Joan Montes: "Con 16 años, Pau quiso irse a EEUU porque no jugaba"

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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Joan Montes, más de 15 años en el Barça en diferentes categorías, responsable de la cantera, primer entrenador en dos etapas, cuando el club prescindió de Manel Comas (97-98) y tras la destitución de Svetislav Pesic (2004-05) es de las personas que más influyó en la formación de Pau y Marc Gasol.

«Cuando asumí el júnior del Barça, Pau no jugaba. Era enclenque, muy delgadito. El seleccionador júnior, Ángel Pardo, era amigo mío, y le pedí que se lo llevara la concentración», recuerda Montes. «Es un jugador que hace cosas bien y puede ser muy bueno, le dije. Al final estuvo entre los 12 del Europeo. Cuando volvió tenía muchas ofertas».

 «A veces les tenias que apretar porque lo veía muy fácil. Pasó malos momentos porque en una época en el Barça no jugaba mucho», explica el técnico barcelonés. «Aíto Costa eran de los que pedían intensidad. También es cierto que iba a entrenar a primera hora, luego a la universidad y al llegar al entreno de la tarde, se le acababan las pilas. Tuvimos que tener paciencia porque era diferente».

«Aun recuerdo la conversación con él en Sant Boi cuando tenía 16 años», descubre Montes, sin la cual, posiblemente la historia hubiera sido muy distinta. «Me llamó y nos citamos en un bar. Estuvimos más de tres horas. Decía que tenía ofertas de universidades y que en el Barça no llegaba nadie de la cantera. Le recordé a Esteller Galilea y también que jugadores que se habían ido a EEUU habían vuelto peor. Al final le pregunté ¿Por qué crees que has ido a la selección? Porque te he ayudado y lo seguiré haciendo si trabajas. Eso le convenció».

«Con Marc existía otro problema», añade Montes. «Cuando volvió de Menfis y se incorporó al júnior del Barça en el 2003, lo hizo con sobrepeso. Pero volverse con su padre fue la mejor decisión. Es listo. Sabía que tenía que trabajar. En júnior ya era muy bueno. Le hice jugar 15 minutos de media. Pero cuando vino Ivanovic, al año siguiente, no le hizo jugar nada. A Dusko no le gustaban los tíos grandes. La llamada de la selección le cambió todo. Y decidió irse a Girona porque estaba Pesic y sabía que con él jugaría».