ENTREVISTA CON EL ORO MUNDIAL DE BOARDERCROSS

Lucas Eguibar, un campeón en el nombre de su hermano

"A veces hay que estar preparado porque si no la vida te da una hostia como me la dio a mí"

"Tres días antes del Campeonato del Mundo tuve un día de bajón. Muchas veces me vienen y llamo a mi familia medio llorando" 

"La carrera del Mundial la tenía supervisualizada, en ningún momento vi que se me escapaba el oro"

El accidente de su hermano y la muerte de su entrenador truncaron su preparación olímpica de los Juegos del 2014 y el 2018 y marcaron la vida del snowboarder donostiarra, que acaba de ganar el Mundial

Lucas Eguibar celebra el oro.

Lucas Eguibar celebra el oro. / EFE / Anders WIKLUND

Roger Pascual

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La semana pasada Lucas Eguibar se coronó campeón del mundo de boardercross de snowboard . Su victoria en la estación sueca de Idre Fjäll fue una liberación después de que la suerte le hubiera sido esquiva en los últimos tiempos a este donostiarra de 27 años, que ya había dado muestras de su talento ganando la Copa del Mundo de la temporada 2014-2015 y la plata individual y por equipos en los Mundiales de Sierra Nevada 2017. El accidente de su hermano Nico y la muerte de su entrenador, Israel Planas, habían truncado la preparación de las dos últimas citas olímpicas. El oro mundial le da tranquilidad para afrontar los retos que quedan hasta los Juegos de Pekín 2022, donde confía que a la tercera sea la vencida.

¿Cómo cambia el oro mundial su forma de encararlo todo?

La mente está un poco más tranquila porque el objetivo de este año ya lo hemos cumplido. Intento esforzarme para no estar relajado sino, al revés, para estar con ese nerviosismo que hay que tener antes de la carrera. Nos seguimos jugando mucho aunque ya sea campeón del mundo. Hay que seguir apretando.

Entrevista a Lucas Eguibar, campeón del mundo de Snowboardcross

Entrevista a Lucas Eguibar, campeón del mundo de Snowboardcross. /

Pero tras estos cuatro años complicados debe de ser una liberación.

Estoy supercontento y superfeliz. La pena es que justo esta semana tenemos Copa del Mundo [el jueves fue segundo en Austria] y no podemos apenas disfrutarlo pero es lo que hay, la temporada es muy cortita. La semana que viene ya estaré en casa y lo celebraré.

¿Qué le ha dicho su hermano?

Que están muy felices que vivieron la carrera con mucha intensidad, que se lo pasaron muy bien y que estaban muy orgullosos.

En el 2013 Lucas estaba con su madre y su hermana, viendo un documental sobre Kevin Pearce, un 'rider' que había tenido accidente que le había provocado lesiones cerebrales, cuando su madre recibió una llamada. Nico, el hermano mayor de Lucas, había sufrido un accidente de tráfico. Al llegar al hospital lo primero que escuchó fue que Nico estaba en coma y con daños cerebrales. Le daban seis horas de vida pero sobrevivió y, tras dos meses sin entrenar, Lucas fue a los Juegos de Sochi, donde sacó diploma olímpico después de que le derribaran en la semifinal. Los hermanos Eguibar hicieron un pacto: Lucas lo daría todo en las pistas si Nico lo daba todo para recuperarse al máximo.

¿En qué punto está el pacto?

Era un pacto, intento que mi hermano siga haciendo cosas y él se motiva con lo mío. Él ve que sigo entrenando mucho, trabajando mucho y encima ahora sigo consiguiendo cosas. Y eso le motiva muchísimo a él.

Eso les unió mucho y les motivó mutuamente.

En general nos unió a mi familia entera, a mí, mi hermana, mi hermano y mi madre. Estamos superunidos. Y aunque yo vivo solo y ellos juntos nos vemos muchísimo. Aprovecho para ir a cenar siempre que puedo con ellos. Después de lo que pasó nos juntamos muchísimo. Hoy en día la familia es lo más importante que tengo.

Lucas Eguibar, derecha, en la carrera que le dio el oro mundial.

Lucas Eguibar, derecha, en la carrera que le dio el oro mundial. / REUTERS/Anders Wiklund

Cuando pasa algo así tan joven, con 19 años, eso debe hacer cambiar la visión de la vida y las prioridades, igual que le está pasando a mucha gente con la pandemia.

