BENDITA PREMIER LEAGUE

Cuando los récords de Guardiola no parecen récords

Pep Guardiola reflexiona, en el banquillo del estadio del Crystal Palace, antes de empezar el segundo tiempo.

Pep Guardiola reflexiona, en el banquillo del estadio del Crystal Palace, antes de empezar el segundo tiempo. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Se acaba la racha. Fin de récord. No hubo más. Hasta aquí llegaron. El Manchester City falla ante el Crystal PalacePep Guardiola no alcanza su marca. El equipo del Guardiola falla en el momento decisivo. Segundo empate del líder de la Premier League. Guardiola frena su racha y se queda a un partido de las 19 victorias conseguidas, en 2013-14, con el Bayern de Munich. Tampoco pudo lograr 11 victorias seguidas como visitante….

¿Perdón? ¿perdón? ¿de qué estamos hablando? ¿Estamos locos? El cambio de domingo a lunes nos está haciendo perder la perspectiva de todo. Pasar de 2017 a 2018 así, de golpe, aunque llevemos 365 días anunciándolo, ¿nos convierte en los seres más extraños que jamás hemos conocido? ¿De verdad hay quien está escribiendo que el 0-0 del City en campo del Crystal Palace es un desastre?

Guardiola empata, por segunda vez este año, y parece que sea colista, cuando ha ganado 18 de los 20 partidos disputados

Pues parece que sí, amigos, parece que sí. El City, ¡ojito al dato!, que le saca 14 puntos al Chelsea, 15 al Manchester United, ¡18! al Liverpool y ¡¡22!!, repitan conmigo ¡¡22!!, al Tottenham y Arsenal, ha cruzado, según algunas crónicas, comentarios y ciertas reseñas, la frontera del 2017 al 2018 fallando. ¿Fallando?, 18 victorias y dos empates, en 20 partidos, es fallar ¡¡¡por favor!!!

Y, encima, con dos lesionados

Tremendo arranque de temporada de Guardiola, que, en pleno boxing day, perdió a dos de sus mejores hombres, perdón, ¡a sus dos mejores futbolistas!, el creador De Bruyne y el finalizador Gabriel Jesús, ¡no se sabe por cuantos meses!, y, encima, ha tenido que leer que no alcanza su récord del Bayern o la mejor y mayor racha de victorias fuera. De verdad…el 2018 nos ha traído más locura.

No fue, ciertamente, un gran partido del City. Ni siquiera fue un buen encuentro. Pero lo que está haciendo el equipo de Guardiola este año (números al margen, incluso para los que aman las estadísticas) es espectacular y a ello hay que referirse incluso el día, la tarde, la despedida del año, en que el flamante líder de la Premier League suma su segundo empate en 20 partidos, su segundo fracaso, según muchos, en 20 encuentros, que no es una derrota porque aún no ha llegado, no, es, simplemente, un empate, el resultado que sus perseguidores, casi tan millonarios como ellos, no cesan de acumular.

Pudo perder, sí, pero empató

Insisto, es posible que en el último mes, el City sumase victorias desesperadas en el tiempo añadido, con un Raheem Sterling en esos minutos de la basura prodigioso e, incluso, que hoy mismo hubiese podido perder, pero Ederson desvió, con su piececito izquierdo, el pésimo penalti lanzado por el serbio Milivojevic pesimamente, en el minuto 90 de partido.

Pero de ahí a iniciarse las crónicas de hoy como si el City se hubiese estrellado, por décima vez, frente al rival, hay un abismo. El mismo que separa al City de sus perseguidores. Y, sobre todo, su idea del fútbol del resto.