EL DEFECTO

Mathieu o el agujero negro

DAVID TORRAS

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No acostumbra el Barça de Guardiola a ser reincidente en el error táctico. Anoche lo fue en Mestalla cuando su banda derecha, la que debían cuidar Mascherano (atrás), Xavi (en el medio) y Alves (como extremo y primer elemento de presión), se resquebrajó. No, no fue una casualidad. Emery, el técnico del Valencia, obtuvo petróleo de ese profundo desajuste defensivo del Barça amparado en una soberbia presión. Con Jordi Alba ejerciendo de lateral zurdo y Mathieu transformado en una bala que se llevaba por delante a las pocas piezas que se encontraba. Por ahí, por la banda izquierda del ataque del Valencia, la derecha en la zaga azulgrana, llegó el peligro.

GOLES REPETIDOS / Primero el peligro y después los goles. En cada uno de ellos un retrato evidente de la mala ejecución defensiva de un sistema, el 3-4-3, que había sido casi perfecto en el Camp Nou. Dos partidos, 13 goles (cinco al Villarreal y ocho al Osasuna) y ninguno en contra. Y en su estreno lejos del estadio azulgrana llegó el gran batacazo porque Mathieu exploró con acierto el agujero negro para fundir a Mascherano, hacer llegar tarde a Puyol y dejar solo en el área a un indeciso Abidal. Mathieu corría, centraba y el Valencia logró dos tantos en menos de media hora. Ese 3-4-3 apenas duró 45 minutos. El mal ya estaba hecho.