Me cambió completamente. Yo creo que no soy el mismo y creo que para bien. Mi hermano no quedó muy bien parado de aquello pero está superfeliz, que es lo que más feliz nos hace a los demás. Desgraciadamente aprendemos mucho de las cosas malas. Que nos tiene que pasar algo para que aprendamos, como nos ha pasado ahora con la pandemia. Nos ha tenido que pasar esto para que mucha gente cambie. Y eso es lo triste.

¿Cómo se recompone uno cuando le pasa algo como lo de su hermano o como la muerte de su entrenador?

No sabría decir si cuando eres más joven o más adulto es más diferente, a mí me ha pillado como me ha pillado. ¿Cómo lo lleve yo? Creo que en general bastante bien, he aprendido mucho y solo me quedo con las partes buenas: disfrutar la vida, aprovechar todo lo que tenemos, y en el momento en el que estamos disfrutando más de todo. Cada vez que podemos salir a pasear o ver a la familia disfrutar el momento. Tenemos que estar superagradecidos de tener lo que tenemos. Yo creo que es la forma de ver las cosas, sobre todo después del accidente de mi hermano. Él tiene muchas dificultades para hablar, para andar, para muchas cosas en general. Mi hermano era superdeportista, como yo, y ahora no puede hacer ningún deporte. Es una persona que se lo tomó superbien. Él lo dice: 'o me agarraba a un clavo ardiente o nada'. Muchísima gente que pasa por esos accidentes se deprime y es normal. Una persona que podía hacer todo, porque mi hermano hacía absolutamente de todo: se iba a pescar, luego a trabajar, luego salía y se iba a jugar a rugbi... y de la noche a la mañana no puede hacer nada. Salir de todo eso y encima estar feliz y no pensar en lo demás me hizo ver la realidad en muchos aspectos. Los deportistas que buscamos la perfección y confundimos competición y cosas personales... Me ha pasado bastante. Unos años me volví muy serio yo que siempre era muy feliz y tocacojones. Ese papel que intentaba crear de Lucas deportivo, más serio, que intentaba construir me pasó que el Lucas personal ya no era tan feliz. Y después de esto me hizo valorar que no tiene que ver ser maduro y serio con que tú no seas feliz y estés sonriendo y bromeando. E intento ser así.

A veces es normal construir un muro emocional en situaciones así.

Es muy difícil y es normal juntar los dos papeles que tenemos todos: yo soy deportista pero hay gente que tiene su trabajo. Hay que hacer un esfuerzo porque si no tu trabajo te va comiendo tu vida. Hablarlo es muy fácil y hacerlo es más difícil. Aunque el deporte me flipa y hacer snowboard me ultraflipa más y vivir de eso siempre estaré agradecido como todo tiene una parte mala: viajo mucho, casi siempre estoy lejos de mi familia, amigos, de mi casa. Y hay muchos días en que no me apetece entrenar. Y es normal. Y tengo que subir un día sí, y al otro también, aunque haga mal día o llueva yo tengo que seguir entrenando. Y tiro de la motivación. En los picos tienes días de subidón y de bajón y aunque tengas días de bajón tienes que seguir entrenando. Tenemos que dar el 100% de nosotros. Durante unos años esos días me afectaban mucho. Mira ahora me gustaría estar celebrando con mi familia, me duele la espalda de una caída pero pienso mira, estoy en Austria, tengo competición. Siempre buscar el lado positivo a las cosas que siempre habrá algo. Un día que no sonríes es un día perdido.

Ahora la suerte parece que le sonríe de nuevo.

