GIRONA - ELCHE (0-1)

Drama lleno de crueldad en Girona

Jordi Calavera, el jugador del Girona, abatido tras caer en el tiempo añadido ante el Elche.

Jordi Calavera, el jugador del Girona, abatido tras caer en el tiempo añadido ante el Elche. / periodico

Jordi Danés

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Terminó de la peor manera posible. Lleno de crueldad el final que deja al Girona en Segunda División y permite ascender al Elche. Se había quedado el Girona con 10 por la rigurosa expulsión de Stuani. Resistió durante media hora y entonces, cuando el cronómetro, marcaba ya el tiempo añadido, suspirando por una prórroga aparecía el conjunto ilicitano por la banda izquierda del ataque, mientras Pere Milla se asomaba sigilosamente por la otra esquina.

"El ambiente es jodido, es lo que toca vivir, duele verlo. Ahora hay que ser fuertes", confiesa Francisco

Cuando el balón volaba por el aire, nadie imaginaba el drama que se le venía encima al Girona, sin entender que segundos más tarde no pararía de llorar desconsoladamente. Cabeceó Milla y el Elche voló a Primera, mientras el equipo de Francisco se desplomaba sobre Montilivi, quedándose arruinado. La crueldad elevada a la máxima expresión en otro drama que le emparenta con aquellos que sufrió ante Osasuna, Lugo, Zaragoza...

El dinamismo de Samu Saiz

Empezó el partido con un Elche tan atrevido que hasta el Girona quedó sorprendido. Apenas duró un minuto. El primer minuto, pero se asomó con más energía que en todo el encuentro de ida. Parecía una declaración de intenciones del equipo de Pacheta, que recuperaba a su pilar más decisivo. Jugaba con Jonathas. Y eso es garantía de peligro además de que sirve de recurso para aguantar la pelota permitiendo a sus compañeros respirar aliviados.

De inmediato llegó la reacción del Girona cuando Samu Saiz pidió la pelota y empezó a detectar líneas de pase, a pesar de que, en ocasiones, abusaba de la conducción. El partido, atrapado por la tensión, se jugaba en el campo. Y en los banquillos. Y en la vacía grada de Montilivi donde los suplentes de ambos equipos libraban el otro encuentro.

La lesión de Gumbau antes de empezar

A Francisco, el técnico del Girona, se le estropeó el centro del campo antes de pisar la cuidada alfombra de su estadio. Nada que ver con el intolerable patatal del Martínez Valero donde el Elche ha sabido construir un fortín en este play-off. Ni Zaragoza, en la primera eliminatoria, ni Girona, en la segunda y decisiva, batieron a Edgar Badía.

Se le estropeó porque Gumbau, uno de los arquitectos del centro del campo junto a Àlex Granell, sufrió una maldita lesión que le dejó en la grada antes incluso de que el árbitro decretara el inicio. Y apareció Diamanka, el centrocampista senegalés, para aportar más fortaleza.

En los 98 minutos de partido, el Elche realizó dos disparos. Y solo uno a puerta. El que le llevó a Primera

Los laterales, claves en el dibujo de Francisco, no volaban de manera imprudente. Tanto Maffeo (banda derecha) como Monica (izquierda) se contenían. Jugaban mucho más con el cerebro. Primero miraban sus espadas antes de atacar. Y cuando arrancaban volvían a mirar atrás, por si acaso. Comprometidos en lo que son de origen.

Entonces, Jonathas, que ya se autoexpulsó ante el Zaragoza en el Martínez Valero a la media hora de partido, empezó a perder el control emocional viendo una tarjeta amarilla por entrada a Mujica (m. 22) y se jugó la segunda, y la expulsión, en un balón dividido con Granell. Eso desquició a Pacheta.

Ocho minutos añadidos

 El Girona, entretanto, seguía conectado al partido. O, en realidad, conectado a Samu Saiz, que tejía pases sin parar para dejar solo a Stuani. Y por una noche, Christian no fue Stuani porque su derechazo voló descontroladamente a la grada. Suele el uruguayo enfocar muy bien la portería. Pero, de forma inesperada, el nueve desperdició ese caramelo de Samu. En el descanso, Pacheta movió ficha para intentar tener más estabilidad con un par de cambios, mientras Ignasi Miquel, a la salida de un córner (m. 53), cabeceaba un balón que era el primero que enfocaba la portería, aunque fue atrapado con facilidad por Badía.

"Estoy jodido, jodidísimo. Ha sido una injusticia. Yo tengo contrato firmado para el año que viene y estaré encantado de cumplirlo" (Francisco)

 Y de pronto, el partido entró en combustión con Stuani siendo expulsado después de que el colegiado chequeara durante un par de miutos la jugada en el VAR. Entró el Girona en zona catastrófica porque Riesgo, el portero, se tiró al suelo doliéndose de una lesión, aunque pudo continuar. Pero nadie intuyó ese gol de Pere Milla que le deja, un año más, en Segunda. Eran ocho minutos y le sobraron un par casi. Dos disparos, uno a puerta y un gol. Así llegó el Elche a Primera.

"Estoy jodido, jodidísimo. Queríamos llegar al  minuto 90 y hacer los cambios para entrar en dinámica de partido", ha confesado Francisco. "Quería hacer los cinco cambios. Y en el minuto 97 ha llegado este mazazo. Yo tengo contrato firmado para el año que viene y estaré encantado de cumplirlo. No puedo hablar más porque estoy jodidísimo a full", ha asegurado el técnico del Girona.