COPA DEL REY

Hazaña del Girona, que elimina al Atlético (3-3)

El once catalán empezó perdiendo, remontó el marcador y Doumbia anotó el decisivo tanto a cinco minutos del final

Borja y Doumbia, coautores del 3-3 definitivo, celebran el tanto de la clasificación.

Borja y Doumbia, coautores del 3-3 definitivo, celebran el tanto de la clasificación. / periodico

Joan Domènech

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Un gol de Doumbia, desviando un tiro lejano de Borja García, culminó la hazaña del Girona, que eliminó al Atlético de Madrid en un vibrante encuentro repleto de alternativas. Hubo más goles que fútbol en el Metropolitano, y el enésimo empate entre ambos equipos, el más generoso en goles (3-3), decantó decisivamente la balanza a favor de los catalanes.

Lo tuvo todo a favor el Atlético y lo perdió todo; lo tuvo todo en contra el Girona y lo ganó todo, con el histórico acceso por primera vez a los cuartos de final de la Copa del Rey. El ataque salvó al cuadro de Eusebio, demoledor en su eficacia. Doumbia, con su oportuna puntera, encontró un rinconcito en el capítulo de las gestas, en la primera acción verdaderamente relevante de su fichaje, cuando todo el mundo lamentaba la sustitución de Stuani, más necesario que nunca tras el 3-2.

Goles anulados y postes

Era la segunda vez que el Atlético se ponía en ventaja y se intuía que sería la definitiva. El once rojiblanco encontró pronto la forma de castigar al Girona, con pases verticales a la espalda de la defensa, y la explotó ciegamente. Así marcó los tres goles. Le anularon dos más por fuera de juego en un duelo revisado por el vídeo una y otra vez. El poste salvó en dos ocasiones a Iraizoz.

El empate en el descanso obligó a Simeone a introducir retoques tácticos; cuando menos, a ajustar la presión y a reasignar posiciones. Sin hacer nada del otro mundo, el Girona había empatado el gol de Kalinic, devolviendo la eliminatoria al punto de partida inicial. La parada fue un alivio para los locales, que sufrían para defender su marco, encerrados por la recuperada ilusión de los visitantes.

Eran los mejores momentos del Girona, optimista tras el golazo de Valery. Entonces se veía al equipo tocador que tardó en enchufarse atendiendo a la composición del centro del campo: Granell, Douglas Luiz y Aleix. El mágico pie de este último al colocar un maravilloso centro, aprovechado por un no menos maravilloso cabezazo de Stuani (1-2), justificó el miedo de Simeone, que ya había metido a Rodrigo en el campo e inmediatamente introdujo a Griezmann, reservado por si acaso.

Seis minutos añadidos

Eusebio no reservó a Stuani, que no podrá jugar contra el Betis en la Liga por sanción. El gol del uruguayo fue un tesoro que el Girona se sintió obligado a proteger e, inconscientemente, el equipo le echó atrás, aunque también es verdad que el Atlético, que empezó sesteando con la eliminatoria a favor, tuvo que espabilar. Griezmann acreditó de nuevo que es el hombre franquicia del equipo, el referente indiscutible: dio una asistencia, el pase a uno de los dos goles anulados al Atlético y marcó de una magnífica volea el tanto que parecía decisivo a siete minutos del final.

Lo parecía porque su equipo, si alguna virtud tiene, es que sabe malgastar tiempo. Y defender, aunque lo hizo tan mal como el Girona, encerrado en la coctelera en la que se habían metido todos los jugadores. Dos suplentes (Borja y Doumbia) gestaron el mágico 3-3 ante las narices de Giménez y Godín. En los seis minutos que Mateu Lahoz concedió, entre tanta revisión del VAR, nadie recuperó la cordura ni la frialdad para encontrar la portería.

   

Atlético, 3 - Girona, 3

<strong>Atlético Madrid: </strong>Adán (4), Arias (7), Giménez (6), Godín (5), Juanfran (4); Correa (7), Thomas (5), Saúl (4), Koke (4); Kalinic (6), Lemar (4).