REAL SOCIEDAD - ATLÉTICO (0-2)

El Atlético gana en Anoeta con el piloto automático

Con dos goles en el primer tiempo de un inconmensurable Morata, los de Simeone se mantienen a 7 puntos del Barça

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Alejandro García

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El Atlético está de dulce, Morata se ha soltado a hacer goles y ha revitalizado un equipo que, en dos semanas, se ha asentado como única alternativa al Barça en Liga, está 7 puntos del liderato y con cinco de ventaja sobre el Madrid en la lucha por la segunda plaza. y encarriló de forma inesperada una eliminatoria infernal de Champions ante la Juve con un gran juego.

Morata ya ha disipado todas las dudas que pudiera haber entre la afición atlética, en Anoeta fue un jugador ingobernable para la Real, resolvió el partido con dos goles en tres minutos y fue la referencia del ataque rojiblanco. El Atlético, que jugó con criterio y ambición, tuvo la precisión para aprovechar dos jugadas a balón parado y después, ante la necesidad, exhibir sus mejores recursos defensivos.

Superioridad manifiesta

La Real Sociedad comenzó llevando la iniciativa, con una posesión segura y cada vez más productiva, que propició una ocasión de Oyarzabal y mantuvo bajo control los arranques a la contra del Atlético, que empezó a detectar muy pronto que era superior en el partido.

Dos apariciones de Morata, una que casi convierte en gol gracias a la falta de entendimiento entre Llorente y Rulli, y otra que salvó el portero realista con una parada de mucho mérito, fueron el preludio. Espoleado por la facilidad con la que conseguía combinar y hacer daño a la Real cuando no tenía balón, los de Simeone se apoderaron del partido y se lanzaron al ataque.

Los problemas se siguieron acumulando para un Alguacil que tuvo que sustituir a su delantero Willian José, lesionado, y terminó de perder la poca presencia que tuvo en área rival. Mientras, el Atlético siguió un empuje digno de sus segundas partes, pero en la primera.

Morata no falló más. El equipo de Simeone sacó rédito al balón parado, primero gracias a un primer remate de Godín que, en el corazón del área, que Morata remachó de manera inapelable y, tres minutos después, al delantero no le hizo falta un toque previo para sobreponerse a la defensa en zona local y rematar picado a gol, al estilo de un delantero clásico, una falta lateral maravillosamente colgada por Koke.

Impotencia realista

En el segundo periodo, el Atlético bajó la intensidad y la ambición ofensiva, pero incrementó con su defensa la impotencia de una Real a merced del Atlético, sin ser capaz de finalizar acciones con peligro.

Con más de media hora para el final, la expulsión de Koke terminó de empujar al Atlético a dar un paso atrás e impulsó a la Real para hacer un último intento de entrar en el partido. Los de Alguacil insistieron para evitar la primera derrota de su técnico, pero apareció Oblak para despejar el poco peligro que sufrió.

Ficha del partido: