Un Espanyol efímero vive otra noche funesta ante un Betis letal

Media hora duró el Espanyol ante el Betis (1-4). Ni más ni menos. El equipo perico convirtió un gran comienzo de partido en otra funesta noche que trae las primeras alarmas al club blanquiazul. Los gritos de «¡échale huevos, equipo échale huevos!» reflejaron el enfado de una grada desencantada con un grupo que atraviesa su peor momento del curso. Mal asunto viendo el calendario que se avecina. El Espanyol iniciará febrero en San Mamés, recibirá a Barça y Sevilla, y acabará el mes en Vila-real, un auténtico Tourmalet. 

No le hace ninguna gracia a Vicente Moreno esa etiqueta que atribuye al Espanyol una falta de ambición que le lastra en demasiadas ocasiones. Después de caer en la última cita en casa ante el Elche, despedirse de la Copa en Mallorca y sumar un milagroso empate en Cádiz, tocaba un cambio de rumbo, un regreso a las buenas costumbres que habían llevado al cuadro catalán a superar adversarios como el Madrid y la Real Sociedad, noqueados en Cornellà.

Herida preocupante

La visita de un Betis impulsado por su éxito en el derbi copero ante el Sevilla y la goleada contra el Alavés, suponía un exigente examen para los blanquiazules. Un rival «de Champions», como lo calificó el técnico, debía motivar al equipo catalán, pero no hubo manera. 

Los síntomas experimentados en anteriores citas se agravaron contra los verdiblancos. La salud del Espanyol empieza a ser preocupante y hay que buscar soluciones para cerrar la herida, aunque nadie habría vaticinado ese drama viendo la puesta en escena local.

De Tomás avisó a los dos minutos con un cabezazo detenido por Bravo, que no pudo hacer nada en el siguiente remate del ariete. Parecía que volvía por sus fueros RDT mientras el Espanyol dominaba al Betis sin complejos, pero la alegría fue fugaz. 

Remontada en 6 minutos

Pintaba bien el encuentro para los pericos, pero todo se vino abajo tras una desafortunada acción supervisada por el VAR. Alberola Rojas se marchó al monitor para examinar unas manos de Aleix Vidal en el pico del área, tan claras como desgraciadas. El ridículo reglamento no dejaba escapatoria y Borja Iglesias no desaprovechó el penalti. Ahí comenzó el funeral de un Espanyol que ya no volvió a la vida. Desapareció del estadio.

Un cabezazo de Guido completamente libre de marca consumó la remontada del Betis. En apenas seis minutos, el tercero de la Liga demostró su enorme voracidad. Se lo puso demasiado fácil el Espanyol, tan espeso en ataque como frágil en defensa, siempre a expensas de las intervenciones de un Diego López que volvió a evitar una goleada más escandalosa. 

Expulsión de RDT

La segunda parte fue un martirio para los pericos. El Panda, sin piedad de su exequipo, firmó el tercero tras una exquisita asistencia de Canales y Willian José marcó el cuarto. Por parte perica, solo hubo tiempo para los fallos de un Embarba negado y la expulsión de un frustrado RDT, que vio dos amarillas por dos acciones absurdas.