FÚTBOL

Achille Emaná: "Con 11 años decidí irme solo de Camerún"

El jugador del Nàstic repasa para EL PERIÓDICO su trayectoria en el mundo del fútbol hasta su feliz etapa actual en Tarragona

Achille Emaná posa para EL PERIÓDICO en la playa dela Arrabassada de Tarragona.

Achille Emaná posa para EL PERIÓDICO en la playa dela Arrabassada de Tarragona. / periodico

JOAN VIDAL / TARRAGONA

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A los 11 años Achille Emaná Edzimbi (Yaoundé, Camerún, 33 años) empezó un largo viaje en el mundo del fútbol. Cuatro continentes han sido testigos del talento de un jugador que después de dar muchas vueltas y vivir momentos difíciles que a punto estuvieron de hacerle abandonar vuelve a disfrutar de su profesión. Líder en el campo, en el Nàstic ha recuperado la sonrisa contagiosa que le caracteriza, señal de que vuelve a ser feliz cerca de los suyos tras cinco años fuera de Europa.

-Seis meses y ya tiene a la afición de Tarragona entregada... 

-Me siento muy feliz. He llegado a un club muy humilde y las cosas están cambiando poco a poco. Estamos molestando un poquito a los de arriba, la gente empieza a ver que queremos optar para disputar la promoción de ascenso. Y sabemos podemos hacerlo.

-Escogió el partido ante el líder en su casa para dar el golpe de efecto y redondearlo con una asistencia a su hermano para regalarle su primer gol en Segunda. 

-Mejor imposible. En el hotel de concentración le dije que si yo estaba en el campo, él iba a marcar aunque jugara cinco minutos. Con las manos o los dientes, lo tenía que meter, porque después de fallar ante el Lugo lo necesitaba más que yo.

-Llega a Europa con 11 años. ¿Cómo es la vida de Emaná en Yaoundé hasta entonces?

-Muy sencilla. De familia humilde pero nunca me faltó nada. Éramos clase media en Camerún, siempre he ido a la escuela. Tomé la decisión a los 11 años de irme a Europa para descubrir el mundo del fútbol. La gente de Valencia vino a Camerún a vernos jugar en un partido de la academia y se fijaron en mí.

-Con 11 años no debe de ser fácil asumir un cambio tan grande.

-No, no, es muy difícil. Le conté a mi madre que estaba en Europa a los 17 años, seis años después de irme. Ella pensaba que estaba en un internado para niños y que por eso no podía venir a verme. Mi abuelo me ayudó a ocultar la realidad. Llegué a Valencia y me acogió una familia, los García. Siempre les estaré agradecido porque me dieron todo lo que mis padres en aquel momento no podían darme. Le compré un billete a mi madre para que viniera a verme y viera lo bien que estaba.

-En Toulouse firma el primer contrato profesional. ¿Cómo va a parar a Francia?

-En Valencia hubo problemas con los papeles y con el director deportivo por temas de dinero. Me fui del club pensando en volver a Camerún para jugar en el equipo con el que mi padre jugó. Me llamó mi abuela, que vivía en Toulouse, y me dijo que la fuera a ver. Cuando estaba allí organizaron en la ciudad una especie de mundial entre africanos. Jugué con el equipo que representaba Camerún y un representante del Toulouse Fontaines, filial del Toulouse, estaba mirando los partidos y me dijo que fuera a entrenar con ellos. Rápidamente ascendí al Toulouse que esa temporada bajó a Segunda. Por problemas económicos descendió a Tercera y las estrellas del equipo se fueron. A mí se me acababa el permiso para estar en Francia y confiaron en los jóvenes jugadores haciéndome un contrato profesional. Y estuve ocho años.

-Y llega el Mundial de  Sudáfrica. ¿Qué le pasó a la Camerún de Etoo, Song y Emaná?

-Había muchas luchas en los altos cargos para dirigir la selección a su gusto. Fue una gran decepción porque jugábamos en nuestro continente. En las eliminatorias éramos un equipo fijo que formó Paul Le Guen. Cuando llegamos a Sudáfrica ya no era el mismo equipo. Fue una falta de respeto para los que llevábamos un año luchando para clasificar al país. Todo por decisiones de los de arriba que ataron de manos al entrenador que incluso cambió la capitanía de Song a Etoo. Camerún siempre ha tenido este problema, espero que cambie algún día.

-¿Cómo es Etoo?

-Es un gran futbolista. Cada uno es como es. No se puede cambiar una persona de la noche a la mañana. Hay que saber como tratarle. Él ha actuado como capitán de la selección pero las decisiones se tomaban desde arriba.

-Problemas económicos en el Betis precipitan su marcha. ¿Por qué Arabia Saudí? ¿Qué se encuentra allí?

-En el Betis me vendieron por vender. No hicieron nada con el dinero que sacaron de mi traspaso. Me querían mandar a Ucrania y para joder les dije que yo elegía mi destino. Arabia Saudí es una prisión de oro, te pueden dar mucho dinero pero si no puedes disfrutar con tu familia ni con tus hijas no sirve de nada.

-Su paso por el Cruz Azul en México no fue una buena experiencia. ¿Se planteó dejar el fútbol?

-Volví a mi casa, Sevilla, y quería dejar el fútbol. Estuve seis meses entrenando con un preparador físico para mantenerme. Ese tiempo lo dediqué a llevar a mis hijas al colegio y disfrutar de ellas porque llevaba cinco años lejos de casa. Entonces llegó el Atlante de Cancún y decidí volver a México. Todo empezó bien con un entrenador que funcionaba hasta que tuvo un problema familiar y dejó al equipo. Llegó un paraguayo que no quiero recordar su nombre, amigo de Fernando Tena, y allí se acabó mi etapa con el Atlante.

-Se le ve feliz de nuevo. ¿La renovación depende de usted?

-Aquí estoy feliz y disfrutando de nuevo del fútbol. La renovación depende del club y la directiva. Estoy en un estado de forma excelente. Lo tengo todo aquí; la familia cerca, estamos en enero y hace calor, vivo cerca de la playa…. Depende de si subimos o no subimos. Si el club quiere darme la oportunidad de seguir disfrutando yo seguiré feliz aquí.