BALONCESTO

El exBarça Charles Thomas renace 40 años después de que le dieran por muerto

El primer gran rey del mate en España, que se perdió en el laberinto de las drogas y al que se daba por fallecido en los 80, contacta con su excompañero Carmichael

Charlest Thomas, con el número 13.

Charlest Thomas, con el número 13. / Fundació Bàsquet Català

Roger Pascual

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“Hay una leyenda que circula que dice que cuando Charles Thomas jugaba en el Sant Josep de Badalona le pusieron un billete de 1.000 pesetas encima del tablero. Saltó, lo cogió y lo ganó”, contaba Aíto García Reneses, que fue compañero en el Barça al primer gran rey del mate en España. El pívot norteamericano fichó en 1972 por el club azulgrana tras haber sido dos veces máximo anotador liguero, pero una grave lesión de rodilla truncó su carrera. Tras pasar una temporada en Manresa, volvió a EEUU y entró en una espiral de drogas. Tenía mujer e hijos pero se había divorciado y se había esfumado y se daban versiones dispares y difusas de su muerte: sobredosis, apuñalamiento, tiroteo... Hasta que renació hace un par de semanas.

"No sé quién eres, pero eso es una broma de mal gusto, Charles murió hace años", dijo Carmichael cuando recibió la llamada

Norman Carmichael, el mítico excapitán del Barça que jugó nueve temporadas en el club, relataba en el 'Tu diràs' de RAC-1 que iba con su hijo en el coche por Texas cuando sonó su móvil. "¿Norman Carmichael? Charles Thomas quiere hablar contigo". "No sé quién eres, pero eso es una broma de mal gusto, Charles murió hace años", le respondió el exazulgrana. Hicieron una videollamada pero Carmichael seguía desconfiando. "Lo primero que pensé es que era un engaño y que alguien está buscando dinero de los amigos de Charles. Pero fuimos hablando y parecía que sabía demasiadas cosas para ser un impostor", explicaba. Pero Thomas no le pedía nada, solo quería hablar con él. Le contó que había estado viviendo en la calle, pidiendo dinero para drogas. "Las drogas entraron en su vida de forma demasiado habitual. Creo que fue cosa de drogas y de falta de saber ganarse la vida fuera del baloncesto". Le tuvieron que amputar un pie y va en silla de ruedas. A sus 74 años, los últimos cuatro los ha pasado en una residencia geriátrica en Amarillo (Texas).

Charlest Thomas, con el número 13.

Fundació Bàsquet Català

El Sant Josep se llevó en 1968 por un millón de pesetas a ese joven prometedor, que tenía el récord reboteador de Golden Eagles (Universidad Estatal de California). Habían dudado entre él y un joven contestatario que se había negado a ir a los Juegos de México en protesta por la guerra del Vietnam y que por entonces se llamaba Lew Acindor (más adelante conocido como Kareem Abdul-Jabbar), pero como costaba el doble la expedición badalonesa se acabó llevando a Thomas.

Frenado por la nacionalización y la lesión

Su impacto en liga española fue inmediato, ya que no se había visto machar el aro como él lo hacía. Tras ser dos temporadas seguidas máximo anotador de la Liga (25,6 la primera y 24 la segunda), no pudo disputar la temporada 70-71 porque se cambió la reglamentación impidiendo jugar a extranjeros.Tuvo que nacionalizarse, pero el proceso se alargó hasta que la temporada siguiente el Barça le fichó y, desbloqueados los trámites administrativos, fue el máximo anotador del equipo (20,7) y el tercero de la competición. "El único problema era su falta de entrega en los entrenamientos. Charles me dijo en más de una ocasión que él creía que un jugador nacía con un número determinado de saltos. Nunca quiso gastarlos en los entrenamientos. Entrenaba a su aire. El problema es que esa actitud, de vez en cuando, la trasladaba a los partidos", contaba en Solobasket Carmichael, que explicaba cómo la carrera de su compañero se fue a pique cuando se rompió el tendón rotuliano contra el Madrid en noviembre de 1974. "Cuando Charles se lesionó su rodilla en la pista de Madrid, se hundió por completo. Intentó recuperarse pero jamás volvió a ser el jugador de antes. Parte de la culpa fue mental, otra parte fue por de los servicios médicos de aquella época que eran muy limitados.y ya no volvería a ser el mismo",

Después de no poder jugar en lo que quedaba de su último año barcelonista, el Barça le cedió al Manresa. Su mujer y sus hijos habían vuelto a EEUU y él, desmotivado, solo aguantaría un año más en España antes de regresar también a su país para cambiar el baloncesto por las drogas. La familia de Thomas, que ha vivido todos estos años en la incertidumbre sobre qué había pasado con Charles, está pendiente de las vacunas para poder ir a verle cuatro décadas después de que desapareciera.