El espectáculo de la Super Bowl vuelve a Los Ángeles

Había que intervenir ante la caída de audiencia en los descansos de la Super Bowl. Solo podía evitarlo el artista más grande. Uno que estuviera a la altura del deporte más visto en los Estados Unidos. Aquellos 13 minutos de intermedio en el duelo entre Dallas Cowboys y Buffalo Bills (28-10 en el entretiempo, 52-17 al final) transformaron para siempre la concepción del espectáculo. Hubo un antes y un después de la actuación de Michael Jackson aquel 31 de enero de 1993.

Tan recordada y paradigmática fue aquella final de la Super Bowl no había vuelto a Los Ángeles desde entonces. El Rose Bowl de Pasadena fue el escenario de la coronación de Troy Aikman, quarterback de los Cowboys. Este año es el espectacular SoFi Stadium de Inglewood la sede de la edición 56 de la final de la NFL (12.30 de la noche del domingo al lunes). Inaugurado el 13 de septiembre de 2020, se estrenó con la primera jornada de la temporada 20-21, en la que Los Ángeles Rams recibían, precisamente, a los Cowboys.

El retorno a la California coincide con la reaparición de los Rams en la finalísima, que se enfrentarán a los Cincinnati Bengals, un proyecto construido sobre diferentes bases, y que ha sido el conjunto revelación de la temporada. Los Rams permanecieron 21 años lejos de la ciudad angelina, desde que Georgia Frontiere, la propietaria, decidiese llevarse a la franquicia a Saint Louis (Missouri) en 1995. Dos décadas más tarde (2016) los nuevos dueños decidieron devoverla a California. 

De nuevo en casa

Dos NFL (1945, 1951) y una Superbowl (2000) es palmarés suficiente para confiar en el alirón de unos Rams que disputarán la final en su hogar, algo que solo había ocurrido una vez en la historia, precisamente la temporada pasada con los Tampa Bay Buccaneers, que acabaron campeonando ante los Kansas City Chiefs por 31-9.

Pese a ser una franquicia exitosa y disputar su última gran final en 2019, cayendo ante los Patriots de Tom Brady (13-3), los veinte años en St. Louis han provocado que la vuelta a LA no haya derivado un boom de aficionados. Para intentar enganchar al público, Sean McVay ha juntado un equipo estelar con el pistolero Stafford, Jalen Ramsey, Von Miller, Odell Beckham Jr y Cooper Kupp.

La conjunción de calidad sobre el verde no hubiese servido de no ser por el hito que los lleva a ser los favoritos en la presente edición de la Super Bowl: la victoria ante los Buccaneers de Tom Brady, vigentes campeones, en la ronda divisional por un ajustado 27-30. 

La revelación de una franquicia perdedora

El liderazgo de Joe Burrow (más conocido como Cool Joe), unido a la magia de Joe Mixon, Ja’Marr Chase o Tee Higgins, podrían haber sido bazas suficientes para confiar en los de Cincinnati, pero la verdadera clave fue llevar a la prórroga a los Chiefs de Patrick Mahomes, aspirantes al título, en las finales de Conferencia para terminar ganando el partido (24-27).

Los Bengals cuentan con un factor que puede decantar la balanza y es que su coach, Zac Taylor, fue asistente de Sean McVay, preparador de los Rams, durante dos temporadas. ¿Será determinante conocer el libro táctico de su rival?