EL DERBI DEL CAMP NOU

La décima desgracia de los pericos

El Espanyol da la cara, pero prolonga un gafe que perdura desde el 2009

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Raúl Paniagua

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La visita al Camp Nou es una de esas citas que todos los pericos temen y desean a partes iguales. Cada temporada se repite esa sensación de miedo a una goleada combinada con la esperanza de liarla algún día. El resultado final suele ser siempre el mismo. Este sábado tampoco hubo novedades. El Espanyol perdió otra vez, pero el equipo dio la cara. No puso la alfombra en ningún momento. Los blanquiazules encadenaron sus décima desgracia, pero se marcharon con la satisfacción de haber estado a la altura.

No siempre ha podido decir eso el cuadro perico. La temporada pasada, sin ir más lejos, salió del Camp Nou con una ‘manita’. Messi marcó los tres primeros, el equipo se desangró y acabó ajusticiado por Piqué Luis Suárez en los últimos minutos. Una goleada siempre duele, pero si se añade el sello del central azulgrana la herida aún es más profunda. En esta ocasión, el defensa con más patrimonio que el club blanquiazul no marcó. Ya tuvo bastante protagonismo en las horas previas al encuentro. El astro argentino, en cambio, volvió a ser decisivo.

El mítico 'Delapeñazo'

Durante toda la semana se habían sucedido los mensajes optimistas en busca de la machada. Sergio García, incluso, rememoró el mítico 'Delapeñazo'. "Ojalá podamos conseguir un resultado como aquel de hace años. Sería un chute". Aquel 21 de febrero del 2009 el Espanyol asaltó el Camp Nou con dos goles de 'Lo Pelat' (1-2), uno tras un centro de Nené y otro de vaselina tras un fallo de Valdés. En aquel equipo, que apuntaba a Segunda pero acabó salvándose, estaban JarqueTamudo Luis García.

Desde entonces, solo queda el desierto. Este sábado se completó la decena de derrotas: 0 puntos de 30, 2 goles a favor y 33 en contra. Solo la Real Sociedad y el Levante han acumulado similares bofetadas en el mismo periodo. "Es una lástima. El equipo estaba bien hasta la falta de Messi. Después nos costó. Hemos trabajado muy bien. Ha sido una pena el resultado", reflexionó después del partido el mismo protagonista, un Sergio García que ha vivido sobre el césped la mayor parte de estos tropiezos (jugó del 2010 al 2015 y ahora desde el 2017 en su segunda etapa).

El plan de Rubi

No estaba para bromas el Espanyol. Durante toda la semana Rubi trabajó a fondo la planificación del derbi. No destaca el técnico de Vilassar por su hermetismo, pero esta vez optó por fortificar al vestuario. En esas sesiones a puerta cerrada se gestó el plan que tenía como gran novedad la defensa de cinco.

"Salió perfecto en la parte de atrás. En la zona ofensiva no funcionó como esperaba", resumió Rubi, que analizó a fondo los encuentros en los que más ha sufrido el Barça en casa en este curso. En todos ellos se producía una coincidencia: la zaga con tres centrales. "El Girona sacó un punto de aquí con ese esquema, el Betis ganó y el Valladolid de Sergio lo hizo muy bien", valoró el técnico.

Caída digna

Tan convencido estaba de su plan que hasta se atrevió a lanzar un mensaje a sus jugadores que acabó resultando premonitorio. "Fui gafe, les dije que prefería que nos marcaran un gol de falta a que se metieran dentro con el balón, con paredes o de otra forma". Y llegó ese tanto de libre directo, como en Cornellà, cuando el Barça ganó por 0-4 con muchas más facilidades que este sábado.

El 2-0 supone la caída más digna de los últimos años. Las cuatro últimas visitas al feudo azulgrana acabaron 5-0, 4-1, 5-0 y 5-1. "Hemos demostrado que estamos a un buen nivel. Salimos convencidos de hacer algo importante y fuimos capaces de incomodar al mejor rival", valoró Rubi.

Wu Lei, el sacrificado

En su libreta también había un damnificado. Wu Lei, el carismático delantero chino, fue el sacrificado del once. "Al jugar con defensa de cinco tenía que quitar a uno de los tres de arriba y le toco a él, pero es muy importante para nosotros", justificó Rubi.

El astro oriental pisó el césped del Camp Nou a las 0.36 horas del domingo en China. Durante la semana había viajado a su país y había sufrido una faringitis, aspectos que mermaron su frescura. Los expertos esperaban una audiencia televisiva del derbi de más de 50 millones de personas en China. Al final, al menos, pudieron disfrutar media hora de su ídolo.