ENTREVISTA CON EL ''PICHICHI' DE LA LIGA

Stuani: "Me he tenido que buscar siempre la vida"

El delantero del Girona, que lleva 10 goles en 11 partidos, conversa con EL PERIÓDICO sobre su largo camino hasta pisar la cima

Entrevista al delantero del Girona CF, Christian Stuani

El delantero del Girona CF y pichichi de la liga española de fútbol conversa con El Periódico tras el entrenamiento de su equipo en las instalaciones de la PGA. / periodico

Marcos López / Joan Domènech

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Después de un largo y enrevesado camino, que le ha hecho jugar en las tres grandes ligas europeas (Italia, España, Inglaterra y, de nuevo, España), Cristhian Stuani ha alcanzado la cima. No solo por sus goles (es el Pichichi de la Liga, con 10 tantos en 11 partidos, por delante de Messi y Suárez, ambos con 9) sino por el reconocimiento que recibe en Montilivi. Es el punto y final del Girona de Eusebio, como lo fue hace un año del Girona de Machín. "Eh, 'el Pichichi! ¡El león del área!'", bromea Portu, su socio en el ataque, cuando el uruguayo posa para El PERIÓDICO. Un león que ha ido lentamente desde Tala (12 de enero de 1986) hasta Girona.

-¿Dónde empieza todo? En el Atenas, un club de baby fútbol, como le llamamos nosotros. Está en Tala, la ciudad donde nací. Allí estuve desde los seis años hasta los 13. Jugué mucho tiempo hasta que un día llegó el Danubio. Destacaba mucho en esas categorías con el Atenas, todos los años acababa como el máximo goleador de mis equipos, metía muchísimos goles. Y los equipos de la capital, que es donde están los mejores, suelen fijarse en lo que hay alrededor. Varios clubs importantes de Montevideo hablaron con mi padre para hacer una prueba, pero yo quería jugar con el Danubio. 

- ¿Por qué el Danubio? Entendía que era el mejor para mí. Es el más adecuado para formar jugadores jóvenes. Sabía que si salía bien tenía más posibilidades de llegar a Primera División más rápido que en otros clubs. Nacional y Peñarol son más grandes, pero es más difícil llegar.

-¿Superó la prueba? Sí, la pasé bien. Era un partido amistoso. Yo ingresé en la segunda parte. Íbamos 0-0. Ingreso y meto tres goles. Ganamos 3-0. Rafael Perrone, que era el entrenador de las juveniles de aquel momento, fue a buscar a mi padre y le dijo: ‘Se queda aquí con nosotros’. Y ahí, justamente ahí, empezó todo. Tuve la suerte de formarme en un club que es muy bueno, es de los mejores de Uruguay en ese aspecto. Ahí me fuí forjando como jugador poco a poco. Y como persona.

"Pasé una prueba con Danubio. Ibamos 0-0. Ingreso en la segunda parte y meto tres goles. Entonces, Perrone le dijo a mi padre: 'Se queda aquí con nosotros'"

- A partir de entonces, un viaje diario entre Tala-Montevideo... Sí. Ochenta kilómetros de ida y ochenta de vuelta. Así fue durante los dos primeros años. Me llevaba mi padre todos los días a entrenar. Mi madre es maestra; mi padre tiene un colmado familiar, que había sido de mi abuelo y de mi tío. Entre ellos se combinaban para que él me llevara a la capital. Tenía 13 años. Hice un esfuerzo tremendo, esos esfuerzos que ahora no se ven. No hablo solo de mí, sino de mi padre, de mi familia, de todos. Era más de una horita de ida. Y luego, claro, una horita de vuelta. Además, tenía que estudiar. Para mi edad tenía el día bastante ocupado, siempre lleno de cosas. No tenía tiempo de estar con mis amigos, iba todo demasiado rápido.

