HITO EN EL PAÍS ÁRABE

Las mujeres ya corren en Arabia Saudí

La localidad de Al Khobar acoge la primera carrera oficial popular para chicas

Carrera de mujeres en Arabia Saudí

Laura Villarpriego se inscribió en la competición celebrada en el país árabe. / periodico

S. P.

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Arabia Saudí puede presumir de otro avance en los derechos de las mujeres. Sucedió la semana pasada. En la localidad de Al Khobar se disputó la primera carrera oficial popular para chicas. En las 22 ediciones anteriores de la Charity Run solo se había permitido la participación de hombres. En la 23ª se produjo la significativa permisividad.

Dentro de los cambios que se están produciendo en Arabia, señales de apertura interna, tuvo lugar una prueba que pretende convertirse en otra muestra de avance dentro de los pequeños pasos que el príncipe va dando y que en algunos aspectos originan discusiones en el país.

Otros gestos aperturistas en el terreno de género como que las mujeres puedan conducir, ir a los estadios, compartir espacios en cafeterías y hasta desplazarse a cines de próxima apertura se están viviendo en el país en medio de debates intensos.

Entre las inscritas, Laura Villarpriego, una española natural de Madrid, que reside en Arabia Saudí. Se inscribió en la carrera por su afición al deporte y con la intención de vivir la experiencia de un evento histórico.

Objeto de curiosidad

Ya en la caseta de inscripción causó sensación que una extranjera se dispusiera a correr. Se contempló como un efecto integrador. “El trato ha sido muy bueno y creo que puede ser una experiencia llamativa y enriquecedora a nivel cultural”, dijo. Fue entrevistada para la televisión local, los responsables de la carrera le pidieron fotografiarse juntos y se la invitó a tomar protagonismo en el evento.

No se permitió enseñar piernas ni torso, pero se dejó libertad para correr sin taparse la cara y el pelo

De la vestimenta se habló. A Laura le impusieron la condición de que no mostrara de una forma muy llamativa las piernas y el torso, que cubrió con ropa más o menos ancha, y dejando libertad por si se quería correr o no con abaya, prenda larga musulmana. La mayoría de las corredoras locales se lo pusieron. Algunas, no. No hubo, en cambio,  restricción alguna sobre taparse la cara o el pelo.

En cuanto al lugar, hubo cambios. En principio se iba a correr por el mismo lugar donde lo harían los hombres, solo en un horario diferente. Iba a ser en la Corniche, carretera pegada al mar y muy abierta al público. Posteriormente, tres días antes de la carrera, se decidió modificar el trazado y trasladarlo a un lugar más discreto y cerrado. Ser más cautos en esta primer edición.

A vueltas con la vestimenta

Al final la carrera se disputó en un complejo universitario abierto a quien quisiera ir pero no tan accesible para la gente. Para llegar, había que coger un coche. 

La carrera se disputó de una forma ordenada, sin incidentes y con el previsto choque cultural, ya que muchas de las corredoras locales cumplieron con las reglas de vestimenta más estrictas, pero otras lo hicieron con mallas y camiseta ancha.

El nivel deportivo no fue alto, pero las aproximadamente 300 mujeres que participaron en la carrera sintieron la vivencia histórica de protagonizar pequeños pasos hacia situaciones que para otras culturas son habituales.

“Vivir aquí este tiempo está siendo una experiencia única y profundizar un poco en esta cultura te da un conocimiento más cercano de los ideales que tienen, estemos más o menos de acuerdo. La adaptación en cualquier caso está siendo buena”. Palabra de Laura, cuyas desventuras en el país suele narrarlas en su cuenta de instagram @lauritalegs.