La otra mirada

«Fui dos años 'subpichichi'. Me llamaban el 'Saviolita'»

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JORDI TIÓ
BARCELONA

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Convertido en una de las grandes revelaciones musicales con su primer disco, Jo mai mai, Joan Dausà (Sant Feliu de Llobregat, 9-6-1979) tiene tanta pasión por la música y el teatro como por el fútbol. Tanta, que hasta tres veces se ha dejado los ligamentos cruzados y los meniscos por el camino.

-Constato que su amor por el fútbol es indestructible.

-Sí, por el fútbol y el deporte, en general. Empecé jugando a hockey sobre patines, en el Sant Llorenç de Sant Feliu, luego pasé al tenis y, ya con 14 años, fundamos un equipo de fútbol sala con unos amigos en el que jugué 15 años. Primero nos llamamos Els Pagesos y, más tarde, El Quinto, en homenaje al quinto de birra que nos tomábamos tras jugar. Ya ve que deporte y ocio iban muy relacionados.

-Lo suyo era meter goles.

SEnDDurante dos años fui sub-pichichi de la Liga. Me llamaban el Saviolita. Me escapaba de los defensas y como no podían frenarme, al final me lesionaron.

-¡No me diga que un tuercebotas arruinó su carrera!

-No, je, je, je. Descubrí la debilidad de mis rodillas, que decidieron que tenía que dedicarme a algo más tranquilo. Y pensé: «Mira, mejor que hagas teatro, música... Tranquilízate y deja esto del deporte». Y en eso estoy.

-¿Y ahora no hace nada?

-Juego a las cartas, al dominó, a la petanca, como los abuelos... [Bromea]. No, voy en bici por Collserola y también corro un poquito, aunque me aburre correr. Lo que no puedo hacer son giros de rodilla descontrolados porque tengo los ligamentos rotos. En ese caso, me tiro al suelo y me lo recoloco yo mismo. ¡Ya ve! He sufrido mucho, tal vez por eso me salen estas canciones tan dramáticas.

-Usted es muy del Barça.

-Sí, mucho, pero soy más culé de bar que de campo. Disfruto más con el ambiente del pueblo que en el estadio, a no ser que se trate de un partido muy especial.

-Cuando estudiaba Económicas en Argentina, vivió un Boca-River y un River-Boca.

-Aquello es increíble. Tenía 20 años y recuerdo que había muerto un aficionado.  Fuimos al partido de la Bombonera cagados y como nos habían avisado de que te lo podían robar todo, hasta dejarte en pelotas, fui con un pantalón muy viejo y un pijama por camiseta. Éramos estudiantes y con poca pasta, y no quería perder uno de los dos jerséis que tenía.  Aquí los clásicos Barça-Madrid son más serenos, con una euforia controlada.

-¿Cómo ve al Barça de Tata?

-Me gusta el temple del entrenador. Si tenemos paciencia, creo que habrá buenos resultados.