UN PRODIGIO DE 25 AÑOS

Fernando Roig nos descubre los secretos del Villarreal, el paraíso del fútbol

Fernando Roig y José Manuel Llaneza, su mano derecha, han convertido al Villarreal, semifinalista de la Champions, en uno de los clubs y equipos más admirados del mundo.

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Emilio Pérez de Rozas

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«Yo no me siento dueño del Villarreal, yo solo soy el gestor de un espíritu que es maravilloso y es el espíritu de sentirse seguidor amarillo, una sensación que vive todo un pueblo, que ha convertido este club en la mayor de las familias».

La voz de Fernando Roig, propietario del Villarreal desde hace exactamente 25 años, suena con cierto eco, algo ronca, sonora, como pertenece a uno de los empresarios más poderosos de España y, por supuesto, ejemplo vivo de cómo puede y debe construirse un club de fútbol modélico.

El miércoles pasado, Roig nos regaló «encantado» desde su coche («tranquilo que no conduzco yo»), el trayecto desde la segunda ciudad deportiva del Villarreal, que acababa de inaugurar de la mano del central Pau Torres, cuyo nombre lleva la instalación, hasta el aeropuerto de Valencia.

La comida de 1997

«No hay éxitos fruto de una sola persona», explica Roig, que continúa rechazando los piropos, la aureola de haber convertido a Vila-real en la localidad más pequeña de Europa en poseer un título continental y en el municipio español con más campos de fútbol por habitante: un terreno de juego cada 3.000 vecinos.

"Yo no me siento dueño del Villarreal, yo solo soy el gestor del espíritu amarillo"

— Fernando Roig / Propietario de Pamesa y del Villarreal CF

«Todo es fruto de cientos de personas y eso no lo digo yo, lo sabe todo el mundo, empezando por don Pascual Font de Mora, antiguo propietario, que, gracias al gran José Manuel Llaneza, me vendió el club en una comida en el restaurante Avenida 41, el 15 de mayo de 1997, y terminando por mi hijo Fernando Roig Negueroles, que es quien lleva las riendas de este milagro», continúa explicando el dueño de Pamesa, «pasando por Antonio Díaz, el jugador que marcó el 0-1 de mi primer partido, en Pamplona, cuando solo chutamos una vez a puerta y fue gol».

Se ha cortado la conexión. No importa. Al segundo, llama el señor Roig. «Es imposible hablar de todos los que nos han ayudado a crear ese sentimiento de idéntidad amarillo, limpio, amable, deportivo, cariñoso y de orgullo. Eso no es cosa mía, de los Roig, de Llaneza, de la plantilla, es cosa de todo un pueblo, por eso estamos hablando de algo familiar, muy íntimo, pequeño pero que trata de soñar a lo grande. Nuestra Champions no es ser semifinalistas, ni siquiera ganar la Europa League, un logro impensable hace 25 años, nuestra Champions es seguir en Primera».

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Fernando Roig, dueño de Pamesa y presidente del Villarreal, pasea sobre el césped del Allianz Arena. / El Periódico

Roig insiste en que él solo trata de devolverle a la sociedad, a su pueblo, a sus 18.000 abonados y miles de seguidores, lo que la sociedad le ha dado a él. «Pensar en amarillo, ilusionar en amarillo, competir, más que ganar, en amarillo fue el fin de aquella compra, lo que yo llamaría el ‘esperit de poble’. Y hoy ha sido maravilloso cuando, en la inauguración de nuestra segunda ciudad deportiva, los canteranos que había allí ya son, ya sienten, los colores del Villarreal desde que nacen. Antes, eran del Real Madrid, del Barça, del Valencia…ahora, nacen amando al Villarreal».

