HOCKEY SOBRE PATINES

Las campeonas del Voltregà: "Nadie creía en nosotras"

El equipo femenino conquistó la sexta Copa de Europa en un año en que había sido cuestionado incluso desde dentro

Las jugadoras del Voltregà posan en la Creu del Morral, sobre Sant Hipòlit, con la sexta Copa de Europa femenina del club.

Las jugadoras del Voltregà posan en la Creu del Morral, sobre Sant Hipòlit, con la sexta Copa de Europa femenina del club. / periodico

Joan Carles Armengol

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La canción retronó con fuerza en el vestuario del Pavelló Municipal d’Esports de Manlleu, el pasado domingo. "Y no estaba muerto no, no, y no estaba muerto no, no. Y no estaba muerto no, no, estaba tomando cañas, lerelele". El alegre estribillo de 'Un muerto vivo', de Peret, era cantado a pleno pulmón por las jugadoras del Club Patí Voltregà que acababan de ganar para su club la sexta Copa de Europa de hockey sobre patines, todo un récord en el apartado femenino. Cantaban a más no poder por la alegría del éxito y, también, como reivindicación de un grupo que había sido puesto en entredicho por casi todo el mundo, incluido el propio club, tras una temporada 2017-18 sin títulos y un verano de incertidumbre después de la marcha de varias jugadoras clave en el equipo.

"No salíamos en ninguna quiniela, las daban por muertas, incluso dentro del propio club, que veía esta temporada como un año de transición", asegura Josep Maria 'Jefa' Rovira, entrenador desde esta temporada, procedente precisamente del Manlleu. "Nadie creía en nosotras después de tantos cambios en verano, pero los técnicos que entraron nuevos sí creyeron y han hecho que nosotras mismas también creyéramos", añade Cristina 'Motxa' Barceló (31 años), una de las ilustres veteranas del equipo y autora del primer gol en la final que el Voltregà Stern Motor decidió ante el Generali Palau de Plegamans por 2-1 al final de la prórroga, con un tanto de Maria Anglada, que a sus 17 años escenifica el aspecto opuesto, como representante de una cantera inagotable encargada de nutrir al primer equipo.

"En verano quedamos unas pocas jugadoras, y el club veía que 'Motxa' y yo ya éramos demasiado mayores y que tapábamos a la base. Creo que deberíamos haber estado mejor consideradas dentro del club, así que en Manlleu nos salió esa canción", remata Anna Romero, que a sus 33 años lleva en el equipo femenino del Voltregà desde que se creó, en 1999 (en otoño la sección cumple 20 años) y que, junto con 'Motxa' Barceló y Natasha Lee (cuatro títulos con el Voltregà y dos con el Gijón, su actual club) son las únicas jugadoras con seis Copas de Europa en su historial.

El triunfo del orgullo

El éxito de la 'final four' de Manlleu (el anfitrión perdió por penaltis en semifinales ante el Palau y el Voltregà goleó por 9-1 al Iserlohn de Alemania) fue, en definitiva, un triunfo del orgullo, y significa un nuevo hito en el historial del equipo de Osona, el más laureado en mujeres con esos seis títulos continentales (el Gijón está en 5, el Alcorcón con uno y el Benfica con uno) y el único, junto con el Benfica de Portugal (que tiene dos títulos masculinos) que ha sido campeón de Europa en los dos géneros, con un total de nueve coronas, contando las tres del legendario equipo masculino de los años 60 y 70, de Cabanas, Ordeig, Humberto Ferrer, Nogué y Recio (campeón en 1966, 1975 y 1976).

El Voltregà presume también de una Copa de la CERS (2002) y, en esta temporada actual, que debía ser de transición, también está metido en la final de cuatro masculina de la CERS (ahora se llama WS Europe Cup), que disputará a finales de abril en Italia con el Lleida, y el Sarzana y el Valdagno, dos equipos transalpinos. De ganarlo, sería el 11º título continental del equipo de Sant Hipòlit, empatando con el Igualada y solo por detrás de Reus Deportiu (12), Liceo (17) y Barça (42).

Un kilómetro cuadrado

"Somos el sitio donde hay más hockey por kilómetro cuadrado", asegura con orgullo Ramon Sitjà, presidente del club  desde el pasado mes de octubre, cuando se puso punto final de dos años de gestora presidida por el anterior máximo dirigente, Xavi Sala. La afirmación de Sitjà es literal, porque Sant Hipòlit tiene exactamente un kilómetro cuadrado de extensión (es el municipio más pequeño de Osona, rodeado completamente por el de Masies de Voltregà) y al menos un 10% de su población, de 3.500 habitantes, está involucrado con su club estrella, que gestiona las dos pistas -ahora cubiertas- con su tradicional superficie de terrazo donde evolucionan sus 26 equipos, el de hockey adaptado, la escuela de patinaje  y las 55 chicas de patinaje artístico.

En total, el Club Patí Voltregà incluye a 385 personas, tiene 400 socios y mueve un presupuesto de 195.000 euros, ahora estabilizado gracias a la llegada de un patrocionador de Gurb de la Plana (Stern Motor) pero arrastrando un déficit de unos 50.000 euros, según explica Sitjà, "porque todavía no hemos cobrado las últimas tres subvenciones de la Generalitat".

"Una cierta revuelta"

"En verano hubo cierta revuelta interna, pero el equipo persistió y ahora el grupo se ha consolidado", asegura del equipo femenino, sin entrar en mucho detalle, el presidente actual. La situación fue grave, casi paralizante. Se marcharon Tasha Lee (Gijón), Aina Arxé (Benfica) y Joana Comas (Vilasana), y Nara López se fue al Manlleu en un intercambio con la recuperada Judit Burgaya, operada de la mano esta semana y baja en la 'final four'. "Más que un milagro, conseguir esta Copa de Europa ha sido una cuestión de muchísmo mérito. Nadie daba nada por nosotros, habiendo equipos tan potentes como el Manlleu, el Gijón, el Palau o el Benfica. Pero el nuevo equipo técnico dimos confianza al equipo, convencimos a las jugadoras de que todos y todas estamos en el mismo barco y que debíamos competir por todo y no renunciar a nada", explica Jefa Rovira, que forma un equipo compacto con Pol Parareda (preparador físico), Roger Gallifa e Iván Martín (ayudantes y entrenadores de porteros), Laura Mercader (fisio) y Joan Vilalta y Glòria March (delegados). La Copa de la Reina no se ganó y la OK Liga está difícil, pero aún quedan partidos para lucharla.

"De este Copa de Europa nos queda la enorme satisfacción de haber ganado el título, y espero que el año que viene no nos cuestionen como ha sucedido en este", asegura Anna Romero. "Todavía no me lo creo, estoy en una nube. Es una satisfacción que no se puede pagar con dinero", se emociona Motxa Barceló. "Espero que tengamos continuidad, nosotras siempre hemos estado convencidas de que aquí había calidad", remacha Teresa Bernadas, la portera que decidió también la final con 38 paradas, más del doble que su oponente, Laura Vicente. Fue, en definitiva, un cuestión de orgullo.