ENTREVISTA. FRANCIA 2019

Alexia Putellas: "No quiero meter presión, pero en cuatro años deberíamos estar entre las mejores"

"Hace cuatro años nos dieron una taza y ahora nos han regalado un coche, y eso es también la evolución", dice la centrocampista del Barça en su segundo Mundial

Alexia Putellas, jugadora de la selección española de fútbol

Alexia Putellas, jugadora de la selección española de fútbol / MAMEN HIDALGO

Mamen Hidalgo

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Alexia Putellas (Mollet del Vallès) pertenece a la generación del cambio en el fútbol femenino. Con 25 años ha vivido las dificultades de las mujeres para ser profesionales en este deporte, pero ahora disfruta de una evolución constante. La centrocampista del Barça tiene en mente el sufrimiento de sus compañeras más veteranas y gracias a eso valora lo que vive ahora.

Decías tras perder la final de Champions que no te quitabas la medalla de plata porque era el proceso de crecer, en contraposición con el resultadismo. ¿Las expectativas que hay con el fútbol femenino pueden hacernos ver la derrota como un fracaso? La gente que quizás no ha vivido este deporte puede tener esas expectativas, pero nosotras siempre decimos que cuando más te encuentras a ti misma, cuando más fuerza necesitas y cuando más te tienes que superar es en la derrota. A nadie le gusta perder pero solo gana uno.

Y lo más probable es que eso suceda también en el Mundial. Sí, será un poco lo mismo, pero esta ilusión que hay con la seleción la hemos creado nosotras mismas. La gente está en su derecho a opinar y a pensar sobre el papel que vamos a tener. Ahora, nosotras tenemos clara la realidad: hay mucho trabajo que hacer. 

En los meses previos a esta cita habéis vivido momentos muy emotivos, se han abierto estadios grandes y ha crecido el interés por vuestro fútbol. Siendo de una generación que ha tenido muchas dificultades para ser profesional, ¿cómo te mantienes en el suelo? Directamente no subes. Esos días los vives como un cumpleaños, fechas puntuales en las que tienes un regalo pero sabes que al día siguiente vas a volver a la normalidad. Lo que está pasando con el fútbol es muy parecido. Lo vives, lo disfrutas, pero al fin y al cabo no deja de ser uno más. 

Mantienes la perspectiva de lo que has vivido. Sí, aunque es muy difícil el equilibrio. Estamos en un momento en el que por un lado se exige demasiado y por otro nos persigue de dónde venimos. Hay que encontrar un punto intermedio entre no exigirnos demasiado porque sabemos dónde estamos, pero tampoco estancarnos ahí porque si no no hay evolución. El punto medio es difícil de lograrlo. En mi caso siempre he intentado absorber, hacer de esponja de todo lo que han tenido que pasar mis compañeras más veteranas. Eso me hace valorar todo lo que estamos viviendo ahora.

¿Se parece el trato cada vez más al que recibe el equipo masculino? Nos empiezan a pasar cosas a los que ellos estarán acostumbrados y no les darán importancia. Esta semana, por ejemplo, un patrocinador nos regaló un coche a cada una. ¿Sabes lo primero en que pensé? En que hace cuatro años, en el Mundial de Canadá, lo que nos dieron fue una taza con el símbolo de una marca. ¡Y con eso fuimos al Mundial! Ahora de repente nos dan un coche... Estas cosas también son muestras de nuesta evolución. Estamos muy contentas porque lo vamos viviendo, pero en el vestuario somos muy conscientes de que estas cosas llegan gracias a lo que haces en el campo. Por eso es tan importante competir y llegar lo más lejos posible en Francia. 

¿Qué puede suponer esta cita para el fútbol femenino español? Es una fecha clave. El anterior Mundial ya fue un antes y un después, mira en cuatro años todo lo que se ha evolucionado… Es lo máximo a lo que aspira una selección y hay que estar a la altura.

¿Hay más presión por hacerlo bien? No. La jugadora que está aquí no puede sentir la presión, eso no puede estar por encima. El campo tiene las mismas dimensiones, el balón es el mismo, y fuera de ahí no nos puede afectar nada.

Decías que en cuatro años se había notado mucho el crecimiento. ¿Cuál sería el escenario ideal a medio plazo, en otros cuatro años? Depende mucho de nosotras, de los resultados que demos. En cuatro años, y no es para meter presión, sería una buena señal que España esté consolidada entre las mejores. El Mundial es el examen final, pero el ranking FIFA dice mucho. Tenemos que estar entre las cinco mejores y eso dirá que hemos evolucionado mucho.

En el entrenamiento abierto había muchas niñas y jóvenes viendo vuestro trabajo, con camisetas con vuestro nombre. ¿Por fin podemos hablar de referentes? La responsabilidad la tienes porque estás aquí representando a todo el fútbol femenino. No es que la quieras coger o no, es que ya la llevas. Son cosas que te tocan vivir y que hay que asumir y hacerlo tal como eres. Si estás aquí y si eres referente es por cómo eres. No hay que cambiar nada, simplemente lidiar con esa responsabilidad e intentar hacer feliz con lo que puedas a esas personas.

¿Qué necesita España para estar entre las mejores? Lo que depende de nosotras es competir igual, seguir trabajando y no creer que es suficiente. Siempre se puede más. Con la ayuda de Federación, instituciones y demás, ayudar a que cada vez haya más mujeres, más chicas que se puedan dedicar a esto y que crezca la competencia.