Qatar, un patrocinio polémico

Muchos interrogantes se abren ahora con la encarcelación de Sandro Rosell por sus dudosos negocios en los que también se ve involucrado el Barça de rebote. Y también Qatar, el multimillonario patrocinador en el que el club azulgrana depositó su supuesta supervivencia económica nada más aterrizar Rosell como presidente, en el 2010, justificando la firma del patrocinio por la nefasta gestión de la junta de Laporta, ahora desmentida por una sentencia judicial. Pero lo cierto es que el Barça desplazó el logo de Unicef a la parte trasera de la camiseta y puso el de Qatar en el pecho a cambio de un contrato de cinco años a razón de 30 millones por temporada.

El nombre de Qatar Foundation inundó pronto no solo la camiseta sino también el Camp Nou entero, evidenciando que la letra pequeña del acuerdo decía muchas más cosas de las que se explicaron inicialmente.  En el 2014, el nombre de Qatar Foundation se cambió por el de Qatar Airways, una modificación "prevista" en el acuerdo, según explicó entonces el vicepresidente económico, Javier Faus, pero que no hizo más que augmentar la contestación y el malestar de la oposición por el hecho de que el Barça siguiera atado a un país árabe acusado de dar apoyo financiero al terrorismo islamista.

Una acusación que adquiera mayores dimensiones  si cabe después de que Arabia Saudí, Egipto, Baráin, Emiratos Árabes, Libia y Yemen hayan  roto relaciones diplomáticas con Catar por su apoyo a organizaciones terroristas. Catar es la organizadora del Mundial de fútbol del 2022 y la FIFA ha asegurado que mantiene el contacto permanente con el emirato para la organización del Mundial, que por ahora no corre peligro.