UNA CARRERA EN AUGE

Unas 300.000 personas se lanzan a la calle para seguir el maratón de Barcelona

Participantes en el maratón en la Gran Via.

Participantes en el maratón en la Gran Via. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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Ya no hay coches ni reproches. El maratón, esa prueba mítica de los 42,195 kilómetros que antes levantaba críticas y enfados por el hecho de partir la ciudad en canal durante toda una mañana de domingo, ha pasado de Cenicienta a Príncipe Azul. La ciudad, lejos de enojarse, se enorgullece de un acontecimiento que ha logrado situarse entre los mejores del continente; la ciudadanía, lejos de despotricar, ha optado por bajar a la calle, al asfalto, para animar a esos cerca de 20.000 corredores que tuvieron ayer la valentía de enfrentarse al reto de la legendaria distancia olímpica. En su 38ª edición, el maratón de Catalunya, afincado definitivamente en Barcelona, ya no es aquel que comenzó en 1978 en Palafrugell con 185 participantes, de los que acabaron 150, con Dave Patterson ganador en 2.23.15 horas. No. Once años después de un parón que amenazó con cobrarse su propia existencia -por divergencias entre la municipalidad y los organizadores de entonces-, el maratón es un acontecimiento en auge capaz de batir récords. Y no solo cronométricos o de inscritos (en esos 11 años ha multiplicado por cinco la participación), sino también de apoyo popular y ciudadano. Fuentes del ayuntamiento cifraron en 300.000 las personas que orillaron todo el recorrido para animar a los atletas y presenciar el paso del inacabable desfile de corredores. Casi 100.000 más que el año pasado.

DEBUT DE COLAU

La alcaldesa Ada Colau, que por primera vez dio el pistoletazo de salida, pudo vivir en primera persona la devoción de la ciudad por el acontecimiento. «Ha visto que es un verdadero acto de ciudad», aseguró la comisionada de Deportes, Marta Carranza. La propia Colau lo reconoció. «Barcelona es una de las ciudades donde más deporte se practica, y lo tiene todo: es bonita, el clima acompaña y la ciudadanía se vuelca, como se ha demostrado este año, al tener más participantes y más voluntarios que nunca».

Las cifras así lo certifican. Los 20.287 inscritos suponen un récord, lo mismo que las 4.000 personas de la organización (incluidos voluntarios) o los 53 puntos de animación a lo largo del circuito, que recorre de cabo a rabo toda la parte baja de la ciudad. Y las posibilidades de crecimiento están ahí, aunque tanto el consistorio como la empresa organizadora, RPM Racing, insisten en priorizar los aspectos cualitativos, sin renunciar a un incremento en la cantidad de participantes.

«Ahora que tenemos un maratón consolidado como referente en Europa, queremos crecer en los dos aspectos a la vez. Queremos que los corredores se queden con la sensación de que han vivido una gran experiencia y que los que vengan quieran repetir. Estamos dando al corredor un maratón de calidad  y lo queremos continuar haciendo», aseguró Marta Carranza. La comisionada vislumbra un crecimiento pausado, pero sostenido, hasta alcanzar los 30.000 participantes en un futuro no muy lejano, que es lo que a su juicio puede soportar el circuito en su actual formato. Un circuito que conjuga la rapidez con el atractivo turístico, que hace que el 43% de los participantes de ayer provinieran del extranjero.

«Estamos muy satisfechos por la reacción que hemos tenido de los corredores, que ya nos sitúan como un maratón de referencia en Europa», explicaba Joan Porcar, consejero delegado de RPM Racing. «Queremos ser no el maratón más multitudinario, pero sí el que los propios corredores consideren el mejor, cosa que queremos lograr poco a poco».

DOMINIO AFRICANO

De momento, este domingo las buenas condiciones se reflejaron en un buen tiempo (8 grados en la salida, 66% de humedad y poco viento) que propició buenas marcas, aunque el récord masculino de la prueba (las 2.07.30 horas del 2010 del keniano Jackson Kotut) se resistió a la tradicional 'armada africana', encabezada en esta ocasión por el etíope Dino Sefir, vencedor con dos minutos más (2.09.31). Las numerosas 'liebres' hicieron bien su trabajo, pero el ligero viento en contra en el Camp Nou y en la Meridiana jugó en contra de una nueva plusmarca, y el paso por el medio maratón (1.04.20 h., cuando se había planificado 1.03.30) desmontó cualquier posibilidad de un nuevo récord, que en cambio sí que llegó en mujeres, con unos buenos 2.25.36 de la keniana Valary Jemeli Aiyabei.

Sefir se fue en solitario a la altura del kilómetro 38, al paso por la catedral, tras compartir un numeroso grupo de 11 corredores durante  más de media carrera. Sefir completó un tiempo lejos de su mejor marca, que este etíope de 28 años hizo en el año2012 (2.04.50). Sefir quedó por delante de tres kenianos, Albert Korir (2.10.08), Jafred Chirchir Kipchumba (2.10.23) y Eliud Tarus (2.11.19), una de las ‘liebres’, que decidió acabar, y bien, la carrera.

En mujeres, en cambio, sí que se ha producido la mejor marca lograda nunca en las 38 ediciones del maratón de Barcelona, gracias a la keniana de 25 años Valary Jemelei Aiyabei, que ganó con un magnífico crono de 2.25.26. El récord anterior lo tenía su compatriota Emily Chepkomi desde el 2012, con 2.26.52. Aiyabei, que corrió más de media carrera en solitario, solo con la ayuda de su ‘liebre’, ha conseguido además la mejor marca en un maratón en territorio español, que tenía la portuguesa Marisa Barros desde el 2009 en Sevilla, con 2.26.03. Aiyabei corría su segundo maratón, y en el anterior se había quedado en 2.30.19, por lo que su mejora ha sido espectacular.

Las tres primeras mujeres y los 12 primeros hombres fueron africanos. La élite española no suele aparecer en Barcelona, y los primeros clasificados de origen local fueron Francisco España, 14º con 2.18.38, y Marc Roig, 15º con 2.23.28. En mujeres, Marisa Casanueva acabó cuarta, pero fuera de la mínima olímpica que buscaba para Río. No le importó. Disfrutó, como todos, de la fiesta.