- ¿No pensó que igual no merecía la pena? En absoluto. Tenía la pasión de jugar algún día en Primera División y, por supuesto, de poder irme después a Europa. Pero tuve que hacer muchos sacrificios que la gente no ve. Todavía hoy lo valoro así. Ahora que estoy en la elite del fútbol recuerdo aquellos momentos. Es bueno siempre mirar hacia atrás para que te de fuerzas en los momentos en que lo necesitas. Siempre pensé que merecía la pena. Ni siquiera cuando, de repente, había situaciones difíciles a las que nos veías salidas. Jamás pensé en dejarlo o de que el fútbol no me iba a dar más o menos de lo que me ha dado. Siempre intenté crecer como jugador, ya fuera de joven o ahora de grande. No paraba de mirar más allá. Quería ir a Europa. Ya desde chico tenía ese sueño de Europa. Pero no solo lo puedes soñar sino también tener condiciones.

"Cuando sos joven, tenía mi barra de amigos y el único que no salía el fin de semana era yo. Me cuidada, me preparaba. Eso no se ve... Pero si vos elegís el otro camino, pues..."   

-¿Con tener condiciones basta? No, no, no… Tienes que hacer muchos sacrificios, debes trabajar cada día más las condiciones que tenía puedes llegar al punto en el que me encuentro hoy. ¿Un punto de suerte? También, pero creo que es dedicación, trabajo, constancia… Cuando sos joven, yo tenía mi barra de amigos y el único que no salía el fin de semana era yo. Me cuidaba, me preparaba, pensaba en el fútbol… Eso no se ve. Pero si vos elegís el otro camino, pues… Quizás llegues igualmente, pero tienes muchas menos probabilidades de llegar a ser alguien en el mundo del fútbol. Eso lo tenía muy claro desde el inicio. 

-Pero era muy joven… Sí, pero tenía claro que quería aprovechar mis condiciones y, sobre todo, potenciarlas. Esa madurez que tenía ya desde muy chico quizá me ayudó a llegar tan rápido al primer equipo.

-Debutó con 17 años en Primera con el Danubio. Era muy joven. Fue el año en que Danubio tenía un equipazo, salimos campeones ese año, y yo ya estaba ahí. Era difícil entrar, pero puedo decir que lo hice. Debuté muy joven y a partir de ese momento todo sucedió muy rápido. Me vino rápido y lo supe aprovechar.

-Rápido, pero difícil. No ha sido nada fácil. Nada es nada. En Danubio había sido el goleador en todas las juveniles, debuto con 17 años y en el club se me veía ya como un valor importante. No hablo solo de fútbol sino también como posible venta ya que no solo aspiraban a que pudiera jugar en Primera División sino en poder irme al exterior. Cuando debuto vivo una etapa de transición. Juego en Primera y también en Tercera División. Al año siguiente yo aspiraba a jugar mucho más, pero hay un cambio de entrenador en Danubio. Tras salir campeón, el club intentó buscar, de repente, otro camino trayendo gente de fuera sin seguir con la misma filosofía.

"Mucha gente me decía: '¿Por qué te quedas? ¿Si te lesionas, qué? Al final decidí quedarme en Danubio para irme con buena imagen de mi club, el que me formó"  

-¿Y qué pasó? Ahí vi que los jóvenes íbamos a tener menos lugar para jugar. Yo, como es lógico, tenía ansiedad, quería continuidad, pero vi que no se iba a dar allí. Le dije al club que quería irme a jugar a Primera, pero ellos no querían. Yo les dije que ya me veía preparado para hacerlo porque en Danubio no iba a tener la continuidad que necesitaba. Tenía 18 años, sí. Para ellos, era una decisión difícil porque era un valor importante para el futuro del club, que es muy vendedor. Ellos formaban para vender y subsistir. 

