Bienvenido al club, Chen

Chen Yansheng, el nuevo presidente del Espanyol, en el palco del estadio de Cornellà-El Prat.

Chen Yansheng, el nuevo presidente del Espanyol, en el palco del estadio de Cornellà-El Prat. / periodico

Manel Lucas

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Chen Yansheng ya sabe lo que es ser del Espanyol: un partido que el equipo mereció ganar, que tenía bastante controlado a cinco minutos del final, y que se torció tristemente en uno, quizás el único, momento de despiste defensivo. Uno de aquellos "hemos jugado bien, lástima de..." que tanto conocemos los que llevamos aquí desde toda la vida, y que el nuevo propietario del club deberá, o acostumbrarse a sufrir, o proponerse remediar.

Sería conveniente que Dani Sánchez Llibre, o quien sea que le esté explicando con detalle qué es lo que acaba de comprar, le cuente al empresario chino que uno de los agujeros negros del club es la insistencia en dejarse puntos en los últimos minutos por no haber rematado los resultados a tiempo sumado a un instante de falta de concentración. Es, sin duda, uno de los síntomas definitorios de un equipo de la zona media, lo que hoy en día y desde hace decenios es el Espanyol. En otro nivel están los que ganan incluso cuando no lo merecen, porque sus jugadores, ricos en talento y cuenta corriente, son capaces de una genialidad singular que los saca de cualquier atolladero. Un ejemplo: antes del encuentro hablé con una amiga mía del Barça que lamentaba el mal partido de su equipo, que ganó por dos a uno en campo del Málaga.

Si el nuevo dueño del Espanyol se propone dar un gran salto adelante, que sepa que no soñamos con ganar la Champions el año que viene, ni tener un pelota de oro, al menos por el momento: nos conformamos con un equipo que se esfuerce cada jornada, y que consiga resultados acorde con ese esfuerzo.

El arranque de la era Espanyol DC -después de Chen- no ha sido todo lo brillante que pudo. Y eso que los jugadores demostraron una motivación excelente; fueron, por así decirlo, un equipo de todos a Cien: todos al cien por cien, quiero decir. Tan motivados estaban, que el gol in extremis del Villarreal los dejó en estado de shock: de ahí la reacción de Gerard Víctor Álvarez, jóvenes fogosos que explotaron por desesperación y agravaron con sus castigos el final tristón.

Me quedo con la buena impresión de unos jugadores que parecieron querer agradar al nuevo jefe; aunque, sin ánimo de ponerme puntilloso, digo yo que hace varias semanas que Chen anda por aquí, y los futbolistas podrían haberse puesto las pilas unos partidos antes.

El próximo partido es en el Bernabéu. No es el más fácil para iniciar la recuperación. Claro que, si el equipo es capaz de sacar un resultado positivo contra el Madrid, igual podremos empezar a soñar con ser una potencia emergente.