Solskjaer, la última víctima del incendio de Old Trafford

En sus últimas horas como técnico del Manchester United, Ole Gunnar Solskjaer se dirigió a Carrington, la ciudad deportiva de los diablos rojos. Grabó una entrevista de despedida con los medios del club, entre lágrimas, que se secaron mientras firmaba con Ed Woodward su finiquito de 9 millones de euros. Volvió a subirse a su Range Rover y, en la salida de las instalaciones, múltiples aficionados se congregaron para despedirle.

Al noruego, sentenciado en tres crudas humillaciones contra Liverpool, Manchester City y Watford, la grada nunca le culpó de mucho. Nunca les cuestionó públicamente, ha defendido los colores y ha cultivado el recuerdo de Sir Alex Ferguson y los días buenos. Y mientras su presencia se desvanecía por la angosta carretera que desemboca en Carrington, la disfuncionalidad endémica del club en la última década sigue allí.

Entrenador insuficiente

Solskjaer fue un buen tipo y un entrenador insuficiente. Llegó al banquillo como técnico interino y se quedó casi tres años. No muchos saben por qué. Lo consiguió más por su figura de pacificador, calmando las aguas de la tormenta perfecta que heredó de Mourinho en 2018, que por sus méritos en el verde.

A nivel deportivo será recordado por quedarse siempre a las puertas de la gloria: no ganó ningún título y perdió dos semifinales de Carabao Cup, una de FA Cup, una más de Europa League y la pasada final de la misma competición. Esta última precisamente contra el Villarreal, rival este martes en Champions League.

Comparaciones odiosas

La comparación es todavía más dolorosa en el seno de Old Trafford cuando ven que sus dos históricos rivales, Liverpool y Manchester City, han ensamblado dos máquinas de jugar al fútbol a partir de un tótem en el banquillo: Jürgen Klopp y Pep Guardiola. El Manchester United acumula ocho años quemando millones (en las últimas cinco campañas tienen un gasto neto superior al City) sin estructura deportiva alguna. En esto Solskjaer tiene poca parte de culpa.  

“La familia Glazer organiza el United peor de lo que Solskjaer trabaja su defensa”, asestó el periodista Henry Winter en 'The Times', apuntando a la propiedad del club, más preocupada de “sacar beneficios y no dividendos futbolísticos del club”. Los dueños norteamericanos han sido incapaces de nombrar ejecutivos con conocimiento futbolístico durante su etapa en el club, y lo han confiado todo en directivos como Ed Woodward, antaño gestor del sector bancario hoy tecnócrata incapaz de aportar criterio futbolístico.

Negativa de Zidane

El último ejemplo llegó hace menos de un mes, cuando el United fue vapuleado por el Liverpool. Tras el 0-5, con Solskjaer ya en el alambre, Antonio Conte se ofreció al club. Seguramente el único entrenador libre con el bagaje, talento y personalidad para dotar de orden una plantilla huérfana de ideas. El club vaciló en la decisión, temeroso ante las exigencias del italiano en la jerarquía deportiva. Prolongaron la paciencia con Solskjaer, y mientras contemplaban cómo el tiempo le trituraba, Conte firmó por el Tottenham y reforzó a otro rival.

Ahora mismo, el United no tiene solución a corto plazo. El equipo ha viajado a Villarreal dirigido por el sustituto interino (Michael Carrick) del que fuera técnico interino (Solskjaer). En los despachos del club llamaron a Zinedine Zidane, que reiteró su negativa al puesto. Ahora las únicas opciones parecen Ten Hag, del Ajax y Mauricio Pochettino.

El actual técnico del PSG parece más que dispuesto, pero en verano. Si el Manchester United le entrega las llaves para un gran cambio a largo plazo, el argentino podría cambiar el lujo de París por la lluvia de Manchester la próxima temporada, según apuntan desde Inglaterra.

La opción Blanc

Fuentes del Manchester United revelan que se trabaja para encontrar un interino hasta mayo, dadas las pocas opciones disponibles ahora mismo. Laurent Blanc, con pasado en el césped Old Trafford y actual técnico del Al-Rayyan qatarí, es uno de los potenciales interinos.

El problema es que cualquier solución puede llegar tarde. Mientras las llamas queman el Teatro de los Sueños, el equipo se juega la vida este martes contra el Villarreal de Unai Emery, dispuesto en convertir el incendio en una catástrofe sin final a la vista.