-¿Le dejaron finalmente irse? Sí. Me fui a Bellavista a jugar seis meses cedido. Por cierto, en Wikipedia ponen que jugué en Segunda y está equivocado. Alguien lo puso mal. Era una decisión arriesgada porque si no hubieran ido bien las cosas… Entonces, ¿qué? Pero salí como goleador del torneo de Primera con 18 años. Hice 14 goles en 12 partidos. Eso despertó el interés de muchos equipos. Ahí fue cuando firmé con el Reggina de Italia, pero Danubio me puso la condición de que debía estar seis meses con ellos antes de irme a Europa. No aceptaban que me fuera sin haber triunfado en mi club.

-¿Lo entendió? En esos momentos fue complicado. Yo pensaba. 'Si yo ya lo hice bien con el Bellavista…' Era difícil, pero lo entendí. Al final, decidí hacer las cosas bien para irme con buena imagen de mi club, que fue quien me formó. Mucha gente me decía: ‘¿Por qué te quedas? ¿Cómo haces eso? Y si te lesionas, ¿qué? Si te pasa algo, te quedas sin contrato en Europa..’ No me voy a lesionar, seguro que va a ir bien. De hecho, volví a salir goleador, hice el récord de goles en campeonato corto de Uruguay con 19 en 14 partidos. Y marqué cuatro en mi último partido con el Danubio. Era muy joven, pero tenías las ideas muy claras. En Uruguay, la ideología de la gente joven es salir lo antes posible. Quizá es exagerado, un poco, pero con 22 o 23 años ya te dicen que eres ‘viejo’. Lo que quieres es destacar pronto para poder emigrar a países con poderío deportivo y económico más importante. Yo lo pude hacer. Mi representante entonces me decía: ‘Quizá nos conviene esperar un poco más, quizá esperamos a otras ofertas..’ Pero yo le dije que si me pasa algo y luego no viene nadie… Además, iba a firmar cuatro años y medio con un equipo de Italia, de la Serie A… Pues, ¿qué voy a esperar? Me voy y ya está.

"Llegué muy joven a Italia. Fue duro para mí. No era nada fácil poder brillar. Me fui con mi mujer y mi hija. Era un mundo nuevo, debimos madurar juntos como familia "

-Y se fue a la Reggina. Llegué muy joven a una Liga que entonces, hace 10 años, era súper competitiva. Más que ahora. La mentalidad italiana ya sabemos como es. Equipos muy buenos tácticamente, no hay espacios para los delanteros, mucho orden… Para mí, todo eso era nuevo. Fue duro para mí. No era nada fácil poder brillar. Me fui con mi mujer y mi hija, que tenía entonces seis meses. Era un mundo nuevo para todos, lejos de nuestra familia, de nuestra gente.. Tuvimos que madurar juntos como familia. Recuerdo que fue una etapa difícil, muy difícil, pero me mantenía la ilusión de crecer. Eso es lo que me sostuvo en muchos momentos malos. Quizá no era lo que yo me esperaba. No esperaba ir a Europa y jugar tan poco, pero creo que todo formaba parte del proceso, debía aprender tácticamente, debía aprender un nuevo fútbol. El club estaba en una situación delicada, tenía que salvarse y no podía darle tiempo ni continuidad a un joven que llegaba. Jugaba un partido y no jugaba los cuatro siguientes. Y yo pensaba: ‘Así será difícil que pueda tener continuidad’. 

-Entonces, le llama el Albacete. Llevaba año y medio en Italia, pero sin jugar. El primer año con la Reggina se salvó la categoría; el segundo, baja. Entonces, si no voy a jugar, me busco un equipo. Surgió lo de venir al Albacete a través de Zalazar, el ‘cabezita’ que le digo yo. Era, sobre todo, una apuesta deportiva. El ‘Alba’ me abrió sus puertas, siempre le estaré agradecido porque fue el primer club en España que permitió que me vieran. Fue un año tremendo, tuvimos tres entrenadores. Un año espectacular, una barbaridad. Marqué 22 goles, algo impresionante. Hasta el día de hoy creo que soy el que más goles ha marcado en una temporada con el Albacete. Esa temporada me abrió más puertas. Creo que en mi carrera he tenido momentos claves, este fue uno de ellos. Salieron bien porque me permitieron mostrar lo que yo soy. Claro que era una decisión arriesgada. En todos los clubs que me fui yo tenía un contrato largo. Podría haberme quedado tranquilamente allí esperando mi oportunidad, pero siempre quise tomar riesgos.

