El peor Espanyol desata las iras de la afición en Cornellà

Más de cuatro meses llevaba sin ganar el Rayo Vallecano en la Liga y su primer triunfo en 2022 llegó en Cornellà (0-1). El Espanyol siempre ha sido un clásico revitalizante de equipos en apuros y este jueves reforzó esa faceta. El equipo de Andoni Iraola no vencía desde el 18 de diciembre ante el Alavés (2-0). Catorce partidos después tumbó al bloque catalán para encarrilar una salvación que los pericos ya tienen virtualmente asegurada.

Mucho mérito tienen los 11.873 espectadores que acudieron a Cornellà en un día lluvioso y sin alicientes. Estuvo muy cerca de ser la peor entrada de la temporada, pero era previsible. Sin desafíos clasificatorios atractivos, al Espanyol solo le quedaba dar una alegría a su afición como la vivida en el anterior duelo en casa contra el Celta, saldado con un agónico triunfo gracias al gol salvador de Wu Lei. 

Una marcha más

No fue el único desenlace con suspense de las últimas jornadas, ya que los choques en el campo de la Real Sociedad y el Atlético también se resolvieron en el último suspiro, en ambos casos con penaltis polémicos que condenaron a los pericos, muy molestos con el VAR.  

"Es el peor partido en las dos temporadas que llevo aquí. No hemos sido nosotros, nos ha faltado de todo"

— Vicente Moreno / Entrenador del Espanyol

Vicente Moreno había insistido en la víspera en que el equipo debía afrontar el partido «como una final de Champions» para fortalecer los notables registros del Espanyol en casa. Una victoria habría permitido a los blanquiazules rebasar al Celta e igualar en la tabla al Valencia, una equiparación meritoria.

Sin embargo, la puesta en escena fue decepcionante desde el comienzo. El Rayo empezó con una marcha más ante un rival que dejó atrás la formación con tres centrales del pulso en el Metropolitano. El técnico valenciano volvió a apostar por su dibujo favorito, con cuatro defensas y el regreso de Yangel Herrera al once inicial.

Ocasión de RDT

Sin noticias ofensivas del Espanyol, el cuadro de Iraola fue acercándose cada vez con más peligro al marco de Diego López y el premio llegó con un tiro de Guardiola (m. 42). El portero gallego, fundamental en este curso, no estuvo muy atinado en un remate al límite del fuera de juego. El VAR validó el gol para desesperación de un Espanyol que acarició el empate justo antes del descanso, pero Raúl de Tomás remató rozando el poste. 

Embarba suplió a un golpeado Keidi Bare, pero el juego perico siguió atascado. Lento, previsible y sin chispa, estuvo siempre más cerca el segundo del Rayo que el empate. Un zurdazo al poste de Álvaro García a la hora de juego volvió a poner al Espanyol contra las cuerdas.

Había pocos aficionados, pero no faltaron los cánticos pidiendo la marcha de Rufete, el director deportivo que comanda un proyecto estancando. «Es el peor partido en las dos temporadas que llevo aquí. No hemos sido nosotros, nos ha faltado de todo», reconoció Vicente Moreno. La próxima cita será en el Bernabéu.