Un cabezazo de Raúl de Tomás catapulta al Espanyol

No era el último partido de la temporada ni una final sin remedio, pero el dramatismo se percibió desde el primer segundo hasta el último. El Espanyol salió victorioso en la batalla por la permanencia ante el Mallorca (1-0) gracias a un cabezazo del impagable Raúl de Tomás. El delantero madrileño llegó para salvar a los pericos y está cumpliendo de maravilla. Cuarto partido de Liga y cuarto gol. Abelardo vino con la misma misión y tampoco está fallando. El Espanyol está más vivo que nunca.

El "sí se puede" volvió a retumbar en Cornellà. Nueve meses tuvieron que esperar los hinchas blaquiazules para volver a disfrutar de un triunfo de su equipo como local en la Liga. En la anterior ocasión, el pasado 18 de mayo, el estadio explotó con la victoria ante la Real Sociedad que abría las puertas de Europa en el cierre del campeonato. Este domingo no se alcanzó ningún objetivo, pero el alivio fue tremendo cuando el chulesco Mateu Lahoz decretó el final del choque.

Sufrimiento asegurado

Era un partido de “seis puntos”, como lo definió el Pitu, un técnico que ya suma más en su etapa que Machín y Gallego. Es cierto que sus antecesores no tenían al gran RDT, el hombre que marca el camino hacia la salvación de un Espanyol que se quitó una losa de encima con la primera victoria en casa del torneo. Con salidas complicadas como la de la próxima jornada al Pizjuán, la salvación pasa por Cornellà, donde esperan rivales de la zona media-baja como Alavés, Levante, Leganés, Eibar y el Celta en última jornada.

"La afición consiguió parte del gol. Son tres puntos que nos acercan al objetivo", dijo Abelardo

El sufrimiento está asegurado. Es algo que va incluido en el ADN perico. Basta con echar un vistazo al duelo ante el Mallorca con el cabezazo de Budimir que se marchó rozando el poste en el minuto 91. Si ese balón hubiese entrado habría causado un suicidio colectivo en un estadio con 32.084 espectadores, la segunda mejor entrada de la temporada, solo superada por el derbi.

El Espanyol fue de menos a más. El duelo entre el peor local y el peor visitante empezó con mucho movimiento. Animado por el fantástico ambiente y poco después del mosaico que dio la bienvenida a los jugadores, el equipo pudo avanzarse por la vía rápida. Apenas habían pasado dos minutos cuando un pase de Embarba fue mal rematado por Darder. RDT estaba justo detrás para empujar a la red.

El milagro del VAR

No frenó el Espanyol en esa puesta en escena esperanzadora que también tuvo su susto pertinente con un tiro de Budimir taponado por Cabrera justo antes de otra gran ocasión local protagonizada por Calleri y RDT. Los 'hermanos' tampoco acertaron: el argentino topó con Reina y el madrileño erró en el rechace posterior.

El equipo blannquiazul se quitó una losa de encima conn el primer triunfo de la Liga en casa

Tenía buena pinta el choque con tres oportunidades en ocho minutos, pero pronto llegaron los nervios, las imprecisiones y la sensación de ser un partido realmente trascendente. El Espanyol se encontró con un milagro cuando un penalti de Marc Roca sobre Budimir se transformó en un córner (m. 11) gracias al VAR. Antes del empujón del canterano el balón había salido por milímetros por la línea de fondo.

Lejos de envalentonarse por esa afortunada concesión, el equipo de Abelardo se amilanó y solo volvió a generar peligro en una jugada salvada por el central Valjent cuando Raúl de Tomás tenía el fusil a punto. El Mallorca se soltó, jugó con más criterio que los pericos y el duelo llegó al descanso con algún tímido silbido de una afición que esperaba más.

Último susto

El subidón llegó tras el descanso. RDT se acercó al banquillo en el minuto 50 y la afición contuvo el aliento. ¿Se había lesionado la estrella? Falsa alarma. Solo quería cambiarse las botas. Poco después, una acción de furia de Dídac Vilà propició el centro de Darder que el goleador perico envió a la red con un testarazo letal. La grada estalló de alegría, el Espanyol mejoró su imagen y el centrocampista balear acarició el segundo tras un gran pase de Vargas, que volvió a ser suplente.

El cabezazo de Budimir en el tiempo añadido fue el último susto para un equipo que supo sufrir. El primer triunfo en casa llegó tarde. En febrero, en el partido número 12, pero no será el último. “La afición consiguió parte del gol. Hay que disfrutar la victoria. Ver la cara de felicidad de mis jugadores me enorgullece. Son tres puntos que nos acercan al objetivo, pero no hemos hecho absolutamente nada. Seguiremos luchando”. Palabra de Abelardo.