"Ahora me ven al frente del Pichichi, pero tuve que pasar un montón de experiencias que me dan ahora la madurez que tengo" 

-¿Tanta confianza tenía, y tiene, en usted? Sabía que si lo había hecho en Uruguay también lo podía hacer en Italia, en España… Sabía de las dificultades de jugar en Europa, pero gracias a mi mentalidad he podido ir paso a paso. He tenido que curtirme. Me he tenido que buscar siempre la vida. Ahora me ven al frente del Pichichi, pero he tenido que pasar un montón de experiencias que me dan ahora la madurez que tengo. Todo eso me lo han dado estos años que he ido evolucionando. Ha sido rápido, pero, a la vez, lento. He ido escalón a escalón.

"Los uruguayos ya competimos así desde chicos. Lo llevamos en los genes. Nos cuesta mucho ganar algo y cuando lo tenemos no lo soltamos"

- ¿Nunca pensó en un escalón insalvable? No, los jugadores uruguayos ya competimos así desde muy chicos. Lo llevamos en los genes. Nos cuesta mucho ganar algo y cuando lo tenemos ya no lo soltamos. Es nuestra manera de entender el fútbol. Si viene alguien para arrebatártelo, imaginate… Mucha gente dice siempre de la garra del uruguayo, de nuestro espíritu.. Es cierto. Nos criamos compitiendo, cuando somos más grandes y jugamos en niveles más importantes eso se nota. Se nota mucho. En momentos puntuales cuando algo se complica o hay que tirar de lo que sea, el uruguayo lo hace. Van y lo hacen, estamos acostumbrados.

-Además, se crecen en climas hostiles. Hay jugadores que en momentos determinados, cuando hay mucha más tensión o nervios, se aminoran un poco; nosotros, no. Parece que es hasta mejor que le digan de todo, nosotros, como ya dije antes, estamos acostumbrados. Si vos miraís... Uruguay tiene tres millones de habitantes, es más pequeño que Catalunya. Y todo el mundo me pregunta lo mismo: '¿Cómo puede ser que haya tantos jugadores uruguayos a gran nivel y tengan tantas Copas como tiene la selección?

-¿Cómo puede ser? De pequeños estamos compitiendo y nunca regalamos nada. Jamás vamos de sobrados a ningún partido. Jugamos todos los partidos como si fuera, por ejemplo, contra el Manchester United.

-¿Es cuestión de estilo? ¿Lo dicen por el Espanyol? Yo siempre he jugado igual, con todo el honor y la garra que tengo, y seguiré así y si recibo no me quejo. Al Espanyol lo defendí en su día con orgullo. Me rompí la cara, literalmente, por ese club.

"Siempre he jugado igual y si recibo no me quejo. En su día defendí al Espanyol con honor y me rompí la cara, literalmente, con ese club"

-Por eso, un país tan pequeño produce delanteros impresionantes, Luis Suárez, Cavani, usted. Es nuestra formación y la historia rica del fútbol uruguayo. Somos una mezcla de todo eso. Uruguay tiene mucha historia. Vos te pones a mirar y no somos muchos habitantes, pero ganamos en Maracaná en 1950… Somos historia y eso, al final, se nota. Cuando te pones la camiseta de la selección lo sientes. Estamos comprometidísimos con nuestro país. Es una camiseta llena de historia. Es lo máximo. Amamos ir a la selección, ganes, pierdes o empates.

-Tres delanteros distintos. Me siento un afortunado de haber podido compartir selección con Suárez y Cavani, que son goleadores históricos de Uruguay. Y del mundo. Para mí, haber compartido tanto y tanto con ellos, además de ser amigos, es un privilegio.

