Maria Prados: "Sería un sueño llevar la seguridad en unos JJOO"

Los manuales de vida positiva determinan que la clave del equilibrio emocional, la felicidad y el bienestar, no está en lo que nos sucede, sino en cómo reaccionamos ante ello. Esa es también la gran máxima del trabajo de responsables de seguridad como Maria Prados (Sabadell, 1975). Imaginan las peores situaciones que podrían suceder y prevén para ellas la mejor reacción posible. A partir de hoy, cuando el mundo esté pendiente de lo que vaya pasando en los JJOO de Río de Janeiro, ella y sus colegas de profesión estarán mucho más pendientes de que nada pase.

-El éxito de su labor es que no pase nada. Exacto, trabajamos para que no pase nada y, si pasa, debemos tener previsto el acompañamiento hacia el mejor desenlace.

-¿Cómo preparan ese mejor desenlace? Ante un evento, en mi caso deportivo -su especialidad-, la primera fase es planificar. Contemplamos todos los escenarios posibles, nos avanzamos a ellos, cuantificamos los recursos que necesitaríamos y los que tenemos y planeamos qué hacer en cada caso.

-¿Hacen simulacros? Si podemos, sí. En la fase de implantación previa, damos la formación de evacuación al personal, voluntarios y empleados. Lo importante, si pasa algo, es la respuesta.

-¿Quiénes intervienen en la planificación? Los directores del equipo de seguridad nos coordinamos antes y durante la celebración con un homólogo de los Mossos d'Esquadra.

-¿Y los JJOO de Río cómo se presentan? Que a una semana de iniciarse despidieran a la empresa de seguridad no dice mucho a su favor. Da la sensación que el COI no ha estado lo suficientemente encima de la seguridad en Río, un tema tan importante en unos JJOO, y más en una ciudad con tanta violencia. Sorprende que un motivo para descartar la candidatura de Madrid fuera la seguridad, y se optara por Río.

-Las alertas ante posibles atentados jugaron su papel en contra. Sí, pero, precisamente, si algo ha curtido, y mucho, la seguridad en España ha sido convivir tantos años con amenazas terroristas. Aprendimos muchísimo a ser prevencionistas y a investigar, es un importante legado que deja la generación que trabajó en la época álgida de ETA. Y prueba de ello fueron los JJOO de Barcelona-92. Se hicieron con una alerta de un posible atentado de ETA y el desarrollo fue ejemplar. Claro que ETA, si no tenía asegurada la huida, no actuaba, pero los yihadistas quieren morir. La repercusión mediática de unos Juegos Olímpicos sería brutal. Para mí sería un sueño cubrir la seguridad en unos.

-Ante el panorama actual, a alguno de ustedes les podría tocar coordinar en algún evento-diana para el terrorismo mundial, ¿Cómo gestionan ustedes el miedo? El miedo, para nosotros, es prevención. Es una actitud, una forma de ser y actuar. En nuestro trabajo no solo hace falta formación, también se ha de tener esa actitud, el respeto ante cualquier situación, el punto de conciencia, una actitud resolutiva ante cualquier temor o amenaza.

-¿Cómo ha llegado a ser directora de seguridad adjunta de la UAB? Aprobé la selectividad sin tener en mente ninguna carrera. Gané mi primer sueldo como azafata y como vigilante de un centro comercial. Mi altura -1,79 m- me lo facilitó. Y vigilar se me daba bien. Donde ponía el ojo, ponía el mal. Me gustó y me animé a graduarme en la primera promoción de Prevenció i Seguretat Integral, en la UAB. Era tras el 11-S, y el mercado nos esperaba. Luego estudié Criminología y me especialicé en emergencias y catástrofes.

-Siempre preparándose para lo peor... Sí, y la tesis que me dirige el catedrático en Derecho Administrativo de la UAB Manel Ballbé, una eminencia en seguridad, es sobre acontecimientos deportivos.

-¿Cuáles ha cubierto hasta ahora? El Europeo y el Mundial júnior de atletismo (2010 y 2012); los XGames (2013); el Mundial de natación (2013), y el Mundial de patinaje sobre hielo (2014 y 2015). Y he redactado el plan director de los Juegos Mediterráneos del 2017, en Tarragona.