EL TOQUE INGLÉS

Guiris, fútbol y brexit

La Premier es un negocio y va a blindarse desde el minuto uno de la política

Las estrellas del Chelsea celebran un gol en partido de la Premier en Stamford Bridge.

Las estrellas del Chelsea celebran un gol en partido de la Premier en Stamford Bridge. / .45044465

Josep Martí Blanch

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En Londres hay una plaga (benigna, que todo hay que matizarlo) de italianos. Así que era previsible que tarde o temprano me diera de bruces con una de sus madrigueras. Ha sido esta semana, concretamente el miércoles. Despachaba la tarde jugando a los dardos en el Riley’s Sports de Sloane Square con un grupo de lo más 'multiculti'. Hacíamos el ridículo por parejas. Mi compañero era un cirujano japonés y el otro dúo estaba formado por un empresario iraquí y un ingeniero ucraniano. Apenas habíamos empezado a maltratar el noble arte de la puntería, cuando una falange romana irrumpió en el local para anexionarlo al Lazio. Eran más de cien tifosi que venían a ver el Real Madrid-Roma. Nos rendimos sin resistencia, devolvimos los dardos y nos sumamos a su causa, que nos pareció a todos justa menos al iraquí, que es tan merengón que hasta parece antibarcelonista.

Tanto guiri reunido me hizo pensar en el 'brexit' y en las consecuencias que este puede tener para la Premier. Porque ya saben que lo del 'brexit' es también una cuestión de guiris e identidad, inglesa en este caso. Antes del referéndum el mundo del fútbol anunció las siete plagas de Egipto si finalmente ganaba la opción de abandonar la UE y hasta parecía que los jugadores saltarían al campo con alpargatas en lugar de botas. Después del resultado devino el silencio propio de los estados de 'shock'. Y ahora, a poco más de seis meses de largarse de las instituciones comunitarias, vuelven las voces alarmistas que, seamos exagerados por una vez, anticipan que la Premier League va a convertirse en una especie de campeonato de segundones porque ni podrán fichar ni los jugadores del continente querrán venir a jugar.

Háganme caso. No se crean ni una línea de lo que lean. La Premier es un negocio y va a blindarse desde el minuto uno. Los clubs van a fichar lo que quieran y puedan pagar, como hasta ahora. El Gobierno ya ha pedido a la Premier y a la Federación que trabajen conjuntamente propuestas para cuando ya no sea posible la libre circulación de profesionales entre la UE y el Reino Unido, incluidos futbolistas. El Ejecutivo también ha dejado claro que las ligas de fútbol, rugby y críquet deben seguir siendo competitivas lo que, traducido, quiere decir que en el máximo nivel de competición se firmarán tantos permisos de trabajo especiales como sea necesario. Uno puede ser estricto con los fontaneros polacos o los camioneros rumanos, pero no con el fútbol. Así es el mundo que pisamos y que cada cual lo adjetive como guste.

Una máquina de mover dinero

Leerán que para poder fichar a un extranjero no comunitario las reglas son complicadas ya ahora porque debe demostrarse que ese jugador es realmente especial. Por ejemplo, haber jugado un mínimo de partidos con su selección. Y eso es lo que va a pasar ahora también con los jugadores de la UE cuando el Reino Unido ya no forme parte de ella. Nada. Ni caso. El catálogo de excepciones es tan elevado que al final, lo cierto, es que los clubs hacen lo que les da la gana. No sufran por el 'brexit' si les gusta la Premier porque seguirá siendo lo que es. Si solo hablásemos del balón, quizás fuera diferente, pero esto es una máquina de mover dinero. Y la pasta es como los ratones, con un agujero de ocho milímetros les basta para meterse donde quieran.

Puede que el 'brexit' sí tenga consecuencias en las ligas inferiores. Pero no nos engañemos, por mucho que a usted le guste el futbol, no acierto a verle preocupado por lo que pueda acontecer al Gillingham o al Doncaster Rovers de la League One. Si fuera el caso, hágame caso también en esto, visite al médico más cercano.

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