-Pero no le ha perjudicado porque ha jugado menos. Valoro más compartir todo eso con ellos que haber jugado menos. Muchas veces me hacen esa pregunta… ¿Si no estuvieran ellos, vos habrías jugado más? Sí, pero lo que he vivido con ellos no me lo va a quitar nadie. Yo sé cual es mi rol. Sé que juego menos porque están ellos yo. Pero lo que hemos vivido juntos los tres no tiene precio, no tiene precio… Los Mundiales, las eliminatorias, las concentraciones, todo… 

"Cuando estaba en el Espanyol, me llega la oportunidad de ir al Boro. Queria probar la Premier, me picaba ese gusanillo"

-Por cierto, ¿cómo fue la experiencia en Inglaterra? Era otro objetivo personal que yo tenía. Había jugado en la Liga italiana, en la Liga española y quería probar la Premier. Me picaba ese gusanillo. Tenía ese deseo, quería llegar allí. Era un deseo y un reto, pero sabía que era muy complicado. Surgió la posibilidad, pero a través de un reto súper difícil. Estaba en el Espanyol, me llega la oportunidad de ir al Boro, que estaba en Segunda. No te voy a engañar que económicamente era mejor y, al mismo tiempo, se compaginaba con algo que yo quería hacer: jugar en Inglaterra.

-Al final, se volvió a salir con la suya. Sí, tenía el objetivo de ascender a la Premier y lo conseguimos. Tomé el reto, me fuí y el primer año fue muy complicado, la Championship es una liga súper competitiva, juegas 42 partidos, los play off… Dicen que es la sexta Liga más vista del del mundo tras las de España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia. Yo no lo podía creer: '¡Si es de Segunda!' Pero es verdad. Es una barbaridad, con grandes equipos, estadios llenos de historia, con mucho poder económico. Logramos el objetivo de ascender y el gran recuerdo de hacer el gol del ascenso. Ya valió la pena, ya gané. Mereció la pena la decisión que tomé.

"No sé si siempre elijo el camino más dificil. Pero lo más difícil tiene más sabor. He podido jugar en las tres grandes Ligas del mundo: Italia, España e Inglaterra"

-Siempre elige el camino más difícil.  No sé. Pero lo más difícil es lo que tiene más sabor. Luego, al año siguiente, bajamos, a pesar de que teníamos un gran equipo. Estaba Víctor Valdés, Álvaro Negredo, teníamos a Karanka de entrenador. En el primer semestre estábamos bien, fuera del descenso, pero luego empezaron a ir mal las cosas y nos tocó bajar. Pero me ha enriquecido mucho como jugador, me ha aportado mucha experiencia y la posibilidad de haber jugado en las tres grandes Ligas del mundo: Italia, España e Inglaterra.

"Me ha ido espectacular con el Girona. Lo que ocurrió la pasada temporada fue increíble. Resulta muy ilusionante poder escribir la nueva historia de un club"  

-Y le llama entonces un pequeño club de Catalunya. Sí, muy pequeño club. Estaba yo en un momento en el que el Boro había bajado a Segunda, no quería quedarme. Lo que deseaba era volver a España. Surgió esta posibilidad y tampoco investigué mucho sobre el Girona, no te creas. Tenía ganas de volver a España; mi familia, también. Hablé mucho con Quique Cárcel dándole forma hasta que pudo salir la operación. Luego, si miré un poco más al equipo, valorando lo que me esperaba. Entonces, asumí el reto.

