espanyol se empeñó en complicarse la vida

Solventada esa agonía, llegó el turno de Braithwaite, que protagonizó la primera oportunidad local con un duro disparo repelido por Mamardashvili (m. 16). Samuel Lino continuó haciendo daño en un choque de ida y vuelta con demasiados espacios que no favorecía al Espanyol. Darder intentó rebajar las revoluciones con su habitual criterio y el partido llegó al descanso más equilibrado que en su comienzo.

Cabezazo de Gabriel Paulista

Regresó de los vestuarios el cuadro perico con Aleix Vidal en lugar de Puado en una segunda parte que empezó más atascada. Cuando más igualado parecía todo, irrumpió uno de los males del equipo en este curso. Gabriel Paulista se agigantó por encima de Vini Souza y adelantó al Valencia con un cabezazo letal. Era el quinto gol que encajaba el Espanyol a balón parado en esta Liga. Lejos de hundirse, el Espanyol tiró de su jugador más resolutivo para poner las tablas gracias a un precioso disparo de Joselu (m. 56). 

Ese gol del ariete gallego dio alas al equipo catalán, que vivió sus mejores minutos tras el empate. Braithwaite topó con el meta en una buena ocasión que terminó con un remate picado de Darder al larguero. Gattuso intentó frenar la avalancha local con un triple cambio con Cavani, muy lejos de su mejor nivel, entre los sacrificados. Las sensaciones eran buenas en los locales y el nuevo capitán se encargó de certificar la remontada con una de sus clásicas conducciones sellada con un disparo que sorprendió a Mamardashvili (m. 83). 

"Es frustrante no llevarte los tres puntos por una acción en el 95 que no era ni un tiro. Lo que hoy nos ha quitado el fútbol nos lo tiene que devolver en el futuro"

— Diego Martínez / Entrenador del Espanyol

Expulsión de Braithwaite

El partido se puso aún más de cara con la absurda expulsión de Marcos André (m. 85). Con 2-1 y uno más, la victoria estaba más alcance que nunca, pero el Espanyol se empeñó en complicarse la vida, primero con la roja de Braithwaite por una agresión a Thierry tan innecesaria como la anterior del jugador valencianista y después con la entrada en escena de Álvaro.

El exportero del Huesca estuvo a punto de zamparse un tiro de Nico (m. 94) que acabó salvando sobre la línea. Poco después se consumó la tragedia. Cömert metió como pudo un balón en el área, Álvaro pensó que se iba fuera y el esférico terminó alojado en la red. Increíble.