Un matagigantes

El Villarreal vive desde hace ya mucho tiempo entre los grandes de Europa y es semifinalista de la Champions tras eliminar, ¡ojito al dato!, a la Juventus, ganadora de dos Copas de Europa, y al Bayern de Munich, poseedor de seis ‘orejonas’. Ahora se medirá con el Liverpool, dueño de otras seis Copas de Europa. «El Villarreal quiere ser grande, pero lo quiere lograr sobre sólidos cimientos, de ahí que todo lo logrado sea, en efecto, fruto de una gran inversión, pero también producto del cariño, el esfuerzo y el trabajo de miles de personas», remata Roig.

Pau Torres, el primer jugador nacido, criado, instruido, titular e internacional del Villarreal desde la cuna hasta la selección española, nació cuatro meses antes de que Roig comprase el club y Llaneza empezase a protagonizar la gestión más impresionante de las últimas décadas, firmando los primeros contratos en servilletas de papel del bar Juani, frente al Madrigal. Llaneza, otro mago que se niega a ser reconocido como tal, ha tenido que retirarse de la escena (padece leucemia), pero no deja de pensar y ayudar a su Villarreal.

"Esta ciuad respira fútbol por todos sus rincones y este club es una gran familia"

— Marcos Senna / Mito y embajador del Villarreal CF

«No era fácil convertir un equipo de pueblo en el país de las maravillas», comentaba Llanezas en un programa de TV donde le entrevistaron. «Yo lo único que puedo hacer es agradecer la confianza ciega, que no sé si merecía, que don Fernando depositó en mí desde que salimos del restaurante Avenida 41 para que me cuidase de todo». Y ‘todo’ significaba, según Llaneza, arreglar el césped, a lo que se negó el ‘mister’ de aquella época «porque necesitamos un terreno de juego horrible, pues nosotros jugamos pelotazo arriba y que pase lo que Dios quiera, ¡ni se te ocurra arreglar el césped!»

La cuchara y el tenedor

Todo el mundo mira y elogia a Llaneza cuando habla del paraíso del fútbol. La grandeza de Llaneza se mide, no solo por su enorme personalidad y fidelidad a un proyecto, sino por detalles como que jamás fichó a ningún futbolista con quien no hubiese mantenido antes una comida privada. «¿Por qué? Porque uno aprende muchísimo de cómo coge la cuchara y el tenedor su invitado. Eso me da idea de qué tipo de persona tengo delante. ¿Entendido?" Entendido.

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El equipo del Villarreal celebra, sobre el césped del Allainz Arena, su clasificación para las semifinales de la Champions. / El Periódico

Todo eso (y más) le sirvió a Llaneza, por ejemplo, para fichar a Manuel Pellegrini («¡pero, José Manuel, estás loco, cómo vamos a fichar a un técnico que no ha entrenado a nadie!”, le dijo Roig) y el ingeniero chileno acabó convirtiendo al ‘submarino amarillo’ en una máquina de jugar a fútbol. Y es que Llaneza tiene un ojo privilegiado para el fútbol, aunque siempre se ha arrepentido de que, en la comida que mantuvo con Rodolfo Arruabarrena, le prometiera que en Villa-real siempre hacía sol. «Cada vez que llovía, ‘El Vasco’ subía a mi despacho y me pedía rescindir el contrato ‘porque usted me dijo que aquí siempre hacía sol’. Era un chico espectacular».

Si alguien conoce la obra de don Fernando y Llaneza, dos visionarios como ha quedado demostrado, ése es Javi Mata, el periodista y protagonista del milagro de Radio Vila-real, el único que ha retransmitido partidos del Villarreal de la división más pequeña a la Champions. «Yo he visto a gente levitar en Allianz Arena, de Munich», relata Mata, que tiene la historia del ‘submarino amarillo’ en su cabeza. «Yo he visto a don Fernando ir, casa por casa, de los alrededores del Madrigal, comprándolas, dinero en mano, para ampliar el estadio y convertirlo en La Cerámica de hoy. Y yo he visto como don Fernando, en Vigo, pedía permiso a la plantilla para adelantar el charter de regreso del equipo para poder ver el partido del juvenil B».