- Tampoco parecía un reto fácil. ¡Qué va! Sabía que sería muy, muy, muy difícil. Era un equipo que nunca había jugado en Primera División, la mayoría de sus jugadores tampoco…. A mí lo que me daba mucha ilusión es que toda la gente iba a tener hambre para seguir en Primera. No solo llegar sino intentar mantenerse, que es más difícil todavía. Partiendo desde esas bases, decidí aceptar ese reto. Sabía que el Girona jugaba con línea de tres, también hablé con Pablo Machín, pero me ilusionaba el proyecto que veía… Veía que todo era para mejorar, lo más normal era quizá que el equipo bajara a Segunda Division. Es una gesta lo que se hizo el año pasado. Todos te miraban diciendo: ‘Estos bajan, seguro’. 

"Dentro de muchos años los aficionados del Girona se van a dar cuenta de lo que están viviendo. Quizá no tengan esa dimensión, pero lo que viven ahora es de locos" 

- No le ha ido nada mal. No, no. Me ha ido espectacular. Lo que ocurrió la pasada temporada fue increíble, eres un club desconocido para la Liga, para los rivales, para la gente… Es un club que tiene que hacer su historia. Resulta muy ilusionante poder escribir la nueva historia de un club. Ahora la gente no lo ve tanto, pero dentro de muchos años los aficionados se van a dar cuenta de lo que están viviendo en estos momentos. Quizá no tengan esa dimensión, pero lo que viven ahora es de locos. Quien es capaz de verlo y de darse cuenta de eso y, sobre todo, de valorarlo seguro que lo disfrutará mucho más. El Girona es un club que quiere crecer aún más, pero lo que ya ha hecho es muy importante.

-Llega y todos le miran a usted: Italia, España, Inglaterra… Es verdad. La columna vertebral era el portero (Gorka), el central (Bernardo, que tiene experiencia) y yo. Todos habíamos jugado en Primera División y podíamos haber ayudado no solo dentro de la cancha sino en el vestuario, que es también algo muy importante.

"¿El Pichichi? Es una barbaridad. Cuando miras el diario del lunes y te ves ahí, encima de Luis y de Messi, es tremendo. Yo lo valoro mucho, es muy, muy, muy difícil. Pero quiero seguir ahí" 

-Y ahora es el Pichichi de la Liga. Es una barbaridad. Son 10 goles en 11 partidos. Cuando miras el diario del lunes y te ves ahí es tremendo. Yo lo valoro mucho. Es muy, muy, muy, muy difícil. Me veo ahí, pero quiero seguir. Tengo la mentalidad de si lo he hecho una vez lo puedo hacer dos o tres o las que haga falta. Al final, cada partido es un mundo. No miro más allá ni pensar en lo que sucederá el mes que viene o dentro de dos.

-Está por encima de Suárez, su amigo y de Messi. Sí, sí, a estas alturas verme encima de Messi, de Suárez es algo muy bueno. Lo tengo que valorar y más jugando en un club pequeño. También es verdad que es un trabajo de equipo. Siempre lo digo, me considero un jugador humilde. Sé que el equipo está bien. Si no está bien, el delantero no puede hacer goles. Eso está claro. Es muy difícil poder ser goleador de un equipo pequeño. Estoy con mucha confianza. Mis compañeros saben que yo estando ahí se sienten, no sé como decirlo, protegidos, arropados, tranquilos. Hace que el equipo esté con confianza y optimismo consiguiendo cosas que mucha gente no pensaba.

-Con un Girona, además, que tiene ahora los mismos puntos que el Madrid. En el primer año en Primera decían: ‘Este equipo no va a aguantar, en cinco o seis jornadas se van a caer, seguro’ ‘Este año lo mismo, este no va a meter los mismos goles, véndanlo, aprovechen ahora, que luego no va a meter más goles… ‘ Yo sigo de la misma manera, intentando superarme. No soy un jugador conformista, siempre quiero más. No me he rendido nunca. Yo doy esa imagen, siempre lo he hecho durante toda mi carrera. Una imagen de compromiso, por mucho que pueda perder 3-0. Yo voy a seguir siempre. Si lo hace el más veterano, con más experiencia, acabas contagiando a todos. Si tú eres joven y ves a ese tío haciéndolo, ¡cómo no lo voy a hacer yo!