LA CRISIS BLANCA

El Madrid se descontrola

Bale, Nacho, Ronaldo y Ramos, con gesto de resignación durante el clásico del sábado

Bale, Nacho, Ronaldo y Ramos, con gesto de resignación durante el clásico del sábado / periodico

Carlos F. Marcote

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El Real Madrid perdió su última final del año en el último partido de 2017 y todo se le ha descabalado. Pese a llevar en la mochila un doblete histórico de Liga y Champions, las supercopas española y europea y el recientísimo Mundial de Clubs, todo está ahora en entredicho a causa de la sangrante goleada recibida del Barcelona en el Bernabéu. Empezando por Zinedine Zidane, objeto, como adelantó él mismo, de feroces críticas desde todos los ángulos del madridismo por no recibir al Barça en el partido clave para seguir enganchado a la Liga con un planteamiento acorde a la condición de número uno de su equipo. La poca personalidad táctica del técnico francés le llevó a optar por un plan rácano que acabó  fallando por su propia base.

Un movimiento descontrolado y suicida de Mateo Kovacic por seguir al pie de la letra la consigna de su entrenador de subirse definitivamenete a la chepa de Messi en el segundo tiempo abrió al conjunto azulgrana el camino para despegar hacia un triunfo incontestable, que ha agrietado los cimientos del proyecto liderado por el técnico francés y que puede hacer cambiar de dirección los planes de Florentino Pérez.

De volver a presumir hace cinco días de presidir el mejor equipo y contar con el mejor entrenador del mundo, el dirigente blanco se cuestiona hora mismo la idoneidad de cerrar por fin la renovación pactada con Zidane. Y más con la amenaza del PSG en los octavos de final de la Champions en febrero.

Un camino problemático

Como en los viejos tiempos, aunque no tan lejanos, el Madrid vuelve a quedar expuesto a tener que agarrarse desesperadamente a la Liga de Campeones para salvar una temporada que se ha torcido mucho antes de lo que los blancos podían esperar. El paraguas de la Copa del Rey no dará para mucho,  en el hipotético caso de ganarla, teniendo en cuenta la magnitud del desastre que supondría llegar a primavera sin posibilidades en las dos grandes competiciones. Después de firmar el mejor año de su historia, con cinco títulos, la escarapela que les distingue como campeones de Europa y del mundo quedó gravemente deslucida por el revolcón que le dio el Barcelona el sábado a la hora del vermú y eso puede marcar toda la temporada.

La apuesta de Zidane por Kovacic, con el recuerdo positivo del papel relevante del croata en la Supercopa de España como secante de Messi, significó el sacrificio de Isco, el jugador madridista con más participaciones en partidos de Liga (15), aunque con menos minutos hasta el sábado que Ramos, Kroos y Casemiro. Al margen de la decisiva aportación del malagueño en el gran final de la campaña pasada y en los mejores momentos de esta, aunque no falta quien echa mano de que su figura se diluyó de forma alarmante  en las derrotas ligueras ante el Betis y el Girona, así como en los choques contra el Tottenham en la fase de grupos de la Champions que abocaron al Madrid a quedar relegado al segundo puesto.

Relegación de Isco

No se arrepiente absolutamente de nada, aseguró Zidane tras el partido, aunque no dejará de dar vueltas a la cabeza al hecho de que si Kovacic fue importante para doblegar al Barça en la Supercopa, no lo fue menos Isco, titular en el partido de ida, en el que prácticamente quedó adjudicado el título. Ahora el jugador rumía las razones por las que no jugó ni un minuto en este clásico.

Con dos goles en la Liga llegó Benzema al choque contra el Barça y con los mismos se despidió entre pitos para dejar su sitio a un defensa, Nacho, tras la expulsión de Carvajal. La defensa incondicional que de su figura realizan una y otra vez tanto Zidane como Florentino Pérez no hace más que enconar la actitud de la mayoría de los aficionados en contra del delantero francés, al que ya no se le espera. Al Madrid le pesa cada día más el desacierto de Karim y el hecho adicional de que esté solo en la delantera blanca. Mayoral no cuenta para casi nada y Morata y Mariano triunfan en el Chelsea y el Lyon, respectivamente, sin que nadie se explique como se dejó escapar a los dos el verano pasado.

Ahora las urgencias se han desatado para reforzar el ataque en este mercado de invierno. Las opciones «low cost» son muy reducidas y Pérez tendrá que gastarse lo que no se ha gastado en los dos últimos veranos si quiere incorporar a gente como Icardi (Inter) o Fekir (Lyon). La opción Kane (Tottenham) queda para más adelante.