La Masia 2.0

Mata estaba, hace 25 años, en todas partes y asegura que la gente del entorno de don Fernando, los gestores de este milagro, se burlaban (cariñosamente) de él, cuando decía que iba a convertir a su Villarreal en un equipo grande de Europa. «¿Pero de donde ha aparecido este marciano?, le decían sus compañeros de viaje», señala Mata. «Y ahí tienes al Villarreal, con mejor cantera, o parecida, que La Masia, habiendo copiado el modelo del Barça, pero con una diferencia: él sí está en la Ciudad Deportiva, siempre, cada día».

Don Fernando solo quiere gastarse dinero (si es necesario) en el crack, lo demás, cuenta Mata, debe salir de la cantera, por eso tiene acuerdos con muchos clubs españoles, tantos campos, dos ciudades deportivas, una residencia que es la envidia de toda España…y por eso se siente orgulloso de que «Unai Emery, que ha añadido al tiki-taka amarillo colmillo, coraje, físico, ‘sevillanizando’ el Villarreal», dice Mata, coja, cada día, a cinco o seis juveniles para que se entrenen con los profesionales. «Eso sí, a don Fernando le pone de los nervios que, cuando esos chavalitos firman su primer contrato profesional (250.000 euros), el Real Madrid o el Barça les ofrezca cuatro veces más».

"Yo he visto a gente del Villarreal levitar en el Allianz Arena, de Munich"

— Javi Mata / Locutor de Radio Vila-real

«Yo soy perfectamente consciente de ser un privilegiado ¡claro que sí!», cuenta Marcos Senna, mito amarillo y embajador del club. «Esta ciudad respira fútbol por todos los rincones y este club ha llegado donde ha llegado porque es una familia. Yo, en el palco del Bayern, lloré abrazado a don Fernando y a su hermano Paco, pero no eran dos ricos y un exfutbolista los que se abrazaban, éramos tres locos festejando el espíritu de todo un pueblo».

El exportero César Sánchez, que asegura que, a lo largo de estos 25 años, ha habido clubs que han invertido mil veces más que el Villarreal «sin logro alguno», entiende que muchos piensen que la gente exagera con la grandeza del Villarreal. «Vale, lo admito pero, si quieren salir de dudas, vengan y vean lo que es esto. ¡Una locura! Si ven lo que es este club, dejarán de considerarnos unos locos. Aquí se vive el orgullo de las cosas bien hechas, el club es de todos y hay un sentimiento de pertenencia único y la defensa de unos valores, que son los que hemos escogido para educar a nuestros hijos».

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Unai Emery, el técnico que a 'sevillanizado' al artístico y virtuoso Villarreal. / El Periódico

«Aquí no hay nadie por encima de la idea», cuenta Santi Serra, de ICM Stellar, la agencia que representa a Yeremy Pino y Gero Rulli. «Aquí le ponen el nombre de Pau Torres a la segunda ciudad deportiva porque es el ‘xiquet de poble’ y porque es la prueba más evidente, cristalina, de que parte del éxito de este club es la normalidad con la que vive sus grandes momentos. Aquí ha venido el Newcastle a arrebatarles a Emery y el club, los Roig, ni han pestañeado porque gestionaron la situación con un tacto admirable».

Catedral futbolística

«Desde que eliminamos al Bayern trato de dormir lo menos posible», relata Tino Traver, coordinador del Roda de Castellón y pieza vital en la cantera del ‘submarino’: 76 equipos y 1.500 niños. «Duermo lo justo porque temo despertarme y que nada de lo que estamos viviendo sea cierto».

Para explicar lo que es este Villarreal, Tino utiliza ese medio chiste en el que un peatón se para ante una obra y le pregunta a un obrero qué está haciendo. «Yo, una pared». Le pregunta al segundo. «Yo, una columna». Y hasta a un tercero. «Yo, señor, estoy construyendo una catedral». «Pues eso es en lo que se ha convertido aquel club modesto que compró don Fernando hace 25 años, en una catedral futbolística, gracias a los ladrillos que han puesto cientos de personas».

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