La ronda ciclista francesa
Contador y Valverde salvan las caídas con los Vosgos en mente
Otra accidentada etapa cierra la primera fase llana de un Tour que ya apunta a la montaña
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
SERGI
LÓPEZ-EGEA
Alejandro Valverde no se afeita por las mañanas, en un Tour donde florecen las barbas de los ciclistas que contrastan con las piernas depiladas de los corredores. Quizá busca dar cierto miedo con un rostro de soldado salido de las trincheras, las que, afortunadamente, solo son un recuerdo como las miles de cruces, cementerios por donde ayer transitó la grande boucle, homenaje a los centenares de miles de muertos en la batalla de Verdún, 100 años después de la primera guerra mundial.
Alberto Contador trata de no perder nunca la compostura en las etapas llanas, que detesta. Siempre entre las primeras 20 posiciones y si aparece una cuesta, como ayer a apenas cinco kilómetros de Nancy, allí, en cabeza, se sitúa el madrileño para demostrar quién manda cuando se empina la carretera, como pasará hoy en Gérardmer, los Vosgos, primera llegada en alto, primera oportunidad, primer asalto, apenas 1.800 metros, pero «duros, duros de verdad, como a mí me gustan», palabra, en este caso, de Valverde, tras recuperar ayer la sonrisa tras verse a salvo en el autocar del Movistar.
Fue otro día de caídas, de sustos, de sobresaltos, otra jornada en la que no se ha podido perder ni la serenidad ni la concentración porque al mínimo descuido se podía dar de bruces, tal como le sucedió a Tejay Van Garderen, la estrella del BMC, tercero en la Volta, o a Andrew Talansky, el vencedor del Dauphiné.
TRIUNFO DE TRENTIN / Contador y Valverde, dos hombres y un destino, llegan hoy a su territorio. En menos de dos kilómetros será difícil calibrar al ciento por ciento el estado de Vincenzo Nibali, el líder. Pero si quiere dar seguridad, a él mismo, a todos, no puede mostrar fragilidad alguna en una cuesta que, con Joaquim Purito Rodríguez en forma, tendría un claro candidato a la victoria. «Por primera vez, en Gérardmer, trataré de ver cuál es mi estado de forma», adelantó ayer el corredor catalán, quien, a cola de pelotón, ha renunciado a la general. «Entre mis rivales veo muy fuerte a Contador, pero también a Porte». Valverde lo confiesa y habla además del danés Jakob Fuglsang, segundo de la general, el guía fiel de Nibali en los adoquines.
Valverde ha nombrado a Richie Porte, reemplazo de Chris Froome en el Sky. «Me retiro pero no tendréis problemas. Porte está más fuerte que yo. Él os ganará el Tour». Así se lo dijo Froome a su director Nico Portal, que cuando era ciclista corrió con Valverde, instantes después de subirse al coche y retirarse del Tour.
Porte tampoco ha abandonado las primeras plazas del pelotón en los días llanos, ya finiquitados. Y ayer, como todos, contempló desde la primera línea la victoria en la fotofinis del italiano Matteo Trentin.
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