LOS CUARTOS DE FINAL de baloncesto

A semifinales tras desquiciar a Francia

España luchará mañana con Rusia por un sitio en la final, después de un ejercicio agónico de supervivencia

Rudy hace una bandeja ante la mirada de Pietrus.

Rudy hace una bandeja ante la mirada de Pietrus.

LUIS MENDIOLA

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Pocas veces se ha visto a España tan al límite de sus fuerzas. Pocas veces ha sufrido y ha sudado un triunfo esta selección como el de de ayer ante Francia, en los cuartos de final, que le abre la puertas de las medallas en estos Juegos. Pero ese ejercicio de supervivencia, llevado al límite de lo agónico, fue suficiente para traspasar el umbral reservado a los grandes conjuntos y mantener vivo el sueño del podio, el objetivo inicial con el que iniciaron su andadura en Londres.

La selección de Sergio Scariolo se enfrentará mañana a Rusia, el equipo con el que ya perdió en la primera fase (77-74) y que ayer se deshizo con apuros de Lituania (83-74) en el primer cruce de cuartos. Pero tal como está España, obligada a vivir día a día, sin demasiado margen para soñar, con las fuerzas más que justas en el campeonato, hará bien en disfrutar por ahora de lo conseguido sin preocuparse de nada más.

RAYANDO LA VIOLENCIA / Francia acabó el encuentro desquiciada, con bastantes de sus jugadores perdiendo los papeles y aplicándose en los dos últimos con una agresividad impropia. Fruto de la frustración o bien de la impotencia ante la oportunidad perdida, las acciones de los jugadores de Vincent Collet rayaron en la violencia. Pero los árbitros las sancionaron con excesiva benevolencia.

El golpe de Turiaf a Rudy Fernández a falta de 24 segundos, y también el puñetazo lanzado por Batum a Navarro, un par de segundos después, castigados ambos con faltas antideportivas, hicieron palpable que los franceses no encajaron bien la derrota, la sexta consecutiva ante España. Francia no gana desde el Mundial del 2010 y su balance es muy desfavorable en partidos oficiales: 24 victorias por 43 derrotas. Ayer, sin embargo, no era solo una cuestión de la derrota. Existen muchas cuentas pendientes entre ambos equipos, especialmente desde un golpe de Rudy a Parker en el Europeo de Lituania de hace un año. Pero en los dos amistosos de este verano también han saltado chispas. Lo de ayer fue un episodio más.

Las acciones, en realidad, respondieron también a la tensión creciente que se apoderó de un partido que no tuvo ningún dominador claro. Francia estuvo mejor en el primer tiempo. Pero los jugadores de la selección supieron agarrarse al partido, con ese cuajo que les ha dado su trayectoria.

SEIS PUNTOS ENCAJADOS / Para España lo mejor del primer tiempo fue el resultado del descanso (34-37). No resultó tan malo para lo que ofreció en la cancha. Todos los problemas que se han hecho evidentes a lo largo del torneo acabaron por aparecer. Tibieza defensiva, poca fluidez en ataque y bajos porcentajes en el lanzamiento. La discreta imagen de la selección respondió mejor que nada a aquellos que cuestionaban la actitud de España en el partido frente a Brasil y tenían dudas sobre su ética deportiva. No había trampa ni cartón. La selección ha funcionado a trompicones todo el torneo, sin esa solvencia que le llevó, por ejemplo, a conquistar el último Eurobásquet.

A oficio, sin embargo, pocos equipos son capaces de superar a la escuadra de Sergio Scariolo, que visto el mal día en el tiro (4 de 20 en triples y 20 de 29 en tiros libres un flojo 69%) apretó todo lo que pudo en defensa para igualar el marcador y su premio fue el 6-15 del último particial, con solo dos puntos encajados en los últimos siete minutos.

Francia no lo puso fácil. Después de EEUU posiblemente sea el equipo más físico y duro del torneo y eso se evidenció dentro de las zonas, con un juego muy subterráneo que limitó la aportación de Pau Gasol. En esa apuesta, España acabó por salir ganadora. Tuvo más cabeza para resolver las últimas acciones, en las que cada canasta era una conquista, y tras tomar la delantera a cinco minutos del final (58-57) ya no la volvió a dejar. Un par de acciones brillantes en defensa de Rudy y Pau y otra de Marc Gasol pusieron la rúbrica a un triunfo que casi sabe a medalla.