Bueno no sé si cambia la suerte, seguro que hay una razón para que no haya ganado estos años. Y esa razón seguramente esté en mí, que algo he hecho mal. Yo creo en la suerte, que hay que tener una pizca o mucha suerte para muchas cosas en la vida. Por h o por b, esos años que apuntaban tan bien no han acabado como se esperaba pero mira, con todo lo que pasó con mi hermano me hizo plantearme mucho lo que quería hacer yo con mi vida. Tenía 19 años, era la pretemporada para ir a los Juegos, pensaba que la vida iba a seguir, que mi familia iba a estar ahí siempre y todos iban a estar genial y que moriríamos de viejos todos. Y lo de mi hermano fue un palazo al principio porque no daba crédito. Estuve bastantes días sin dormir porque no me imaginaba que mi hermano estaba a punto de fallecer. No entraba en mi cabeza. 'Si ha estado esta tarde conmigo'. Y luego le daban seis horas de vida. Me preguntaba cómo puede pasar esto. Y me di cuenta de que en un momento se nos puede acabar este chollo que tenemos. Desde entonces no es que viva con miedo, al revés, vivo con mucha alegría pero nunca se me va a olvidar que estas cosas pueden pasar. Y luego me pasó con mi entrenador en el 2017. Y luego justo después de los Juegos del 2018, que fue un mal momento para mí, porque fui como abanderado y favorito y me caí en primera ronda, llegué a casa y falleció mi abuelo... Se me juntaron muchas cosas. Pero me hicieron recapacitar y ver que las cosas se pueden acabar en un momento. Gracias a esos valoro mucho más todo. A veces hay que estar preparado porque si no la vida te da una hostia como me la dio a mí

Lucas Eguibar celebra el oro.

Lucas Eguibar celebra el oro. / EFE / Anders WIKLUND

¿En estos años se ha planteado de parar o dejarlo?

Cuando me pasó todo esto de mi hermano y vi que se podía acabar en cualquier algún momento ahí es donde dije 'a ver qué quieres hacer'. Si quieres hacer 'snow', a 'full' a por ello. Y eso me lo escribí y todo. Venga, vamos a hacerlo y con el método del trabajo. Porque yo tengo don pero creo que el trabajo es lo que me va a hacer llegar hasta allí. Sé que no todo va a ser subida, que habrá muchos altibajos pero que el trabajo va a ser lo que me va a hacer llegar hasta aquí. Mogollón de veces me ha venido a la cabeza si estoy haciendo bien o mal pero siempre me acuerdo en el momento en que yo me planteé todo esto. Muchas veces me vienen bajones y llamo a mi familia medio llorando. Tres días antes del Campeonato del Mundo tuve un día de bajón. Mi familia me llamó muy motivada y me vieron así y me dijeron: ¿qué te pasa?'. Y yo 'bueno, tengo un día de esos'. Todos tenemos días pero hay que saber cuál es nuestro objetivo y que habrá días de bajón pero que son pasajeros.

¿Hace trabajo mental y de visualización?

Hace años hacía mucho más con mi entrenador, el que falleció. Y ahora lo estoy intentando recuperar. El año pasado ya empecé un poco y este más y parece que otra vez me está funcionado bien. Igual es eso. Vamos a seguir con ello. Las preparaciones físicas y técnicas son superimportantes porque por mucho que tengas una cabeza excepcional si no sabes hacer 'snow' no te vas a tirar por donde me tiro yo. Pero tener la cabeza para hacer estas cosas y estar en la situación es importante. Como lo del otro día: final del Campeonato del Mundo. Yo ya tenía una estrategia de salir y ponerme en segunda o tercera posición y esperar hasta el final. Eso se trabaja. La visualización me ayuda muchísimo, es superimportante. No tenemos mucho tiempo para aprendernos las pistas y el trabajo de visualización es muy importante. Y también tengo rutinas por las mañanas y noches para activar el cuerpo que me ayudan a centrarme en mi cuerpo, en la respiración y en lo que tengo que hacer. La carrera del Mundial la tenía supervisualizada, en ningún momento vi que se me escapaba el oro. Viene de mucho trabajo de visualización.

¿Cuántos millones tendrías en la cuenta si te dieran un euro por cada vez que te han preguntado que haces surfeando en la nieve en lugar de en las olas de La Concha?

(Risas) Tendría mucho dinero.

¿Los Juegos le deben una en Pekín 2022?

No sé si es deber o no, hay que luchar en los Juegos. Hay que luchar, trabajar y tener un poco de suerte, como yo el otro día. Si ganas la general de la Copa del Mundo [como Eguibar en 2014-2015] es que has sido fuerte toda la temporada; ganar como yo el otro día es un día cada dos años y los Juegos un día cada cuatro. Yo voy a seguir trabajando muchísimo y más después de este subidón y será lo que tenga que ser. Si no es en Pekín, intentaré otros cuatro años más y ya está.

Suscríbete para seguir leyendo