FUTBOLISTA DENOSTADO

Nadie quiere a Arda Turan

Arda Turan, en un entrenamiento del Barça.

Arda Turan, en un entrenamiento del Barça. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Hubo un tiempo, hace no tantos años, en el que Arda Turan el mejor de todos: el mejor jugador turco en activo y casi de la historia. Su popularidad en Turquía era enorme, y no podía ser menos, porque Turan era el capitán de su selección y el futbolista turco más caro de la historia —el Barça pagó por él 34 millones de euros—.

Pero todo, cuando Turan llegó a Barcelona, empezó a truncarse: el turco nunca cuajó en el sistema blaugrana, así que el Barça, a la que pudo, se deshizo de él. Hasta ahora, Turan ha militado en el Basaksehir de Estambul, un club potenciado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Pero este enero, el Basaksehir, cansado del futbolista, ha rescindido su contrato, de cesión. En teoría, ahora, Turan tendría que haber vuelto al Barça, el club al que aún pertenece. El Barça, evidentemente, dijo que no estaba interesado. Arda se ha ofrecido a quien ha podido: Boca JuniorsFlamengo y Steaua de Bucarest. Pero nada: el futbolista, tras terminar el periodo de traspasos, sigue en paro. En el Steaua, por cierto, se tomaron el rumor a broma. Su director deportivo, Mihai Stoica, señaló: "Debe ser una inocentada del 1 de abril en Turquía. Aquí el 1 de abril aún no ha llegado".

Pero él ha insistido en que desea fichar por el Galatasaray, el club de su infancia y en el que lanzó su carrera de futbolista profesional. El entrenador del campeón de liga turco ha dicho que sí, que quiere a Arda de vuelta, pero el club tiene miedo: la fama de Turan le precede.

«Creo que el club debe abrazarle —ha dicho el entrenador del club, Fatih Terim—. Arda es del Galatasaray y se merece una segunda oportunidad. El Galatasaray nunca abandona a sus hijos y la afición tiene que aceptarlo».

"No respeta nada y se comporta como una especie de gánster", dice un seguidor del Galatasaray, último campeón de la liga turca

Pero casi nadie quiere a Turan de vuelta. «Ficharle no tiene ningún sentido. Hay gente que dice que merece una segunda oportunidad, pero ¿por qué deberíamos ficharle después de tantos escándalos? Solo traerá problemas. No respeta nada y se comporta como una especie de gánster», dice Ozan, un joven seguidor del Galatasaray.

Vuelta tortuosa

Vuelta tortuosaCuando Turan abandonó Barcelona y voló a Estambul, en enero de 2018, su llegada fue portada en todos los periódicos y televisiones. El hijo pródigo del fútbol turco volvía a casa; a un equipo semi-nuevo, el Basaksehir, que, apoyado por Erdogan, se lanzaba directo a disputarles la supremacía a los tres grandes clubs turcos: Galatasaray, Fenerbahçe y Besiktas.

Arda tenía que ser la estrella. En el primer partido marcó y saludó al presidente turco, que sería, un par de meses después, su padrino de bodas. Pero, a partir de aquí, todo salió mal.

Su rendimiento y forma física cayeron. Agredió a un árbitro. Le sancionaron con medio año sin poder pisar un estadio. Casado y con su mujer embarazada en casa, intentó ligar con una modelo en una discoteca. Agredió al novio de la chica, un cantante famoso, al que Turan rompió la nariz. El cantante fue en ambulancia al hospital, donde el futbolista le siguió con una pistola, dijo Arda, para pedirle perdón. En el hospital, hubo un forcejeo. La pistola se disparó. No hubo heridos. Arda fue juzgado y condenado a un año y ocho meses de cárcel. Erdogan le dio la espalda y dejó de hacerse fotos con él.

Cuando su sanción terminó, volvió al campo de fútbol, pero su rendimiento ya nunca se recuperaría. La temporada pasada jugó 16 partidos de 40 posibles: solo en uno de ellos disputó los 90 minutos enteros. Esta temporada, antes de que el Basaksehir le despidiese, ha jugado en 9 de 17 partidos posibles, pero solo el 12% de los minutos totales. Desde el 1 de diciembre no ha pisado un terreno de juego.

En sus dos años enteros en el Basaksehir ha realizado, en total, dos goles y cuatro asistencias. Tiene ya 32 años. «Es un personaje y fuente de problemas —considera Ozan, que como fan del Galatasaray que es, se pasa los fines de semana de partido en el estadio—. Está viejo y no ha jugado nada en dos años. Sería una estupidez ficharlo. Y si marcase en un partido, pues no sé; probablemente lo celebraría. Pero no estaría tan contento como si lo hubiese hecho otro».