Rodrygo propicia el festival del Madrid ante el Galatasaray

El reposado inicio del Madrid, con el Galatasaray metido en campo blanco y la línea defensiva en la medular, lo reventó Rodrygo con un gol a los tres minutos, y otro a los seis, que llevaron a las gradas del Bernabéu a la efervescencia, con pleitesía generalizada para un atacante de 18 años que generó el partido más cómodo que se recordaba en segunda etapa de Zidane.

No fueron jugadas de características sobrenaturales, Rodrygo hizo dos goles en tres minutos sin alardes, con la eficacia y la coherencia que caracteriza su juego. Primero, con un control, un recorte y un disparo al palo largo, sin oposición posible del portero rival. Después, con un cabezazo canónico casi en el área pequeña, con más mérito en la colocación que en el remate.

Su juego ya venía siendo regularmente satisfactorio, asentado en el once más habitual de Zidane tras la última lesión de Bale, pero la determinación y la eficacia en los últimos metros han terminado de marcar la diferencia con, por ejemplo, un Vinicius que repitió en la grada. Aún en el primer periodo tuvo tiempo para penalizar al rival con robo, casi en el área rival, que convirtió en una asistencia para Benzema, y antes del final el tercer gol, la culminación a una actuación espectacular que ha empezado a desatar comparaciones con el que se postula como próximo inquilino del banquillo blanco: Raúl González. 

Ramos volvió a lo 'Panenka'

Antes, poco después minuto diez, el videoarbirtaje advirtió al colegiado de un pistón de N'Zonzi sobre Kroos, cuando una jugada blanco perecía, sobre la línea del área turca. Sergio Ramos hizo el gol desde los once metros y el partido pasó a mejor vida, 13 minutos después. 

A partir de ahí, el partido fue el tránsito contemplativo de un Madrid que disfrutó de un partido que los turcos aspiraban a resucitar con una acción individual, lejos de un dominio en el juego que sustentara su utópico objetivo.

El que más intentó divertirse fue Hazard, que encaró con asiduidad, dejó buenos detalles de su juego y rondó el gol, pero terminó sustituido sin éxito en su misión personal de convertir en goles sus buenas sensaciones.

Zidane había insistido con un once que empieza a sonar familiar, con Valverde y Rodrygo como el sustento de la vieja guardia. El uruguayo volvió a responder, fue el pulmón de un centro del campo con cuerpo y presencia, que dominó el partido con la circulación de balón de Kroos y la contundencia en la transición defensiva de Casemiro, los dos más liberados que nunca. Lo único que empañó el primer tiempo del Madrid fue la lesión de Marcelo, que se tuvo que retirar antes del descanso con molestias musculares.

Rodrygo completó el festival

Para afrontar el segundo tiempo, Terim hizo dos cambios, pero la tendencia de ataque constante y cómodo del Madrid no cambió. No reaparecieron los fantasmas de los partidos sin resolver del pasado inmediato, el equipo de Zidane no volvió a sufrir un amago de remontada, más bien disfrutó de poder elaborar juego sin demasiada oposición.

En el tramo final, el Galatasaray se lanzó arriba en busca de un gol que, primero evitó Courtois y, después, volvió a caer del lado de un Madrid cómodo y con espacios, gracias al segundo tanto de Benzema. Ya en el descuento, Rodrygo completó el festival con su tercer gol de la noche, el sexto blanco, tras un contragolpe que él inició.

Tras los seis puntos ante un pobre Galatasaray, y con los dos favores del PSG ante el Brujas, el Madrid deja encarrilada la clasificación para octavos de Champions, salvo debacle en Bélgica y en casa ante los parisinos.