El Barça sobrevive a una noche de terror en Mestalla

Estaba noqueado, camino del precipicio. Hundido y ahogado empezó el Barça la segunda mitad tras el gol de Gabriel Paulista que le situaba en la ruta de la perdición, pero logró sobrevivir al pánico en un enloquecido partido donde no tuvo ni un segundo de calma. No se rindió el equipo de Koeman, que estaba a punto de despedirse de la Liga, cuando en unos minutos volcánicos le dio la vuelta a un encuentro que apuntaba a ruinoso.

El post partido del Valencia - Barça: el Barça sobrevive a una noche de pánico en Mestalla

Sigue en la pelea, dispuesto a competir el sábado contra el Atlético, mientras Madrid y Sevilla pelearán en Valdebebas en una doble jornada que, tal vez, aporte algo de luz. Algo complejo en un campeonato donde todos sufren. Todos son todos. La fiabilidad ha desaparecido abriendo la puerta a la emoción. ¡La Superliga está aquí!

Ineficacia culé

Acabada la primera mitad, con un triste 0-0, el Barça seguía preguntándose las causas de tanta ineficacia. Empezó bien, moviendo el balón con velocidad encontrando rendijas en la tupida defensa del Valencia, que salió con tres centrales (Gabriel, Guillamón y Lato), pero descubrió pronto que Pedri, clamoroso error el suyo tras una gran acción colectiva, y Araujo seguían alimentando la teoría de la escasa efectividad.

En partidos así, densos y llenos de trampas, el Barça dio vida al Valencia, acurrucado como estaba en la casa de Cillessen. Le dio vida porque a pesar de que halló esas rendijas para ser contundente de verdad. Hasta cómodo vivía el equipo de Gracia porque tuvo un par de ocasiones gracias al vuelo que le daba Gayà por la banda izquierda aprovechando la bondad defensiva de Dest, sin impacto alguno en ataque y débil atrás. Y, poco a poco, se le iba escurriendo de los dedos al Barcelona, que dominaba el partido. Pero no el marcador. 

Además, y como ya se sabe desde agosto pasado, el equipo de Koeman no tiene un nueve. El que tenía, Braithwaite, estaba en su casa de Barcelona aquejado de una lesión en el tobillo. Llegaban los azulgranas mucho más por el flanco izquierdo (Alba era más venenoso que Dest), pero nadie invadía con acierto el área de remate. A Pedri, que tuvo un penalti en movimiento, se le desajustó la mirilla al inicio de la primera mitad y después, ya en el final, no llegó a tiempo para rematar esa burlona pelota que transitó de palo a palo de la portería del Valencia.

Mismo esquema

Gracia, consciente de que Koeman saldría con tres centrales, puso un espejo en Mestalla para reproducir la misma imagen. Apenas había desequilibrio ni tampoco regates para rasgar esa súper poblada red tejida en Mestalla. Y el Barça, con un par de despistes, algo ya tradicional por mucho que el técnico neerlandés revolucionara la defensa (Araujo por Mingueza, Lenglet por Umtiti y Dest por Sergi Roberto), pero sin evitar algunos momentos de pánico. 

La fotografía de la primera mitad era estática, por mucho que el juego interior del Barça fluyera. Pero no había nadie que atacara al espacio para desestabilizar al Valencia, que superado el agobio de los 20 minutos iniciales (un disparo de Araujo en la frontal del área pequeña topó con el cuerpo de Cillessen) descubrió que los azulgranas movían y movían la pelota, pero sin veneno. Schreuder, jefe por un día por la sanción de Koeman, se desesperaba, indignado además porque vio un posible penalti a Pedri,  por la caída de producción de un equipo que no tiene a ningún jugador con instinto asesino. Instinto para entender que cada balón que cae en el área es un asunto de vida o muerte. Tal y como está la Liga era justamente eso: un puro asunto de supervivencia. 

Mal estuvo en la primera parte, peor aún en la segunda cuando Lenglet, en otra tropelía defensiva, permitió que Gabriel Paulista marcara cómodamente de cabeza aprovechando un saque de esquina. Entonces, el Barça entró en pánico. Pánico absoluto porque el Valencia tuvo hasta tres ocasiones en seis minutos, antes de que Messi asistiera al interior del área para De Jong, y Lato, para no ser menos que Lenglet, sacara una absurda mano que provocó el 1-1 previo mini documental de suspense. Leo tiró mal el penalti, detenido por Cillessen, aunque Busquets centró con astucia y el posterior tiro de Pedri fue repelido por la defensa valencianista hasta que Messi se desquitó con el tanto del empate.

El prólogo de una tormenta perfecta para el Barça que se enganchó de forma desesperada a la Liga con la aparición majestuosa de Frenkie de Jong, transformado en un imponente delantero centro. Su cabezazo fue despejado de forma soberbia por Cillesen y dio el premio merecido a Griezmann por su tenacidad y perseverancia en perseguir un balón. Y luego, Messi decidió rubricar una falta monumental para dar la tranquilidad. Era una falsa apariencia porque Carlos Soler, con otro monumental gol, llevó, de nuevo, al Barça al pánico. Puro pánico porque acabó tiritando hasta de miedo después de que el Valencia le hiciera subir en esa montaña rusa que no tiene fin. 

FICHA DEL PARTIDO

Valencia: Cillessen (6), Gabriel (6), Guillamón (5), Lato (4), Correia (5), Gayà (6), Racic (6), Wass (5), Carlos Soler (7), Guedes (6) y Maxi Gómez (4).

Entrenador: Javi Gracia (5)

Cambios: Diakhaby (5) por Lato (m. 64); Oliva (s.c) por Racic (m. 79); Gameiro (s.c.) po Guillamón (m. 79)

Barça: Ter Stegen (6), Araujo (5), Piqué (5), Lenglet (4), Dest (4), Jordi Alba (7), De Jong (8), Busquets (6), Pedri (5), Messi (8) y Griezmann (7)

Entrenador: Ronald Koeman (6) 

Cambios: Ilaix Moriba (4) por Pedri (m. 75); Sergi Roberto (4) por Dest (m 75)

Goles: 1-0, Gabriel Paulista (m. 49); 1-1, Messi (m. 57); 1-2, Griezmann (m. 63); 1-3, Messi (m. 69); 2-3, Carlos Soler (m. 83)

Árbitro: Sánchez Martínez (5), murciano.

Tarjetas amarillas: Racic (m. 34); Lato (m. 56); Ter Stegen (m. 65)

Estadio: Mestalla